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LIGA DE LAS NACIONES CONCACAF

Cuatro expulsados, peleas y cánticos homófobos empañan el Estados Unidos-México

Estados Unidos consiguió la victoria pero el fútbol fue lo de menos. El partido tuvo que finalizar antes de tiempo ante la reiteración de insultos desde la grada. Dest, McKennie, Montes y Arteaga vieron la roja.

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Sergino Dest golpea a Gerardo Arteaga.
Lucas PeltierUSA TODAY Sports via Reuters Con

No era un partido cualquiera. Estados Unidos y México se jugaban el pase a la final de la Liga de las Naciones de la Concacaf. El vencedor se disputaría el título ante Canadá. Un choque de alto voltaje que acabó con cuatro expulsados, interrupción del partido por insultos homófobos y peleas entre ambas selecciones. Un esperpento el que se vio en la victoria por tres a cero de Usa ante México en Las Vegas.

El partido estuvo marcado por las continuas trifulcas entre jugadores de Estados Unidos y México. El juego se detuvo dos veces por peleas masivas y cuatro jugadores fueron expulsados. El juventino McKennie y el culé Sergiño Dest vieron la roja por el combinado norteamericano. El futbolista del Espanyol, César Montes, y Gerardo Arteaga, del Genk, por parte mexicana también enfilaron el túnel de vestuarios antes de tiempo. A lo que hay que añadir que el colegiado salvadoreño Iván Barton diera por finalizado el encuentro antes de lo previsto por lo insultos que se escuchaban desde el sector de aficionados mexicanos.

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LOUIS GRASSEAFP

La mecha que prendió todo fue en el minuto 69 cuando Folarin Balogun, que debutaba con Estados Unidos, fue frenado por una contundente falta por César Montes. En ese momento se originó la primera trifulca que acabó con Weston McKennie rodeado de jugadores rivales y con la camiseta rota. Ambos jugadores fueron expulsados, pero los ánimos ya estaban caldeados. Contribuyó a ellos McKennie que se besaba efusivamente el escudo de EE UU ante la afición rival. Por entonces el partido estaba inclinado ligeramente hacia los locales que vencían 2-0 con doblete de Pulisic.

Los enganchones entre los jugadores de ambas selecciones, banquillos incluidos, se repitieron en el Allegiant Stadium de Las Vegas casi de continuo. Hasta que se volvió a liar al borde del pitido final. Una disputa entre Arteaga y Dest, provocó la ira de los aficionados mexicanos que arrojaron bebidas desde las gradas y propiciaron cánticos homófobos. El árbitro activó el protocolo antidiscriminatorio y se instó a través de la megafonía del estadio a silenciar dichos cánticos. El colegiado Barton interrumpió el partido debido a los insultos homófobos procedentes de los aficionados mexicanos. El juego se reanudó con 12 minutos de tiempo añadido, pero ante la repetición prolongada de los insultos, el árbitro dio por concluido el partido antes de tiempo cuando solamente habían jugado ocho minutos de prolongación.

La Concacaf tuvo que emitir un duro comunicado ante la gravedad de lo vivido en Las Vegas: “Los cánticos escuchados durante el juego llevaron a la activación del protocolo antidiscriminatorio por parte de los oficiales del partido. Además, el personal de seguridad expulsó a varios aficionados por tener un comportamiento inaceptable en el estadio. Estos incidentes fueron extremadamente decepcionantes y empañaron lo que debería haber sido una ocasión positiva para exhibir fútbol de alta calidad en nuestra región”.