Ancelotti se rinde a su ‘Rodri’: Bruno Guimarães
El centrocampista es el único jugador que ha disputado todos los minutos con Brasil desde la llegada del italiano. Intocable, es la prolongación de ‘Carletto’.


Brasil toma ritmo de cara al Mundial 2026. El ‘miniciclo’, si se puede llamar así, de Carlo Ancelotti ha sido movido por lo heredado de sus predecesores. Tras tres años de capa caída, la Canarinha parece volver a sonreír. ‘Carlinhos’, como cariñosamente han apodado al técnico, ha formado una estructura sólida donde destaca la actuación de un jugador: Bruno Guimarães (Río de Janeiro, Brasil; 1997).
El centrocampista del Newcastle puede alardear de ser el único jugador que lo ha disputado todo con Carletto, sus cinco titularidades en cinco partidos son la prueba de ello. Parece, incluso, que la Canarinha será un “Bruno y diez más” en la próxima Copa del Mundo. Y todo por una razón única, la confianza ciega que el italiano tiene en el volante.
Bruno es diferencial para Ancelotti. Una relación de respeto e idolatría, es casi un mentor para el brasileño, al que el italiano le define como “indiscutible” por todo lo que aporta el equipo. No solo por ser un peso pesado dentro del vestuario -será uno de los capitanes en el corto plazo-, sino también por su evolución como ancla del equipo. En los 439′ que ha disputado desde su llegada, se erige como el más completo de la medular: 67% de duelos ganados, 5 robos por partido, 87% de pases precisos, además de sumar un gol y una asistencia.

“Ancelotti me ha dado mucha confianza y creo que estoy viviendo mi mejor momento en la selección. Estoy muy feliz y muy contento”, se rendía Bruno. El ‘amor’ del italiano por Guimarães viene de lejos. Ya en su etapa en el Real Madrid intentó reclutarle para la causa, sobre todo tras la salida de Casemiro, como avanzara este diario. Finalmente, y por situaciones ajenas a la negociación, ese pase no terminó por fructificar.
Pero Ancelotti ahora le disfruta en Brasil. Quizás por quitarse la espinita de no haberle podido disfrutar en el Bernabéu, el italiano le protege como el que más. Prácticamente es su prolongación en el campo, el jugador que juega y hace jugar. La Canarinha vive un idilio en esta fase de preparación previa a la Copa del Mundo, y eso que no lo tuvieron fácil. Una odisea que, por fin, parece acabar con el italiano en el banquillo.
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"El ciclo estuvo lleno de situaciones, fue muy turbulento, pasaron muchas cosas, pero crecimos y nos fortalecimos en la recta final, tanto individual como colectivamente. Nos va bien en todo lo nos pide el entrenador. Quiero seguir teniendo un buen desempeño en mi club para ganar cada vez más espacios, complacer al entrenador y seguir siendo titular; no sé si indiscutible, pero hacer un buen trabajo", finalizó.
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