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Francia

Dembélé quiere el Balón de Oro

El francés, máximo goleador del 2025, con 23 goles, no se pone límites y sueña con ganar el prestigioso galardón. La Champions será determinante para ello.

Ousmane Dembélé.
MOHAMMED BADRA
Andrés Onrubia
Nació en Madrid en 1998. Comenzó a estudiar Derecho y ADE en la Universidad Complutense, pero su amor por el fútbol francés hizo que se interesara por el periodismo deportivo. En 2019 comenzó a colaborar con Diario AS y un año después, en 2020, a pesar de la pandemia, empezó a ejercer como corresponsal en París para cubrir la información del PSG.
París (Francia) Actualizado a

Ni el más acérrimo seguidor de Ousmane Dembélé, ni el más creyente, ni el más feligrés, podía augurar a comienzos de temporada que el francés estaría inmerso, en marzo, en la lucha por ganar el Balón de Oro. Atendiendo a su rendimiento en los últimos años, la posibilidad era una utopía, un sueño lejano, lejanísimo, pero las cifras del francés, sobre todo en 2025, han provocado que varios medios franceses aboguen, ahora, por su primer Balón de Oro.

El delantero no ha parado de marcar goles desde que arrancó el 2025. Entre todas las competiciones, contando su tanto a Croacia, en los cuartos de final de la Nations League, el exjugador del Barcelona acumula 23 dianas en lo que llevamos de año, mientras que su récord, hasta la fecha, en un año natural, se saldó con 14 goles. Cifras que denotan una metamorfosis total y un cambio en su mentalidad que le han catapultado a una nueva dimensión.

El Dembélé de antaño era un jugador irregular, propenso a la indisciplina, indescifrable en el campo. Con el Barcelona, a pesar de protagonizar períodos de buen fútbol, su falta de carácter y su desatino de cara a gol nunca terminaron de imponerse. Luis Enrique, que era consciente del potencial del francés, presionó en 2023, nada más aterrizar en París como nuevo entrenador, para que los dirigentes hicieran un esfuerzo en hacerse con sus servicios.

El Paris Saint-Germain le fichó por 50 millones de euros. Aunque su primer año no fue malo, sus cifras no despegaron. Escudero y ornamento de Kylian Mbappé, el epicentro del proyecto, el Mosquito tuvo que habituarse a la posición de extremo derecho, en la que jugaba mucho más alejado de la portería y en la que llegaba extenuado al área rival, después de traslucir su depurada técnica en el regate y su potencia galopante. Con la salida del capitán de la selección francesa en junio, todo cambió para él, también para Luis Enrique, que no fichó a nadie para sustituirle y encontró en el extremo un arma letal para atacar los espacios.

Antes, sin embargo, la relación entre ambas partes estuvo a punto de romperse por completo. En octubre, Dembélé fue desconvocado por motivos disciplinarios por Luis Enrique, tras protagonizar una refriega en el vestuario al acabar un partido. El internacional francés, incluso, volvió a desafiar la paciencia del asturiano, después de ser expulsado en la derrota del PSG por 1-0 en Múnich contra el Bayern que puso en jaque la supervivencia de los parisinos en la Champions League.

Lucho amedrentó a Dembélé y, justo cuando comenzó el año, el gijonés le reubicó a la posición de falso 9, donde su explosión fue imparable. Así lo refrendan los 23 goles que acumula en 2025, 33 entre todas las competiciones, a tan solo 7 de igualar los 40 que anotó en seis temporadas con el Barcelona. “La posición de ‘9′ me gusta, porque estoy más cerca de la portería y necesito menos toques para marcar", confesó Dembélé hace meses. “Es el jugador que todos soñábamos con tener cuando jugábamos a la Play Station”, replicó Luis Enrique. De la tensión al apaciguamiento, de las desavenencias al entendimiento, ambos han limado sus rencillas y han convertido al PSG en una trituradora ofensiva en Europa.

Hace dos semanas, el diario L'Équipe realizó una encuesta a sus internautas en la que les preguntó quién debía ganar el Balón de Oro. Dembélé arrasó con más del 60% de los votos. El propio Mbappé, uno de sus rivales en la lucha por el prestigioso galardón, se rindió ante su compañero de selección en Le Parisien. “Ousmane Dembélé nunca ha llegado tarde, es la evolución normal de un futbolista, el cual alcanza todo su potencial a los 27 años. Y aún le quedan grandes años por delante. Me alegro mucho por él y espero que siga así. Se merece lo que está consiguiendo”, resumió.

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Dembélé atraviesa, sin duda, el mejor momento de su carrera. Abriga la intención de convertirse en el máximo goleador de la temporada y, además, lograr su sueño, ganar la primera Champions League de la historia del PSG. Si su ritmo no se contiene, si sus cifras siguen engrosándose, si su club se convierte en el mejor de Europa, nadie podrá objetar que es uno de los favoritos para ganar el Balón de Oro. Su primera apuesta, llegar a 30 goles por un reloj de lujo, un Rolex, fue superada holgadamente. Ahora, su principal objetivo a nivel individual es ser el mejor del mundo. La ascensión de Dembélé es irrecusable y en París lo celebran.

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