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Bitello, el nuevo socio de Luis Suárez, llama a la puerta de Europa

El relato de los jóvenes brasileños y el viejo continente es una historia de amor sin fin. El último capítulo parece que lo va a protagonizar Bitello, polivalente centrocampista brasileño de Gremio.

Bitello, el nuevo socio de Luis Suárez, llama a la puerta de Europa
@Bitello_00

El relato de los jóvenes brasileños y el viejo continente es una historia de amor sin fin. El último capítulo parece que lo va a protagonizar Bitello, polivalente centrocampista brasileño de Gremio. Sus inicios como futbolista se desarrollaron como interior, siempre acompañado de un mediocentro defensivo que le cubriera las espaldas, sin embargo, los malos resultados de Grêmio en Serie B brasileña le llevaron a retrasar su posición para formar un doble pivote que transformaría el rendimiento de su equipo. Este cambio supuso la imbatibilidad de los blanquiazules durante tres meses, hasta que la perdieron en un encuentro donde, precisamente, Bitello estaba sancionado. Y es que, con el joven brasileño en el doble pivote, los suyos no perdieron ni un partido, hecho que fue fundamental para conseguir el ansiado ascenso a Serie A.

La presente temporada la inició también en una posición más atrasada, pero su polivalencia le hace adaptarse a casi cualquier zona del verde. Renato Gaúcho, histórico técnico brasileño, ha encontrado en él un gran multiusos capaz de adaptarse a zonas más ofensivas o defensivas. Su gran sociedad con el exbarcelonista Luis Suárez, le ha llevado a consolidarse en el extremo diestro, donde se ha desarrollado en los últimos partidos del campeonato Gaúcho. Por ahora, es el segundo máximo goleador de su equipo detrás de Suárez y sus grandes actuaciones por banda derecha recuerdan a Douglas Costa.

Su polivalencia y rendimiento ha despertado el interés de varios equipos, principalmente de la Bundesliga. Sus agentes José Lorenzo y Marcelo Karan tienen claro que Bitello está listo para dar el salto a Europa y que, por sus cualidades futbolísticas, el fútbol español le vendría como anillo al dedo.