ECUADOR
David Dóniga, el entrenador español que busca conquistar Sudamérica
La aventura de David Dóniga es de un auténtico trotamundos. Tras pasar como asistente por Betis, Málaga u Olympiakos ha dado el salto a los banquillos en Sudamérica.
David Dóniga (Madrid, 1981) se ha preparado toda su vida para llegar a ser el entrenador contrastado que ha comenzado a despuntar en Sudamérica. El madrileño, asistente en grandes equipos como Betis, Málaga, Olympiakos o Deportivo de La Coruña, decidió dar el salto en solitario para conquistar el nuevo continente. Tras la experiencia del 9 de Octubre, el estratega atiende a AS en su vuelta a España tras conquistar Ecuador.
¿Cómo han sido sus inicios en este mundo del fútbol
Partimos de cuando dejé de jugar. Fue siempre algo complicado porque llevas haciendo eso toda la vida. Cuando ves que tu futuro no va por el terreno de juego, tienes que dar un paso al lado. En ese sentido empecé a entrenar chicos siendo senior, jugando en Tercera División y fue el germen, mientras que estudiaba INEF a la vez que me sacaba los títulos. Ahí empecé a trabajar en fútbol base, a entrenar con otros entrenadores que me llevaron de asistente a Tercera División, Segunda División B y a la Primera División en el extranjero. Luego llegaron los años de Primera donde adquirí una experiencia para ahora dar el salt para entrenar en solitario.
¿Cómo dio el paso a colgar las botas y entrenar?
Pienso que el estímulo más fuerte fue el ver o el darme yo cuenta que era incapaz de llegar a Primera División como futbolista y ver que el futuro en el banquillo sí me podía llevar al fútbol profesional. He acertado.
¿No se arrepiente de haber dado el salto a entrenador?
La verdad es que es como una brida, cuando la cierras ya solo puedes ir en un sentido. Yo me sentía muy cómodo como asistente y vi que las sensaciones que tenía se quedaban corta. Podía aportar algo más como entrenador, que también he mamado de grandes profesionales, de grandes entrenadores. Han sido fuente de inspiración que ahora me permiten ser más completo. He trabajado con Manuel Alfaro, con Humberto Calderón, Víctor Sanchez del Amo, Pablo Franco… entrenadores de mucho prestigio y mucho nivel que han estado en Primera División en grandes equipos.
¿Qué ha aprendido de cada uno de ellos?
Hay cosas muy claras que he aprendido de todos. De Manuel Alfaro, que ha sido prácticamente mi hermano mayor, mi padre futbolístico, ha sido el conocimiento del contexto profesional que no tenía. Con Humberto Calderón aprendí a exigirme y conocí el fútbol profesional desde un punto de vista de una exigencia. Me apretó las tuercas y me planteó si yo servía o no servía para esto. Fue previo al trabajo con Víctor. Con Víctor Sánchez del Amo recibí el apoyo para ser segundo entrenador que hasta ahora compatibilizaba tareas y me dio fuerza. Con él fueron los años más potentes con Deportivo de La Coruña, Betis, Olympiakos. Vi todas sus ruedas de prensa desde que empezamos hasta el final. Tuvimos situaciones muy complicadas. La gestión que él hace de todas esas situaciones a parte del interés que tiene a nivel táctico por crecer y demás, que se veía implementado con la motivación que yo llevaba, era una bomba explosiva. La verdad es que los dos éramos bastante intensos a nivel futbolístico. Luego he tenido la suerte de poder trabajar con un amigo como es Pablo Franco con el que prácticamente me considero familia. Somos hermanos desde que empezamos a hacer INEF. Los dos debutamos en Primera División el mismo año. Empecé con Víctor en la 14/15, él ya estaba entrenando al Getafe en Primera División.
¿En qué entrenadores se fija? Guardiola, Ancelotti, Simeone… les observa y qué se queda con cada uno de ellos.
Hay un aspecto de mi trabajo que estoy implementando más y es ver el fútbol desde aspectos más individualizados. Tengo una perspectiva muy global a nivel táctico-estratégico y quiero mejorar en ese aspecto de analizar desde un punto de vista más individual. Al final el fútbol se resuelve con duelos o situaciones individuales. En ese sentido, voy cogiendo aspectos de todo lo que veo porque sí es cierto que son muchos años ya. De Guardiola me fijo en su juego combinativo, sobre las situaciones posicionales. De Simeone cómo defiende en situaciones juego y a balón parado, que tiene una forma muy especial de defender. También aspectos que otros entrenadores pueden haber aportado, como Mourinho con su capacidad de adaptación a diferentes contextos. El portugués es capaz de entrenar al Madrid de una manera, al Inter de otra. Llegar y ganar con ambos competiciones importantes. Esa capacidad de Pellegrini para sacar el máximo rendimiento de los equipos donde va; los coge en una situación donde están a media tabla y se convierten en un equipo campeón.
