REAL MADRID | ÁNGEL GARCÍA CABEZALI
Ángel García: “Zidane habla poco, transmite sólo con su presencia”
El capitán del AEK Larnaca analiza en AS su década en La Fábrica, ahora que su Madrid visita una Polonia donde brilló en el Wisla Plock. “Jesé era algo fuera de lo normal”, recuerda.
A los cuatro años comenzó a dar patadas al balón. En el Bonanza de Boadilla ya destacaba y tras un breve paso por el Rozal, La Fábrica tocó su puerta. “Ha llamado el Madrid y quieren que firmes con ellos”. Así se despertó su padre a Ángel García Cabezali (Madrid, 3 de febrero de 1993) una mañana. Ángel tenía 10 años y comenzaba un sueño. “He sido madridista desde pequeño”, sonríe en conversación con AS. Pasó un década en la casa blanca. Junto a, entre muchos otros, un “Jesé fuera de lo normal”. Siempre pasó el ‘examen final’ de Valdebebas hasta que en 2014, tras dos cursos en el Madrid C, se cerraron las puertas. Extremo izquierdo de cuna y lateral ocasional, paladeó entrenamientos del primer equipo con Mourinho y con Ancelotti, Isco le dejó ojiplático y Zidane le impresionó “con su presencia” en el Castilla. Después arrancó una aventura que le ha llevado a ahora capitanear, ya asentado como tres a tiempo completo, el AEK Larnaca chipriota. Antes, Valladolid, Cultural Leonesa y un paso por el Wisla Plock que le coloca al otro lado de la pantalla. Por la visita de su Madrid a una Polonia, a Varsovia para buscar la Supercopa de Europa, que le marcó.
Entrevista
Ya ha llovido, pero ¿cómo recuerda tu paso por La Fábrica? ¿Hay siempre ‘examen de final de curso’ no?
(Ríe) Sí, sí. Al final de cada año siempre ‘pasas por caja’. En alevines terminas y todos los chavales, al menos en mi época, íbamos pasando por la oficina. El que salía llorando ya sabías lo que había pasado, que le habían dicho que no contaban con él y se tenía que ir. Funcionaba así. También se daba el caso que ya con 16 años te hacían el contrato profesional. Yo, personalmente, fui quemando etapas de manera natural. Siempre con mi año y mi generación.
Pero siempre aprobando.
Sí, siempre siendo más o menos importante. En ocasiones más, otras menos.
“En La Fábrica, a final de año, ‘pasas por caja’. El que salía llorando ya sabías lo que había pasado”
¿Cuál es su generación?
La del 93. Jesé, Diego Llorente, Rubén Yáñez, David Soria... Luego te mezclas con otros como Melero, que era del 94. Si analizamos el total, quien más carrera ha hecho ha sido Diego.
Pero el que más destacaría por aquel entonces sería Jesé, imagino.
Sí, sí. El mejor futbolista con el que he jugado ha sido Jesé. Era algo fuera de lo normal. Camino de ser un jugador generacional, pero que se ha demostrado que no todo son condiciones. Que intervienen muchas variables en la carrera de un jugador. Pienso que la lesión que tuvo en el primer equipo fue un punto de inflexión importante. Por sus características. Y tampoco sé exactamente el transcurso de su vida privada, pero seguramente tampoco haya ayudado. Una pena, la verdad. En la época en la que estuve con él, él era el mejor pero a una distancia abismal del resto. Ah, y antes me dejé, por cierto, a Mariano. También del 93. Y a Omar Mascarell. Me olvidaré a algunos, seguro...
“Jesé era algo fuera de lo normal, iba para jugador generacional, pero se ha demostrado que en el fútbol no todo son condiciones. Una pena”
La explosión de Mariano en la cantera ya fue tardía. ¿Destacaba mucho en aquella época?
