Argentina, a la sombra de Brasil
Mientras el fútbol brasileño crece, Argentina se queda en el camino de volver a reinar en Sudamérica. El campeón del país recibirá menos dinero que el ganador de la segunda división de Brasil.

El dominio brasileño no sólo se plasma en las grandes competiciones sudamericanas. Después de que Brasil igualara en Copas Libertadores a Argentina tras el trofeo que levantó Flamengo, en lo económico la diferencia se agranda entre dos países que pretenden tener su dominio en el sur del continente. Mientras Argentina se queda por el camino, los campeonatos evidencian una gran diferencia entre los dos campeonatos de América del Sur.
Mientras que Flamengo, máximo representante de Brasil, aumenta su valor y tiene un contrato de patrocinio que se dispara a los 60 millones de euros al año, aproximadamente, el de River Plate presenta una cantidad siete veces inferior, encontrándose sobre los 9 millones de euros anuales. Una diferencia que ha ido creciendo con el paso del tiempo, haciendo gigante la fractura entre los dos países más poderosos de Sudamérica a nivel futbolístico.
El declive económico argentino queda reflejado también sobre el terreno de juego. No hace falta irse a Boca o River, máximos exponentes de su país, para evidenciar este aspecto. Mirando a las ligas, sólo hay que poner unas al lado de otras para ver esta diferencia. “Cuando analizamos la discrepancia entre los valores ofrecidos por los torneos brasileños y los practicados en Argentina, es evidente que no se trata solo de una diferencia puntual de premios, sino de un contraste estructural entre dos ecosistemas deportivos. En Brasil, la mayor capacidad de generación de ingresos impulsada por derechos de transmisión, patrocinios y un mercado interno significativamente mayor crea un escenario en el que los clubes pueden operar en otro nivel de inversión. Además, el advenimiento de la ley SAF, que abrió un nuevo horizonte de inversión, amplió aún más esta brecha entre los mercados”, explicó Moises Assayag, socio-director de Channel Associados y experto en finanzas en el deporte.
Mirando datos pasados, los campeones de Brasileirão y Copa do Brasil reciben un premio económico mucho mayor al de los campeones argentinos. La diferencia, además, se acentúa si se mira también la Serie B brasileña, ya que en 2024 Coritiba se llevó 500.000 euros, un valor superior al que recibió Vélez por salir campeón argentino en el mismo año. Este 2025, con el final de los campeonatos y cuando las cifras sean oficiales, la disparidad podría aumentar.
“Esta diferencia de valores entre los campeonatos argentinos y brasileños puede explicarse, principalmente, por la diferencia en el modelo de gestión, estructura de gobernanza y tamaño del mercado deportivo en cada país. Otro factor importante es la distinción en la estructura de las competiciones y premios. Mientras que en Brasil la organización y el aporte financiero de torneos como la Copa de Brasil y el Brasileirao crean un ambiente competitivo y atractivo para los inversores, en Argentina los torneos aún enfrentan problemas de organización y bajos niveles de monetización. Esto se refleja en la capacidad de distribuir premios más sólidos y estimular el crecimiento económico de los clubes”, expresó el educador financiero y director de Multimarcas Consórcios, Fernando Lamounier.
Con el trasfondo de las Sociedades Anónimas de Fútbol sobre el papel, los problemas que han evidenciado esta fractura parecen más profundos. En Brasil la CBF se ha empeñado en buscar una mejor gestión por parte de los clubes para que haya un crecimiento en el nivel deportivo pero también institucional, mientras, por otro lado la AFA se encuentra en una encrucijada donde algunos dirigentes no parecen estar de acuerdo con todas sus decisiones. A ello se junta también el choque de la Asociación del Fútbol Argentina con el Gobierno al respecto de las SAF en el país.
“Las transformaciones de los clubes en SAF en todo el mundo y en Brasil es una prueba reciente de ello, retratan que es un camino sin retorno de inversiones dentro y fuera de los campos, y una señal de esperanza no solo para los llamados grandes, sino también para los más pequeños, que ahora cuentan con nuevos ingresos para aumentar sus elencos y estructuras. Sin embargo, se necesita una buena gestión. Algunos clubes sudamericanos han seguido este camino, pero es una minoría. Desde el momento en que esto se convierta en una realidad, especialmente para los argentinos, creo que el nivel de competitividad tendrá un mayor efecto de equilibrio”, señaló Claudio Fiorito, presidente de P&P Sport Management Brasil, especializada en la gestión de la carrera de los atletas.
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La brecha entre Argentina y Brasil crece con la misma rapidez que se establece el dominio brasileño en todo el continente. En las últimas siete finales de Copa Libertadores sólo hubo vencedores del país pentacampeón del mundo. Mientras en un sitio no se establece un camino fijo, en el otro se aprovecha lo construido para ser dominante.
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