El ascensor de Europa
Os Belenenses, un histórico de Portugal que llegó a ser campeón, intenta lo nunca visto: subir desde la última división hasta la primera de forma consecutiva. Lleva cinco ascensos seguidos.
Os Belenenses, histórico club centenario lisboeta del barrio de Belem, está de celebración por su ascenso a la segunda división portuguesa. Un paso más en su objetivo de regresar a donde casi siempre estuvo históricamente, ya que este equipo llegó a ser campeón de Liga (1946), tres veces de la Copa (ganó la Taça de Portugal por última vez en 1989) y otros tres campeonatos de Portugal (antigua denominación copera). De hecho, es el quinto equipo con más puntos en la historia de la liga lusa.
Sin embargo, su reto actual es casi más complicado que sus grandes logros: completar un largo camino que comenzó en la última división y que ya se encuentra en la segunda categoría. Y todo tras haber logrado cinco ascensos consecutivos, igualando el récord del fútbol europeo, desde el tercer nivel del distrito de Lisboa hasta la segunda división nacional. Un trayecto de cinco años que ha constado de 138 partidos, de los que ha ganado 97, ha empatado 17 y ha perdido 24, con 365 goles anotados y sólo 115 recibidos.
¿Pero qué le llevó a este club con solera a militar en la última división amateur? La razón ocurrió a finales de la temporada 2017/2018. La entidad se había convertido en sociedad anónima en 1999, para gestionar el equipo profesional, mientras que el resto de secciones corrían a cargo del club, que además podía ejercer ciertos derechos de veto sobre las decisiones del grupo empresarial que controlaba la mayoría de las acciones. Una vez que perdió esos derechos por decisión judicial, el club se dividió en dos.
Por un lado, la sociedad deportiva, que se quedó con la plaza entonces en primera división y que se llamó Belenenses SAD. Por el otro, el club de toda la vida, que mantuvo el escudo, la denominación, los equipos de formación y las secciones: tienen equipos de balonmano, rugby, fútbol sala, voleibol, triatlón, atletismo e incluso natación.
Pero su primer equipo de fútbol debió inscribirse en la última división amateur del país. Eso sí, también se quedó con mucha de la masa social, con entradas en su estadio superiores a las del club que se había quedado en la élite... En aquel 2018, el primer partido que disputó en la última categoría contó con el apoyo de más de 2.000 espectadores. Ahora, tras cinco temporadas y un apoyo que llega en ocasiones a los 20.000, la próxima campaña la disputará en la segunda división portuguesa tras escribir, como aseguran en el club, “una página única en el deporte de Portugal”.