No destacaba. Llegó en juveniles y el primer año fue correcto. Ya en su segundo año en el Real Madrid C, que estuvimos juntos, marcó muchos goles y luego en el Castilla hizo una temporada espectacular. Pero no era un caso como Jesé. Era un muy buen jugador, pero en ese momento, siendo sinceros, no hubiera dicho que iba a hacer un carrerón. Pero por eso están ahí los ojeadores y quienes verdaderamente entienden, para detectar la valía de los futbolistas. Yo con Mariano veía a un buen jugador, pero como otros.
¿Se pone foco en los estudios de los chavales en La Fábrica?
Le dan importancia, pero no es definitivo. El fútbol es un negocio y si tienes un activo que consideras rentable, los estudios no van a hacer que se deje de contar con él. Le dan importancia, dentro de la importancia que para ellos tiene.
Volviendo a su etapa en el C. Es titular con continuidad. ¿Se veía dando el salto al Castilla o barruntaba que había llegado el momento de volar?
Ese año lo terminé muy bien, pero sinceramente no consideraba que había hecho una temporada como para subir al Castilla. Aunque sí tuve bastante esperanza porque el Castilla bajaba a Segunda B. No es lo mismo que Segunda. Yo estaba ya allí y lo había hecho más o menos bien. Pero bueno, llegó Zidane, no me dieron la oportunidad de seguir y tocó buscarse la vida fuera.
“Tuve esperanza de seguir porque el Castilla bajó a Segunda B y yo estaba ya allí con el C. Pero llegó Zidane, no tuve la oportunidad y tocó buscarse la vida fuera”
¿Se hubiera quedado en el C?
Bueno, después de dos años ahí y encima el jugar en Tercera, creía que ese ciclo había terminado. Al final es jugársela. Nunca se sabe. Igual te quedas en el C, lo haces bien y subes al Castilla. Pedí consejo y me aconsejaron marcharme a otro filial para tener más posibilidad de llegar al fútbol profesional. Y así fue.
¿Llega a tratar con Zidane?
Estuve un mes con él de pretemporada. Personalmente no hablo nada con él. Ya lo había hablado con los jefes. Al final de la anterior me dijeron que tenía un año más de contrato y que querían que lo cumpliese. No querían que me fuese, que contaban conmigo. Pero empezó la pretemporada con el Castilla y tras tres semanas bajé con el C. Ahí vi que las opciones de Castilla se limitaban y empecé a barajar otras opciones. Hablé con el club y ellos no pusieron impedimento. Fue un pacto de mutuo acuerdo y me fui al Valladolid B.
¿Y qué tal es ver a Zidane de primeras?
Al principio impacta. Es una figura que transmite mucho respeto. El tiempo que compartí con él, no puedo darte una valoración exacta. Es un hombre que habla poco. Transmite orden y disciplina sólo con su presencia. Como si no necesitase decir nada. Algún detalle, pero poco. Y ya está. Es lo que viví con él.
“Zidane impacta, transmite mucho respeto sólo con su presencia, como si no necesitase decir nada”
¿Hay algún momento o algún gol que recuerde con especial cariño?
Hay uno muy especial. Jugábamos el Huesca-Real Madrid C y vinieron mis amigos Andrés, Pablo y Luis Miguel. Fue un partido complicado, ante uno de los gallitos de Segunda B. Empatamos a uno, pero nos adelantamos con gol mío y fue justo en el córner donde estaban ellos. Nos abrazamos todo el equipo con ello y es una imagen para el recuerdo.
¿Qué entrenador recuerda con más cariño del Madrid?
Hay dos. Sebas Parrilla, mi primer entrenador y le tuve tres años seguidos en La Fábrica. Y el otro es Luis Miguel Ramis. Porque creo que yo le gustaba mucho y él transmitía mucho y te hacía aprender. me quedaría con esos dos.
¿Y del primer equipo?
Diría Mourinho, era la época en la que estaba en la cumbre. Era un ídolo por sus éxitos y su aura. Era un ídolo por sus éxitos y su aura. Cuando se fue llegó Ancelotti, también brutal. Pero sólo entrené una vez con Carletto y delegaba más en sus asistentes. Te diría que Mourinho imponía más. Aunque con los chavales genial.
