Brasil tiembla por la nueva lesión de Militao
La rehabilitación requiere una progresión cuidadosa, ya que el riesgo de recaída es muy alto. Se habla de abril como fecha para su regreso, en el momento decisivo de la temporada y con el Mundial asomando.

El Bernabéu se volvió a estremecer. Brasil y Ancelotti, tiemblan desde ese momento, justo en el instante en que una nueva lesión apareció en el horizonte de un futbolista que había vuelto a su mejor versión tras superar la segunda rotura de ligamento cruzado anterior. Eder Militao sintió de nuevo un crujido en su pierna el pasado domingo al correr y forzar a por un balón en una jugada que no servía para nada ante la situación de fuera de juego no pitado del futbolista del Celta. Su bíceps femoral saltó por los aires al romperse, en este caso con afectación del tendón proximal, una lesión considerada muy grave y que requiere un tiempo de recuperación significativamente mayor que un simple estiramiento muscular. Se habla del mes de abril como fecha para su regreso, en el momento decisivo de la temporada y el Mundial asomando.
Para explicar las implicaciones de este cuadro, Joao Barboza, fisioterapeuta especialista de la Sociedad Nacional de Fisioterapia Deportiva y de la Actividad Física (Sonafe Brasil), detalla por qué el caso del defensor del club español exige una atención redoblada.
Según Barboza, conocedor al máximo de los futbolistas brasileños, la lesión de Éder Militão es grave porque compromete no solo el músculo, sino también el tendón. “Cada vez que una lesión muscular afecta a un tendón, el pronóstico es más grave y el tiempo de retorno es mayor”, explica. Esto ocurre porque el tendón tiene poca vascularización, lo que hace que la cicatrización sea más lenta.
El bíceps femoral forma parte de los isquiotibiales, un grupo esencial para las acciones de carrera, especialmente para frenar la zancada. Barboza destaca que el mecanismo de la lesión fue típico: “Los isquiotibiales tienen la función de desacelerar la carrera, y en un sprint esa exigencia aumenta en casi un 80%”. El cuadro se agravó porque Militao sufrió un contacto en el tronco durante la desaceleración, combinación común en las rupturas de este grupo muscular.
Otro factor que aumenta el riesgo es el historial reciente del zaguero, que ya sufrió lesiones graves de rodilla, como la rotura de ligamentos en ambas rodillas entre 2023 y 2024. “El injerto del ligamento cruzado anterior muchas veces se extrae de uno de los isquiotibiales, y eso aumenta en casi un 50% la probabilidad de una nueva lesión cuando el atleta vuelve a competir”, afirma el especialista.
La localización del dolor también indica mayor gravedad: cerca del glúteo, donde el tendón del bíceps femoral se inserta en la cadera. Por eso, la previsión de cuatro meses tiene sentido. “Las lesiones con compromiso tendinoso pueden variar entre dos y seis meses, dependiendo de la extensión”, señala Barboza.
El fisioterapeuta añade que la rehabilitación requiere una progresión cuidadosa. “Si el atleta no es expuesto nuevamente a los mecanismos que causan la lesión —como aceleración, desaceleración y velocidad por encima de 25 km/h—, el riesgo de una recaída es muy alto”, explica. La historia muestra que cerca del 30% de los atletas sufren una nueva lesión de isquiotibiales después de volver a competir.
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El desafío es claro: “El foco es devolver al atleta a su nivel previo a la lesión con la menor probabilidad posible de recaída, respetando el tiempo de cicatrización y los criterios de progresión”, concluye el especialista.
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