“¿Casemiro? Arteta debe estar bailando en su casa...”

Salió todo mal. Los red devils tuvieron que hacer frente el miércoles por la noche a la presión e intensidad del Crystal Palace, y también a sus propios demonios. Bruno Fernandes, uno de los capitanes, lanzó un mensaje tras la victoria del fin de semana en el derbi frente al City. Los mancunianos, después de temporadas vagando sin una dirección clara, volvían a ser un equipo. Un United unido. Sin embargo, el portugués protagonizó un carrusel de aspavientos sobre el césped de Selhurst Park que propicio un rifirrafe con su compañero Antony.

Corría la primera mitad y, pese al cabreo entre el portugués y el brasileño, los suyos parecían asentados en el partido frente al Crystal Palace. Cómodos. Tanto en el repliegue como a la hora de salir con la pelota jugada. Con calma. El propio Fernandes se desquitó al borde del descanso poniendo a los suyos por delante tras una combinación entre Rashford y Eriksen.

Más de un aficionado al Manchester United suspiró con resignación al ver a Casemiro en el once titular. La tensión, palpable porque el brasileño estaba apercibido y por el importante encuentro del domingo entre los mancunianos y el Arsenal. De Gea salvaba las acometidas de Odsonne Edouard y Marc Guehi mientras sus compañeros relajaban el ritmo y frustraban a su rival. Hasta la acción en la que todo saltó por los aires. A falta de diez minutos, Wilfried Zaha arrancó hacia la meta del portero español y Casemiro no encontró otra forma de frenar esta peligrosa acción que lanzándose con las dos piernas en el aire para cazar al internacional costamarfileño. Amarilla y sanción para el futbolista brasileño.

“Hablábamos antes del partido sobre la importancia de Casemiro”, explicó el exfutbolista Jamie Redknapp durante la retransmisión del partido en Inglaterra en la cadena Sky Sports. “Que no reciba una amonestación, que no se meta en líos. Le necesitan el domingo. Desde el punto de vista del Manchester United, la noche no pudo haber ido peor. Arteta debe estar bailando en el salón de su casa”.

Una vez amonestado, Casemiro charló con Fernandes. Enfadado. El brasileño entendió que el portugués había evitado intervenir, apartándose en lugar de frenar el avance rival con una falta. Aún ganaba el Manchester United, pero los de Erik ten Hag terminaron desinflándose. De Gea, providencial previamente, no pudo evitar el gol de Michael Olise en un libre directo. “Si queremos ganar este tipo de partidos tenemos que controlarlos hasta el final”, reflexionó el portero. “Nos hemos dejado dos puntos y perder a Casemiro para el domingo es un golpe duro. Echaremos de menos a uno de nuestros mejores jugadores en un partido importante”.