¿Cuál ha sido el mejor contexto en el que ha podido entrenar?
No hay duda de que todas las situaciones te han llevado a un aprendizaje, ya sea a través del propio conocimiento que adquieres o de las experiencias que te han hecho madurar. Puedo hablar de cosas concretas como son muy especiales, como con Calderón porque en el Al Wasl de Emiratos Árabes hubo un antes y un después en mi carrera profesional donde dije que me quería dedicar a esto, tengo que ser el mejor y dar mi mejor versión. Cogiendo referencias de los demás profesionales, sí, pero mi mejor versión. Ahí fue donde quizá arranqué. Con Víctor Sánchez del Amo vivimos cosas muy bonitas. Hemos mantenido la categoría jugando en el Camp Nou empatándole al Barca, hemos empatado en el Bernabéu, hemos jugado con el Betis partidos importantes como el derbi sevillano, hemos jugado la Champions League con el Olympiakos. He podido entrenar a jugadores que he visto yo en el Bernabéu como Cambiasso. Son experiencias muy bonitas. Nos quedamos a las puertas del Mundial el año pasado con Panamá. Ese quizá sea el último gran hito de este comienzo de carrera que dejó de ser como técnico asistente a primer entrenador.
¿Se ve con ganas de volver a entrenar en España?
Sin duda que mi objetivo, mi sueño y mi deseo es entrenar en España. Es el sitio donde me he criado, es la Liga que he vivido de pequeño. Es donde están mis sueños de fútbol de cuando era niño. Hemos empezado Ecuador, donde me ha dado la posibilidad de arrancar como primer entrenador. He conseguido una final de Copa allí y es importante porque prácticamente en mi primer año de carrera tener un hito así. Sudamérica puede convertirse en un sitio importante para mí como inicio de una carrera porque catapulta con la Libertadores, con la Sudamericana y los torneos de cada país catapulta a los entrenadores. El ejemplo es Miguel Ángel Ramírez que ya está aquí en el Sporting. Puede que ahí esté el primer salto para llegar aquí.
¿Cómo ve el nivel de los entrenadores españoles alrededor del mundo?
El entrenador español, para mí, es el mejor del mundo como ente, el entrenador español que sale de la Real Federación Española de Fútbol. Tienes técnicos top en todos los países del mundo. No es casualidad que España, que tiene cien mil entrenadores censados, que es una barbaridad, que estemos por ahí desperdigados un gran volumen de entrenadores y haciendo las cosas tan bien. Desde los años 80 que la Federación comenzó a hacer los trabajos que llevaron a que la Selección fuera ganando en cada una de las categorías campeonatos más luego la formación de entrenadores en las academias territoriales han hecho el caldo de cultivo para que ahora a partí de los 2000 empiecen a surgir estos entrenadores que ganan títulos a nivel top más todos los que estamos distribuidos por el mundo haciéndonos un hueco y haciendo crecer a los países donde entrenamos. Desde el origen del fútbol en España hemos necesitado de técnicos extranjeros para darle un salto de calidad a los técnicos de aquí, como los alemanes, holandeses o brasileños de los años 70 y 80. Somos nosotros ahora esos entrenadores que estamos entrenando fuera porque por lo que sea tenemos una formación del máximo nivel y estamos muy capacitados. Aquí hay mucho fútbol y eso es una retroalimentación constante. Tenemos la mejor liga del mundo si nos pegamos con Inglaterra, esa retroalimentación constante hace que estemos al máximo nivel de entrenadores, por eso dejamos tan buena huella.
¿A qué nivel se pone usted? ¿Qué nivel espera alcanzar?
El máximo. Ahora tengo el que tengo el que tengo y esto es lo que me define. Me encantan las jerarquías y las respeto. A los que están por encima de mí antes que yo les admiro y a los que todavía no han llegado a mi nivel intento ayudarles, como era lo que hacían conmigo. En el fútbol respetaba las jerarquías como jugador y por eso me quité de en medio pronto. Vi que la Tercera División se me atragantaba y no veía más allá. He tenido la suerte de jugara con compañeros como Iker Casillas, Corona… jugadores del máximo nivel y yo veía que con 19 años mi carrera estaba como estancada y no era el momento. Las jerarquías me hacen respeta mucho a los entrenadores, seguir a los que están arriba del todo y defender mi nivel, eso sí. Ahora mismo soy entrenador de Primera División de una liga CONMEBOL y he llegado a una final de Copa. Ese es mi nivel, es el que yo he demostrado, por ahora. A partir de aquí, para arriba, para abajo no.