“Mourinho imponía más que Ancelotti, aunque con los chavales era genial”
¿Subía a menudo?
Solamente yo, tres veces. En momentos que necesitaban a alguien específico para una posición concreta. Pero el año de Mourinho estaba peleado con Toril, que estaba en el Castilla. Entonces, no sé si para fastidiar a Toril llamaba a los del C. Y ahí subíamos muchos chavales. Y cuando había parón de selecciones subíamos todo el Madrid C a los campos del primer equipo. Era un entrenamiento normal, pero estaban Essien, Kaká, Morata, Callejón, Adán...
“Özil, Cristiano, Benzema... pero el que más me sorprendió, Isco”
¿Qué jugador sorprendía más?
Vaya pregunta (ríe). No sé que año fue ‘peor’. Subes y están Özil, Cristiano Ronaldo, Benzema... Pero a mí me soprendió mucho Isco. Era su época top y llamaba mucho la atención. Sabes que es un jugón, pero no te esperan tantísimo quizás.
¿Alguien le apadrinó?
No tenía realmente rutina de entrenar con el primer equipo. Entonces no tenía una conexión con alguno en particular. Pero sí que puedo decir que me sentía, cuando subía, más acogido por los portugueses y brasileños que los españoles. Pepe es una persona, uf. Se acercaba a los chavales, preguntaba ‘qué tal’. Y así todos ellos. Marcelo igual. Cristiano también bastante bien. Y compañeros que hicieron con ellos la pretemporada me hablaban muy bien de Cristiano.
¿Y qué tal con Florentino?
Había poco trato. Venía una o dos veces a ver al Real Madrid C. Y una de esas veces se hacía una comida, con directivos y con él. Siempre aprovechábamos para pedirle más primas. Y Florentino accedía, claro (ríe). Le lanzábamos la petición en medio del jaleo, delante de todos los directivos (ríe de nuevo). “Venga, os la subo”.
“En las comidas aprovechábamos para pedirle más primas a Florentino. Siempre accedía”
Valladolid, León, Polonia, Chipre
Y llega al Valladolid.
No tenía claro qué hacer. El Albacete y el Leganés estaban interesados... Valoramos las opciones, pero no se concretaron y miramos un filial. Es la forma más sencilla de acceder al fútbol profesional y con el cartel del Madrid salieron muchas alternativas. Una de ellas fue el Valladolid y me gustó por el proyecto de crecimiento.
Y acaba en el primer equipo.
Tuve suerte, en el fútbol es necesaria. Vino un entrenador que le gustaba. Yo no firmé garantía de primer equipo ni nada. Hice el primer año en Segunda B y el segundo aparece Garitano. En la pretemporada ya le gusté y completé el curso a caballo entre el filial y el primer equipo. Y ya ese año siguiente me hacen contrato con ellos. Fue un proceso muy progresivo.
¿Qué ocurre al final?
Salir fue decisión mía. Con Luis César (Sampedro) empiezo sin jugar y luego enlazo seis o siete partidos haciéndolo. Después me quedo fuera y sale en invierno la posibilidad de la Cultural Leonesa. Al final me permitieron salir y me fui a la Cultu. No sale bien, porque bajamos a Segunda B. Intenté buscar otras cosas ese verano, pero el club quería volver a subir, conmigo como jugador importante. El problema es que llega un entrenador nuevo y muchos jugadores y el técnico decide dejarme sin ficha a una semana del cierre de mercado. Estaba todo el pescado vendido. Sale alguna cosa, como el Alcorcón, pero me quedo sin ficha y sin firmar con nadie. Y me quedo seis meses sin jugar.
De cabeza sería difícil de gestionar.
Es complicado. Sobre todo porque no entiendes cómo pasas de jugar en Segunda a no contar en Segunda B. Son cosas que pasan. Lo que me dolió es que hablé con el entrenador y acepté las cosas. Pero le pedí que me dejase entrenar con el grupo con normalidad, para mantenerme. Y me dijo que sí, pero no fue así. Trabajaba mucho al margen, corriendo solo. Eso fue feo. Estaba en esa situación por ellos. Si me avisan un mes antes me hubiera buscado otra cosa. Y lo malo es que hasta enero no salió nada.
