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Buffon: “Neymar debió ganar cinco Balones de Oro”

El legendario exportero presenta su autobiografía y repasa su carrera en el ‘Corriere della Sera’, desde los triunfos a las polémicas, pasando por la depresión: “Me curé también con Chagall...”

Nápoles (Italia)
Iserlohn (Italy), 15/06/2024.- Italian national team delegation head Gianluigi Buffon attends an event of the national team in Iserlohn, Germany, 16 June 2024. (Alemania, Italia) EFE/EPA/Daniel Dal Zennaro
Daniel Dal ZennaroEFE

La sinceridad siempre fue un sello de Gigi Buffon y es una de las razones por las que es tan querido, además de su inmenso talento. El exportero de 46 años, ahora directivo de la Nazionale, publica hoy en Italia su autobiografía “Caer, levantarse, caer, levantarse”.

Aprovechando esta ocasión, concedió una larga entrevista al Corriere della Sera repasando su carrera: “Hay algo masoquista en los porteros. Los campos de mi juventud eran los mismos de los 70: el área era dura como hormigón. Los viejos porteros los reconoces de las manos heridas, los flancos que duelen, de las veces que cayeron hasta sangrar. Solo tuve un agente en mi vida, Silvano Martina, y lo elegí porque tenía las manos llenas de cicatrices. Manos de portero”.

Locura: “Algo tengo, el portero habla solo, con sus guantes. Y, sobre todo, tengo una buena dosis de insolencia, sin la que no habría sobrevivido. Intente usted estrenarse en la Serie A con 17 años, con el Parma líder ante el Milan con sus mismos puntos”.

Estreno: “Recuerdo las miradas de Weah, Boban, Costacurta, Baresi. De repente noté una palmadita en el hombro: era Paolo Maldini, animándome. Él también se había estrenado siendo un chiquillo, sabía lo que supone. Nunca olvidé aquel gesto, Maldini no fue solo un futbolista inmenso, tiene las dos cualidades que más admiro: lealtad y valentía”.

Rivales: “Recuerdo un delantero del Benfica que me dio una patada terrible en la mano, lo hizo aposta, y me hizo muchísimo daño. Me miró sin ninguna intención de disculparse. Pero, lo juro, no recuerdo quién era. Si lo volviera a ver, le diría dos palabras. Olvido las personas negativas”.

El mejor contrincante: “Difícil elegir, jugué contra tres generaciones: Zidane, Ronaldo, Messi, Cristiano, Iniesta... ¿Elegir uno? Neymar. Por el jugador y por el chico que es, habría tenido que ganar cinco Balones de Oro”.

Champions: “El Barcelona de 2015 y el Madrid de 2017 fueron los mejores equipos de los últimos 20 años. Y en 2003 perdí la final ante el Milan de Shevchenko...”.

Depresión: “Era el final de 2003, tras dos scudetti seguidos llegó un bajón. Tenía un vacío delante, empecé a dormir mal, con agobios. Tuve un ataque de ansiedad en el campo, no podía respirar y pensé que no podía jugar. Era un Juve-Reggina, el entrenador de porteros, Ivano Bordon, un grande, me dijo que no estaba obligado a jugar. Miré al segundo portero, Chimenti, un gran amigo, y pensé que estaba ante un momento decisivo de mi vida. Pensé que si no regresaba al campo, creaba un antecedente conmigo mismo e igual me habría vuelto a pasar y habría acabado sin jugar más. Así volví al campo, hice una buena parada y fue decisiva porque ganamos 1-0. Pero el problema seguía ahí y el doctor Agricola confirmó la diagnosis: depresión”.

Cura: “Rechacé los fármacos, temía la dependencia. Me aconsejaron tener nuevas pasiones fuera del fútbol, y descubrí la pintura. Había una exposición de Chagall en Turín y me quedé bloqueado durante una hora. Era un cuadro simple, Chagall de la mano de su mujer, Bella, solo que ella volaba. Regresé al día siguiente y la cajera me dijo que era la misma exposición. Contesté: gracias, lo sé, pero quiero volver a verla”.

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Errores: “Tenía el complejo de no haber terminado el colegio, y dos masajistas me provocaron diciendo que ellos se encargaban, que todos los jugadores hacen así... Vamos, que me consiguieron un título falso. Una ingenuidad increíble que pagué”.

