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LA ENTREVISTA

De Sisti: “En la final vi a Pelé llegar hasta el cielo”

Giancarlo De Sisti (Roma, 13 de marzo de 1943) fue un mediocampista de enorme calidad. Campeón de Europa en 1968, disputó todos los encuentros de Italia en el Mundial ‘70. En la final vivió de cerca el tercer triunfo del Brasil de Pelé y uno de sus goles más bonitos.

Giancarlo De Sisti atttends at Festival dello Sport at Teatro Strehler in Milan, Italy, on October 09 2020 (Photo by Mairo Cinquetti/NurPhoto via Getty Images)
PUBLICADA 31/12/22 NA MA04 2COL
NurPhotoNurPhoto via Getty Images

Pelé ganó en 1970 su tercer Mundial en una histórica final ante Italia, campeona de Europa, que había eliminado a Alemania en “el partido del siglo”. Valcareggi alternaba a Gianni Rivera, Balón de Oro (que en la final solo jugó seis minutos) con Sandro Mazzola y los periodistas apodaron su gestión del caso ‘La staffetta’, algo que aún sigue causando polémica. En la medular, en cambio, era intocable Giancarlo De Sisti. El mediocampista, que vistió las camisetas de Fiorentina y Roma, compartió con AS sus recuerdos de ‘O Rey’: “Es un día muy triste para todo el fútbol”.

- ¿Cuál es su primera imagen relacionada con Pelé?

- La primera vez que le vi en persona fue en un amistoso entre Fiorentina y Santos. Aluciné. Era rapidísimo, fuerte físicamente, golpeaba perfectamente con ambos pies, cabeceaba bien, controlaba con calidad y lo que hacía era estético, bonito, de manera natural. No necesitaba buscar la belleza, le salía sola. Verle jugar era magnífico, y desde cerca todavía más. No tenía ni un solo defecto y era completísimo bajo cualquier aspecto.

- Se volvió a cruzar con él en una cita legendaria, la final de México ‘70 entre su Italia y Brasil.

- Días antes de aquel partido, estudiábamos la finta espectacular de Rivelino. Hasta la imitábamos en los entrenamientos, a alguno le salía bien. Nos preparamos para limitarlo, intentando que jugara siempre con el pie derecho, él que era todo zurdo. En la primera fase del encuentro, parecía que la cosa funcionaba, pero lo que no pudimos prever fue aquel centro absurdo que Pelé se fue a buscar hasta el cielo. Allí se complicó todo.

- ¿Cree que Italia llegó cansada a la gran cita?

- En el 10′ Bertini fue amonestado y tuvimos que invertir su marcaje, eso nos perjudicó. Burgnich se quedó con el de Pelé y en la jugada del 1-0 le dejó espacio, demasiado. Pero repito, el problema fue que O Rey llegó hasta el cielo… Y luego hubo otro problema.

- ¿Cuál?

- Riva y Boninsegna, dos fenómenos, jugaban ambos como delanteros centros, sin buscar las bandas. Cuando los brasileños se dieron cuenta de eso bloquearon a los dos centrales, arriesgando hombre contra hombre y dejando libre a Carlos Alberto, que empezó a empujar en la derecha. Sus llegadas imparables acabaron con nuestros planes. Empatamos a uno con Boninsegna y aguantamos bien hasta el 2-1 de Gerson, que llegó casi en el 70′. Allí comenzamos a sufrir físicamente y, sobre todo, mentalmente. Entonces Brasil se desató.

- Se alaba la grandeza de Pelé, pero también su personalidad. Por lo que ha podido vivir, ¿es cierto que era tan humilde?

- Sí. Siempre fue leyenda, desde que era un niño, pero siempre fue así de buena persona. Daba el ejemplo en el campo y fuera de cómo había que portarse, sin prosopopeya, sin darle nunca peso al hecho innegable de que él era la máxima expresión de este deporte. No admirarle era imposible.

- La pregunta inevitable: ¿fue el mejor de todos los tiempos?

- Cada uno es hijo de su tiempo. Cuando nacemos en épocas distintas, no podemos hacer comparaciones absolutas. Dicho esto, si ganas tres Mundiales y marcas más de 1200 goles de aquella manera, poco más hay que añadir. Maradona es el antagonista más serio para quitarle este ‘título’, su zurda acariciaba el balón y verla era un placer, pero nació en 1960 y Pelé en 1940. El fútbol cambia todo el rato, ¡imagínense en 20 años! Cada uno puede elegir a su ídolo y es justo que sea así.

- Y usted, ¿a quién elige?

- A Pelé, que tuve la suerte de vivir de cerca. Nunca vi a alguien tan completo.