Así es Darvich, el azulgrana que le ha devuelto el espíritu competitivo a Alemania
El capitán de la Mannschaft es una de las grandes joyas de la cantera del Barça. Jugador de técnica, no rehúye del viejo carácter competitivo alemán, el sello de su éxito en la Sub-17.
Alemania recuperará en unos años su viejo espíritu. Al menos esa es la sensación que ha dejado la versión Sub-17 de la Mannschaft en este glorioso 2023. Cuando Joachim Löw se hizo cargo de la selección alemana en el 2006, el técnico apostó por cambiar el estilo histórico del equipo germano, tan característico por su fuerza, su potencia y su espíritu competitivo y de resiliencia, por un fútbol más moderno, de tiqui-taca y presión alta que puso de moda el fútbol español con los éxitos de la Selección y el Barcelona entre el 2008 y el 2012. Aquel cambió llevó a Alemania a ganar un Mundial en 2014, sí, pero luego llegaron dos fracasos consecutivos en Rusia y Qatar, donde no se pasó ni la fase de grupos, tres Nations League en las que ha tenido más disgustos que alegrías y una serie de amistosos para su Eurocopa en los que Nagelsmann no ha sabido lavarle la cara al equipo. Por eso, que la Sub-17 haya ganado en un año el Europeo y el Mundial da esperanza a los alemanes, y, sobre todo, por la manera de ganarlos: sabiendo sufrir, con mucha garra, con un fútbol directo y agresivo, en definitiva, de la vieja Mannschaft. Y el líder de esta generación campeona es su capitán Noah Darvich, jugador de la cantera del Barça.
De madre francesa y padre alemán con origen iraquí, Darvich ha sido una de las grandes estrella del Mundial Sub-17. Ha terminado el torneo como máximo asistente y fue decisivo en la final con el segundo gol de la Mannschaft ante Francia. Lleva el 10 y juega de mediapunta, una posición en peligro de extinción, pero puede actuar también en la delantera o como interior en el medio del campo. En Alemania lo comparan con Sané, por su físico, sobre todo, pero su ídolo es Messi y otros futbolistas del Barça como Xavi, Henry o Neymar, de los que colecciona sus camisetas desde hace años.
Darvich se formó en la cantera del Friburgo y en España se dio a conocer en la ronda élite para el Europeo Sub-17 de Hungría, en la que se enfrentó a La Rojita y dejó muy buenas sensaciones a pesar de la derrota de la pequeña Mannschaft (3-4). Luego llegó la Euro y se proclamó MVP del torneo después de guiar a Alemania al título con dos goles y cuatro asistencias. En aquel campeonato la selección germana ya dio muestras de un alto nivel competitivo después de superar a Suiza en cuartos de final y a Francia en la final por penaltis. El Europeo hizo que los grandes de Europa se fijaran en Darvich, que no tenía ninguna duda de cuál iba a ser su destino: el Barcelona.
Primeros meses en La Masia
Tiene edad de juvenil de segundo año, pero Darvich se ha afincado en el Barça Atlétic, filial azulgrana. El alemán lleva cuatro meses en España y está en proceso de adaptación, pero en La Masia nadie duda de que se acabara haciendo un hueco en el equipo titular. Su gran problema es que la competencia en su posición es gigante. Los españoles Junyent, Bernal y Juan Hernández, a los que se enfrentó en los cuartos de final del Mundial, juegan donde Darvich y llevan muchos años en la cantera del Barça, pero Darvich ya ha dado pasos para superar a varios de ellos en minutos con el Barça Atlétic. Es más, en el equipo azulgrana de la Youth League ha sido titular en los tres encuentros que pudo disputar antes de irse al Mundial y anotó un gol.
Darvich regresa ahora a Barcelona como una de las mayores joyas del club. Un jugador que mezcla el carácter competitivo del fútbol tradicional alemán con el juego moderno que ha caracterizado a la Mannschaft y al Barcelona en la última década. Xavi debe empezar a vigilarle más de cerca.
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