Davide frena la crisis
El técnico italiano volvió a ganar con Botafogo después de varios resultados desafortunados. “Necesitábamos esta victoria”, expresó.
El potencial que ha ido adquiriendo Brasil con el paso del tiempo le ha convertido en uno de los lugares más atractivos para poder entrenar. A pesar de ello, la exigencia también se ha incrementado según ha crecido el nivel del Brasileirão, y Davide Ancelotti lo está viviendo en sus propias carnes con uno de los proyectos que más piden al entrenador dentro del fútbol sudamericano.
Botafogo no mira hacia abajo en ningún momento. Y con John Textor a la cabeza parece más complicado todavía pensar en que el club se conforme con algo que no se acerque a la excelencia. La apuesta del norteamericano por el hijo de Ancelotti fue clara, y aunque los resultados del equipo se han ido alternando entre mejores y peores, de momento la paciencia reina en Río de Janeiro.
El triunfo ante Atlético Mineiro por 1-0 rompió una racha de tres partidos seguidos de malos resultados, con una eliminación en la Copa do Brasil por medio -ante Vasco da Gama-. Un resultado corto en el que el Fogão se antepuso a las adversidades -jugó parte del partido con uno menos por expulsión de Chris Ramos- para tranquilidad de Davide.
“La importancia de la victoria es grande. Pasamos por un momento difícil, necesitábamos esta victoria… Manejamos los momentos del partido, haciendo todo lo que hablamos. Era juego que necesitábamos”, explicó el italiano en rueda de prensa.
Sin la Libertadores y la Copa do Brasil, el consuelo que le queda a Botafogo es pelear lo máximo posible en el Brasileirão. Lejos de los equipos que lideran el campeonato, el obtener el cupo para la máxima competición de la Conmebol en 2026 sería un paso que asentaría las cosas en el proyecto, y en su carrera como entrenador. En 17 partidos ha cosechado ocho victorias, con cinco empates y cuatro derrotas completando las estadísticas (47% de triunfos).
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Va poco tiempo todavía, pero la primera experiencia de Davide Ancelotti en los banquillos no es poca cosa. Alejado de trabajar en un segundo plano, como ayudante, y asumiendo responsabilidades en un equipo que hace poco se coronó como el mejor en Sudamérica. Palabras mayores, aunque la montaña rusa sea parte del aprendizaje.
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