Fascismo: “No tenía la mínima idea de que el 88, que fue mi dorsal, para alguien evoca el ‘Heil Hitler’. Para mí solo significaba tener cuatro huevos... No soy fascista, y mucho menos racista. Llamé a mi primer hijo Louis Thomas en honor al ídolo de mi infancia, Thomas N’Kono. Fui el único europeo que fue a Camerún para su partido de despedida y es un recuerdo estupendo”.

Final de carrera: “Renuncié a la Nazionale cuando Di Biagio me pidió volver para ayudar con la adaptación de Donnarumma. Periódicos y redes sociales decían que no quería dejar espacio, que estaba viejo: estaba claramente todo organizado, quizás por algún agente. El presidente Gravina me ofreció un partido de despedida, pero no quise. Gasperini me escribió que con él en el Atalanta habríamos ganado la Champions, pero Pirlo me convenció para seguir en la Juve. Después, tuve una oferta del Barça como segundo portero, y me gustaba la idea de jugar con Messi tras Cristiano. Un día, sin embargo, estaba conduciendo y en la radio sonaba una canción que me encanta y que llevaba 10 años sin escuchar, ‘Bella’ de Jovanotti. Levanté la mirada y vi la caseta de peaje de Parma. Una señal: cerrar donde todo había empezado”.

Messi: “En la final de Champions de 2015 noté una mano en la espalda: ‘Gigi, ¿ahora intercambiamos las camisetas?’. Los grandes nunca son presumidos”.

Cristiano: “Tuvimos siempre una gran relación, veía en él una gran fuerza y una gran fragilidad, ligada a la ausencia del padre, al periplo duro que tuvo que enfrentar”.

Totti: “Fue mi verdadero compañero en el camino. Como yo algo insolente, con el acento romano, dos años mayor que yo, le conocí en la selección sub-16. Hubo enseguida una gran empatía entre nosotros. Es un caballo de raza, hay que quererlo y protegerlo”.

Apuestas: “Fue mi debilidad, para alguien era un vicio, para mí adrenalina. Pero nunca hice nada ilegal. Nunca me investigaron, porque nunca aposté sobre el fútbol: siempre y solo tenis y baloncesto americano. Ahora voy dos o tres veces al año al casino, pero ya no siento la necesidad”.

Cassano: “Siempre tuvimos buena relación, y en una concentración de un mes es el compañero ideal: crea grupo, energía, llena los vacíos. Le dije, sin embargo, que no sé si en una temporada larga le habría aguantado (ríe)”.

Balotelli: “Se ha perdido, perdió la concentración sobre su verdadero objetivo: ser el campeón que era en potencia. Verlo con 34 años volver a intentarlo en el Genoa me emociona”.

Zidane en la final 2006: “Llamé al árbitro porque temía que Materazzi no se levantara. Acababa de parar un cabezazo de Zidane que parecía una pedrada, por poco no me dobló la mano. Treinta segundos después me di cuenta, no lo niego, de que la expulsión del rival más fuerte habría sido una ventaja”.

Messi, Buffon y Cristiano en la entrega de los premios de la UEFA
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Messi, Buffon y Cristiano en la entrega de los premios de la UEFAREUTERS

Entrenadores: “Tuve sargentos, los que sacuden a los jugadores: Scala, Capello, Conte. Y psicólogos los que los calman: Ancelotti, Allegri”.

Capello: “Hice un partido extraordinario, él me convocó y me enseñó el vídeo del encuentro. Me dijo: ‘Gigi, así no vamos bien’. Me dolió mucho”.

Allegri: “Comparado con Conte, que nos regañaba todo el tiempo, parecía un ángel. Una vez en la pizarra solo escribió un tres: ‘sois tres veces mejores que el rival. Ahora al campo, a ganar”.

Lippi: “Era una mezcla. Tras el desastre del Mundial en Sudáfrica dijo: ‘La culpa no es vuestra, es mía que fui tan gilipollas que convoqué justo a vosotros”.

Conte: “Cuando supe que habría ido al Nápoles, dije los azzurri este año llegan primeros o segundos...”.

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