Decepción en el Bayern con Lucas

Lucas Hernández está a punto de firmar por el PSG y cerrar un capítulo en Múnich que, al menos desde el punto de vista de los mandamases del campeón de la Bundesliga, se resume con una sola palabra: decepción. El comportamiento del jugador al que los bávaros, ingresando un total de 80 millones de euros en las cuentas del Atlético de Madrid hace cuatro años, convirtieron en la compra más cara de su historia ha sido clave para que la cúpula considerara que la mejor opción de cara a sus intereses fuese dejarle marchar de inmediato.

En el Allianz Arena, donde desde siempre se buscaron jugadores buenos y a la vez comprometidos con el club, han echado en falta una cierta lealtad por parte de Lucas. Sobre todo después de un total de cuatro temporadas en las que Lucas pasó por más momentos complicados que lúcidos en los que, eso sí, el Bayern siempre estuvo de su lado. Cabe recordar que, además de infinidad de lesiones, entre ellas dos graves, el club no le dejó caer en ningún momento cuando estuvo a punto de ingresar en prisión por incumplir una orden de alejamiento hacia su mujer.

De ahí que en los despachos del hexacampeón de Europa para nada se esperaban que Lucas, lesionado durante toda la segunda vuelta después del romperse el cruzado en el Mundial de Qatar y aun así con una oferta de ampliación de contrato sobre la mesa, dejara claro que su deseo era fichar por el PSG. Tal y como subrayan infinidad de medios alemanes, se esperaban más gratitud de un jugador al que terminarán vendiendo por alrededor de 50 millones de euros para invertirlos directamente en Kim Min-Jae, defensor del Nápoles que heredará su puesto en el centro de la zaga bávara.