Brasil toca fondo
La cinco veces campeona del mundo vive uno de los peores momentos de su historia más reciente. Tres derrotas seguidas y primera caída como local en Eliminatorias.
Brasil no mereció perder ante Argentina por ocasiones y nivel mostrado por ambos equipos pero lo cierto es que volvió a caer, por tercer partido consecutivo, y mostró una capacidad nula de reaccionar al gol marcado por Otamendi. La derrota ante la albiceleste deja a la selección de Fernando Diniz en uno de los momentos más delicados de su historia con la Copa América 2024 en el horizonte.
Para observar una racha negativa de esta envergadura en Brasil hay que remontarse a los meses de junio y julio de 2001. En esa fecha la selección encadenó cuatro derrotas consecutivas ante Francia, Australia, Uruguay y México. Todo ello repartido entre la Copa Confederaciones, las Eliminatorias y la Copa América. En este caso actual todas los partidos perdidos han llegado en la fase de clasificación al Mundial de 2026 y dejan a la canarinha en un mediocre sexto puesto.
Por si fuera poco, Brasil jamás había perdido como local en las Eliminatorias. La victoria de Argentina en Maracaná corta una racha de 64 partidos en los que la ‘verdeamarela’ había permanecido invicta. El combinado de Diniz puede dar gracias al nuevo mundial de 48 selecciones que permite a Conmebol contar con seis plazas directas. De jugar con el sistema anterior, la situación sería aún más crítica.
Las lesiones de jugadores importantes como Neymar, Casemiro, Ederson o Danilo y la sufrida por Vinicius Junior en Barranquilla, ha dejado a Brasil falto de pilares en la cancha. Se echa en falta a jugadores de carácter que sepan imponerse en momentos de necesidad ya sea para defender una ventaja -en Colombia- o buscar el resultado -contra Argentina-.
Diniz fue el elegido para dirigir a Brasil en el inicio de las Eliminatorias, presumiblemente hasta la llegada de Ancelotti en junio, pero la situación para el técnico campeón de la Copa Libertadores con Fluminense puede llegar a ser insostenible. En el gigante sudamericano no hay paciencia y las críticas son constantes hacia algunas decisiones técnicas.
El seleccionador no ha conseguido implantar el exitoso estilo que le ha llevado al trono sudamericano a nivel de clubes y apenas por unos instantes en cada partido ha funcionado el sistema ofensivo. Sin balón el equipo se ha mostrado endeble y si bien en todas las Eliminatorias pasadas Brasil encajó cinco goles en las presentes ya ha sufrido siete con 12 partidos aún por jugar.
Si algo se puede destacar en el sistema táctico de Diniz, es la capacidad que muestran sus equipos para mandar en el juego. Aquí en Brasil aún no ha logrado conectar el centro del campo con los atacantes y en esta fecha FIFA no ha funcionado la dupla formada por André y Bruno Guimaraes, dos jugadores que se adaptan a la perfección a lo que pide su entrenador. Tampoco los laterales han estado a la altura para el grado de exigencia que se les requiere en campo rival.
A Brasil ahora le restan apenas un par de amistosos en el mes de marzo, uno ya confirmado contra Inglaterra, antes de afrontar la Copa América. Ahí ya no habrá margen para el error y no se pueden permitir otro varapalo como los sufridos en las últimas grandes citas. La necesidad de levantar un nuevo título comienza a ser imperiosa. Más si cabe con el éxito casi permanente que vive Argentina.
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