Y llama Polonia a su puerta.
A las dos semanas de quedarme sin ficha me llama el Mallorca, que acabana de subir a Segunda. Pero tenía que salir un lateral izquierdo. No se dio y se cayó la opción. En octubre viajo a Estados Unidos a entrenar con el DC United. Me querían ver y fui. Estuve diez días y entrenamos tres días. No les dio tiempo a nada. El entrenador fue sincero: “No te puedo decir si eres bueno, malo, apenas te he visto. Si te parece vente en enero y haces la pretemporada”. Le dije que parecía bien, siempre que no saliera algo antes. Y ahí salen dos opciones de Polonia. Me decanto por el Wisla Plock en parte por el entrenador, Kibu Vicuña, que era español. Estuve a prueba dos semanas, algo muy habitual incluso ahora. Les convenció y ya pasaron la oferta a mi agente.
Cae de pie.
Desde que llego juego todos los partidos, menos uno. Se puede decir que sí. Cambiamos de entrenador y también bien. Tengo muy buen recuerdo de esa etapa.
¿Cómo es el fútbol polaco?
La primera de aquí, nivel de Segunda. Pero yo creo que los top de Segunda pelearían por ganar la Ekstraklasa. El nivel se ve muy afectado por el clima, porque de febrero a abril estropea mucho los campos y se vuelven impracticables. Al volver del parón invernal hay cada partido... Lo llaman fútbol porque la pelota es redonda (ríe). Mucha nieve, campos congelados. Complicado.
Se aprecia mucho al futbolista español. ¿Sintió el caché de ser canterano del Madrid?
El caché del Madrid dura dos o tres años. Sí que es verdad que en Polonia miran el currículum del jugador. Pero tampoco te facilita nada. Y sí, en los últimos años han venido muchos españoles. Primero, porque los polacos han sido listos al identificar el mercado español para firmar barato y sacar un gran rendimiento. Ahora están intentando firmar a gente con más nombre, pero antes iban a por gente de Segunda B. Si a un chico de Segunda B le ofreces 6.000-7.000 euros al mes y va con los ojos cerrados. Y no es un contratazo. Hay muchos ejemplos. Igor Angulo, Jesús Imaz, Carlitos López, Jorge Félix, Ivi López... Muchos casos donde la inversión es mucho menor al rendimiento.
“En Polonia hay jugadores top ganando 500.000 o 600.000 euros netos”
¿En qué nivel salarial se mueve un equipo top de la liga polaca?
Diría que en un equipo top habrá gente ganando en torno a los 500.000 o 600.000 euros netos. Los mejores jugadores.
¿Qué se va a encontrar el Madrid en materia organizativa?
Es una liga top. La organización liguera, de televisión... Es excelente, como la Primera española. Es lo que les ha permitido crecer tanto, por ese buen márketing. Eso también les permite vender luego más caro. En materia organizativa, Polonia es un 10.
“En Polonia hay mucha afición por el Madrid, en mi época ganaba por goleada”
Hay mucha afición por el Madrid allí, ¿no es así?
Sí, mucha. Ahora imagino que con Lewandowski, que es una institución allí, habrá ganado peso el Barcelona, pero en mi etapa allí ganaba el Madrid por goleada. Incluso los jugadores de mi equipo seguían más al Madrid que al Barça.
Y de ahi a Chipre. Capitán incluso.
Con el Wisla llevaba muchos meses hablando de la renovación. Me llamó el Pogon varias veces, pero antes de tener oferta oficial me llegó la del AEK, a principios de mayo. Tres años, buen contrato, poder jugar Europa. Y yo estaba cansado de no aspirar a nada realmente. Todo se cumplió. El primer año quedamos segundos, jugamos Europa League, este último año también segundos. Han sido años muy buenos. Ya como primer capitán. Ahora he renovado por otros dos y esperamos que sean igual de buenos.
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