Camavinga, en el alambre
El mediocentro apunta a titular contra Croacia, en la vuelta de los cuartos de la Nations. Su rendimiento podría zanjar las dudas con su nivel en Francia.


Considerado uno de los mayores talentos concebidos del último lustro en Francia, internacional absoluto desde los 16 años, cada partido de Eduardo Camavinga con la selección francesa se presenta como una oportunidad de oro para asentarse definitivamente como titular. A sus 22 años, el franco-angoleño no ha sido capaz, todavía, de derribar definitivamente la puerta y la contienda de este domingo contra Croacia, en la que la subcampeona del mundo deberá remontar un 2-0 adverso para clasificarse a la Final Four de la Nations League, puede ser clave para convencer a Deschamps.

El centrocampista del Real Madrid está sumido en una situación similar con Francia a la que experimenta cada temporada con el conjunto blanco. Su potencial no concita ninguna duda, al menos de puertas hacia dentro, pero su irregularidad, y el hecho de que todavía no haya definido cuál es su posición, mediocentro, pivote o interior, han ralentizado su explosión definitiva. Sin embargo, sus dos últimos encuentros oficiales con el actual campeón de la Champions League, ante el Atlético en el Metropolitano y en Villarreal, han disipado de un plumazo a aquellos escépticos que consideraron que no tenía nivel para ser titular con Ancelotti.
Papel secundario en Francia
Con la selección francesa, el periplo de Camavinga ha sido agridulce. Ha protagonizado grandes encuentros, pero para Deschamps nunca ha sido titular indiscutible. Aun así, en los tres últimos parones, septiembre, octubre y noviembre, ausente en el primero por una lesión de rodilla, sus prestaciones fueron notables, sobre todo la protagonizada contra Israel en la Nations League (1-4), marcando y asistiendo y dominando el centro del campo. Sí, porque hasta esta temporada, el seleccionador francés, fan del cemento y hormigón en la divisoria, le había reubicado de lateral izquierdo, posición en la que también rindió con Ancelotti durante la temporada 2023/2024 y con la que cambió la final del Mundial de 2022 en el segundo tiempo.
El canterano del Rennes ha sido internacional 36 veces desde que debutó con tan solo 16 años, 13 tan solo como titular, números que denotan que no ha podido, aún, liderar el relevo generacional en el centro del campo y consolidarse junto al inamovible Tchouaméni. El jueves, Deschamps optó por un mediocampo físico, formado por Tchouaméni, Rabiot y Guendouzi, que se estrelló contra la técnica y la calidad croata liderada por un eterno Modric. Para contrarrestar a su compañero en el Real Madrid, insaciable el pasado jueves, el técnico deberá alinear a Camavinga, cuyo nivel será trascendental para imponerse en un mediocampo que ha sufrido constantes cambios desde que Kanté y Pogba dejaron de ir convocados.
Francia se encomienda a Mbappé para remontar hoy contra Croacia, también a Camavinga, cuya calidad, conducción de balón, aplomo, físico, se postulan como trascendentales para imponerse en la batalla del mediocampo de Saint-Denis. Un gran partido del jugador del Real Madrid podría decantar la balanza casi definitivamente a su favor, a tan solo un año y medio del Mundial, torneo en el que espera consolidarse y derribar la puerta de la subcampeona del mundo. Una oportunidad de oro, una final, un envite de enjundia para el franco-angoleño, que no termina de imponerse en los planes de Deschamps.
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