“Desperté del coma diciendo...: ‘¿Podré volver a jugar?”

Sergio Rico (Sevilla, 1993) ha vuelto a jugar un año después del fatal accidente que le tuvo 26 días en coma. Lo ha hecho en Al Gharafa, en Qatar. En el estadio de este club qatarí atiende a AS con la sonrisa de quien ha vuelto a jugar, lo que más le gusta, y a vivir.

Ha vuelto a jugar un año después, se le ve feliz…

Sí, después de todo lo que ha pasado y de todo el tiempo de recuperación, de rehabilitación… estoy feliz de poder estar disfrutando del fútbol, de mi carrera. Desde que llegué a Qatar todo han sido facilidades. Los compañeros me han acogido muy bien. Tengo ganas de trabajar para seguir disfrutando de mi carrera deportiva, que era lo que más quería.

Hay una foto suya del primer día celebrando con alegría, representa mucho esa foto.

Han sido muchos momentos difíciles no sólo para mí, también para mi familia. Había días en los que los doctores daban noticias muy negativas. Y luego llega ese momento de volver a pisar el césped… Fue como si volviera a debutar en Primera. Muy bonito, un momento único.

¿Ha pasado un año desde que saliera del coma? ¿Se le ha hecho largo, corto...?

Ha sido un trabajo diario desde que me dieron libertad los médicos para seguir jugando. Por eso yo creo que se me ha pasado bastante rápido. Estaba enfocado en prepararme bien para cuando llegara la oportunidad. Tenía que estar al nivel que deseaba. Gracias a Dios así ha sido.

¿El fútbol ayuda a superar un trago así? ¿Es un estímulo?

Sí, por supuesto. Solo tengo palabras de agradecimiento para el fútbol. Ha sido, en parte, lo que me ha llevado a luchar en los momentos de más dificultad. En esas circunstancias, si no hubiera tenido el fútbol… me habría rendido antes. O incluso mi cuerpo no hubiera reaccionado. No estaría preparado para recibir algo así.

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¿Sufrieron más los que le rodeaban que usted?

En una primera fase estaba dormido y no me enteraba de nada. Los que más han sufrido son la gente que me quiere, mi familia, mi mujer, mis amigos... Han sido los que se han llevado la peor parte. Eran los que recibían las malas noticias.

Y ahora usted ha sido padre, ¡cómo cambia la vida!

Así es, después de la tormenta viene la calma. Es mi niña, tiene 40 días y ya llegó a Qatar para estar conmigo. Ahora lo tengo todo. Tengo que aprovechar esta oportunidad para disfrutar de la vida. Es una experiencia nueva para todos.

¿Ve la vida de otra manera?

Este tipo de sucesos te hace madurar y ver que no hay que ser impaciente por nada. Cada cosa tiene su momento. Hay que disfrutar de cada momento porque puede ser el último.

¿Qué recuerda de cuando despierta?

No tengo un recuerdo claro, estaba muy sedado. Es más por lo que me han ido contando. Mi mujer me cuenta que lo primero que pregunté al despertar es… ‘¿Podré volver a jugar al fútbol?’.

Dicen que también se acordó de Sergio Ramos…

Sí, y tuve otro sueño con mi padre. Es lo poco que recuerdo.

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Tendría el teléfono lleno de mensajes…

Gracias a Dios he recibido muchísimo cariño, no sólo de la gente que conozco. También de otros. De gente que no he visto en mi vida. Y desde aquí le mando un abrazo a todo el mundo que haya perdido un poquito de su tiempo para enviarme su mensaje de apoyo.

¿Alguno en especial?

Sería injusto decir uno porque haría de menos a los tantos otros que me han escrito. Todos para mí han sido bonitos y emotivos, porque en un momento así es especial. Fue espectacular que compañeros que no he coincidido con ellos en vestuarios de otros equipos me escribiesen y tuviesen detalles conmigo.

Al Khelaïfi sí estuvo muy cariñoso. Era entonces su presidente.

Sí, tuvo el detalle de viajar a Sevilla, estar en mi casa. Estuvo un día con nosotros. Son detalles que marcan la diferencia. Eso demuestra por qué el PSG es un gran club.

¿El pasado marcará para siempre su vida?

Sí, como digo, te da madurez. Dicen que para ser portero hay que estar un poco loco... Y mis locuras siguen en pie.

¿Le apetecía seguir jugando al fútbol después de lo que le pasó?

Sí, sí, aún más, sinceramente. Después de tantos años de profesional, sometido a tanta presión, empiezas a plantearte cosas, como formar una familia… Este parón ha sido clave para darme cuenta de que mi vida sin el fútbol no es lo mismo. Me he dado cuenta de lo que me gusta realmente el fútbol. Me ha dado una inyección extra. Vivo para lo que vivo.

Usted en ejemplo de superación, ¿qué dice a aquellos que puedan estar sufriendo algo parecido ahora mismo?

Es un honor que piensen eso. Sólo puedo transmitirle el amor por lo que hago. Deben disfrutar de lo que tienen.

¿Por qué decidió irse a Qatar para continuar su carrera tras el accidente?

No me lo pensé. La ciudad (Doha) está muy bien, y era una oportunidad poder jugar la Champions asiática [actualmente son sextos de su grupo, por lo que se clasificarían para octavos]. Una nueva experiencia, enorme.

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Y tiene a Joselu y Rodrigo como compañeros…

Tenemos un grupo muy bueno, sí, no sólo estoy con ellos, también con otros que hablan español. Es un grupo muy familiar, de personas normales, humildes, con gran corazón. Lo que a mí me gusta.

Joselu llegó siendo campeón de la Eurocopa y de la Champions League, casi nada…

No solo como jugador, que te podría decir mil cualidades, también como persona es espectacular. Un chico encantador y me ha recibido de la mejor manera. Me ha ayudado mucho a integrarme con los compañeros.

¿Cómo es el fútbol en Qatar?

Está creciendo mucho. Con este movimiento de jugadores extranjeros está ganando nombre, y va a dar mucho que hablar. La Federación tiene aquí una normativa muy particular, ya que los guardametas en liga y copa tienen que ser nacionales. Pero la Champions es la competición más fuerte que existe en Qatar. Está muy bien.

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