¿Se ve entrenando en Argentina, Brasil o Colombia?
Por supuesto. Además más pronto que tarde. Cuando modelas a gente de éxito es porque se pueden replicar las carreras de entrenadores y las carreras de entrenadores que han pasado por Ecuador han saltado a Brasil, Argentina, han venido a España. Han pasado Sampaoli, Pellegrini, Miguel Ángel Ramírez, entrenadores que luego han ido a Brasil también.
¿Qué aporta usted al fútbol ecuatoriano?
Agresividad a la hora de encarar los partidos desde el punto de vista de la competitividad. Se puede ganar a todo el mundo. Esa capacidad de saber que puedes pasar por encima al rival si te lo propones. Ese interés de estar por encima del rival en el juego y el trabajo semanal dedicado a sacar el máximo rendimiento a la plantilla. En el fútbol profesional el juego no es lo único, al final tienes muchos factores. A parte el factor humano, el futbolista antes que nada es humano y poder ponerte a su disposición para que saque su mejor rendimiento, es necesario entender su realidad. Hay mucho por hacer en el fútbol.
Qué prefiere: ¿gustar o golear?
Para mi si goleas normalmente gustas. Va de la mano, si el equipo hace goles a la gente es normal que le gustes. Al final se divierten. He estado en siete países y nunca vas a tener a todos contentos. Siempre hay alguien que le saca el punto a algo y es normal. Manuel Alfaro me enseño a dejar de leer la prensa para no hacerte daño. Ahora bien, uno tiene que tener una jefatura de prensa, gente que te maneje los medios. Lo que no se puede hacer es buscar sangre de los que casi siempre se fija uno en el malo. A 100 personas le puedes haber gustado y te fijas en uno que ha dicho que vaya partido de mierda. Entonces, con esa premisa que aprendí de Alfaro, le doy el valor a cada cosa. El presidente, que es mi jefe, tiene un valor lo que dice. El Director Deportivo, que es el responsable de la planificación del grupo, a mis asistentes. Las críticas son necesarias. Tengo una organización de mi trabajo con una estructura que desde que termina el partido empiezo a analizar lo que he hecho, lo que ha hecho mi equipo, analizo todo como un profesional. Mínimo que tenga un análisis objetivo de lo que ha pasado en el partido y a partir de ahí yo hago la crítica más severa que me pueda encontrar como la mía. Con criterio puede superar cualquiera que te puedas encontrar fuera.
¿Es muy auto-exigente con su trabajo?
Sí. Sin duda el protocolo que tengo se basa en tener la información, almacenarla, cuando estas de camino al hotel o en casa cortarla y preparar la edición para enseñarle al día siguiente los cortes al futbolista, ya sea de manera individualizada o en grupo. Suelo esperar dos días para hablar las cosas. Esa autoexigencia parte de que yo quiero ser un buen ejemplo para los chicos. No puedo pedir que me sigan en unas ideas si no soy el primero que da ejemplo en el trabajo. En eso soy exigente, en irme el primero e irme el último. Suelo prometer cosas que puedo cumplir. Hacer cosas que pido y no pedir nada que yo no haga.
Ha estado viendo el Sudamericano Sub-20, ¿Qué futuro nos depara con las selecciones sudamericanas?
Hay una cosa que les favorece a ellos que es la salida de jugadores. ¿A dónde van? Van a Europa. La formación de Europa les potencia y hace que tengan una retroalimentación con su selección. Este Sudamericano ha mostrado talento, otra vez, como era de esperar. Desde el punto de vista de los fichajes muchos ya han dado el salto antes de empezar la competición, caso de Andrey Santos con el Chelsea. Fíjate que también tenías a argentinos que se han quedado en casa porque no le han cedido los clubes u otros elementos por los que no han podido participar. Para mí esa es la clave: salen muy jóvenes, van a Europa, se forjan en las canteras de élite, vuelven a la selección con un nivel superior al que podían tener allí e incluso se potencian las ligas locales. Eso ayuda a que se equipare el fútbol. A nivel general Europa puede estar un poco por encima, lo bonito del fútbol es esto, que luego llegue Argentina y sea la campeona del mundo.