Bala de plata para la Superliga

El mundo del fútbol está pendiente de lo que el 21 de diciembre determine el Tribunal Europeo de Justicia (TJUE) en Luxemburgo respecto al ‘caso Superliga’. La sentencia que saldrá ese día puede marcar un antes y un después, pues está en juego un posible monopolio de UEFA y FIFA en la organización de competiciones.

El caldo de cultivo previo a la sentencia está especialmente movido en Inglaterra. La sanción de 10 puntos impuesta al Everton por incumplimiento del Fair Play Financiero puede ser la primera de varias, y está haciendo removerse en sus asientos a los clubes más poderosos del país.

Dos de ellos, City y Chelsea -dos de los fundadores de la Superliga, de hecho-, están siendo investigados y podrían ser sancionados también. El castigo máximo puede llevarles hasta el descenso al fútbol no profesional, un escenario terrible que tanto en el Chelsea como en el City produce verdadero pánico.

Cambio de paradigma

“Existe en el ambiente el argumento, al igual que ocurre en Europa, de que si los clubes más grandes no obtienen lo que quieren, o sienten que están siendo penalizados, la conversación sobre la nueva Superliga vuelva”, dijo recientemente el experto en finanzas Dan Plumley a Stats Perform.

El estallido de la Superliga el 19 de abril de 2021 trajo consigo una respuesta popular en Inglaterra mediante la que todas las aficiones se posicionaron en contra. Fruto de ello, los clubes ingleses implicados anunciaron en menos de 48 horas su renuncia pública al proyecto.

Sin embargo, el cambio en la política económica de la Premier, las investigaciones y sanciones que ya empiezan a darse y la inminente sentencia del Tribunal de Luxemburgo pueden cambiar el paradigma. Los clubes ingleses tienen un papel fundamental en la historia. Lo tuvieron para frenar la Superliga en su primer amago y lo pueden tener ahora para que salga adelante si ven que la Premier no rema a su favor.

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