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PORTUGAL

Amorim lanza al Van Dijk brasileño

El imponente Bruno Ramos (2005) es el último gran prospecto de la jovencísima defensa del Sporting por el que ya se interesan en Europa y en España. “Es rapidísimo, en los entrenamientos atrapa a Gyokeres…”, afirma el técnico.

Bruno Ramos conduce el balón en un partido de Copa con el Sporting de Portugal. (Instagram Bruno Ramos).

El pasado fin de semana debutaba como titular en el primer equipo del Sporting de Portugal un nuevo prospecto. Bruno Ramos (Alfredo Chaves, Brasil, 2005) recibía el premio y la responsabilidad por parte de Rúben Amorim para formar como central derecho en la zaga lisboeta, en un partido en el que Sporting superó al Portimonense por 1-2 y avanzó de ronda.

Podría ser un debut más dentro de la insultantemente joven defensa de Amorim. Cabe recordar que el técnico cuenta con centrales como Gonçalo Inácio (2001), Debast (2003), Quaresma (2002) o el imponente Diomande (2003) en su plantilla. Pero el debut de Bruno Ramos era uno de los pasos esperados a los que muchos estaban atentos desde hace semanas por varias particularidades. Desde que el central brasileño llegara el pasado verano a préstamo al Sporting procedente del Académico de Viseu, el zaguero ha llamado la atención de muchos.

Si imponente es Diomande, los 187 centímetros de Bruno Ramos presentan la planta de un central que se había ganado el apodo en el Académico de Viseu de ‘Van Dijk’ por similitudes en su juego en cuanto a velocidad, fortaleza y capacidad para construir desde atrás. Un central diestro potente, hábil en el cuerpo a cuerpo contra los delanteros centro para frenar su juego de espaldas, con buen pie y que además destaca por un gran sentido de la anticipación y manejo de los tiempos para tener que recurrir muy poco a las faltas.

Apenas unos meses en el club de Lisboa a préstamo para jugar en el filial y el hábil Amorim ya ha contado con él para hacerlo debutar en el primer equipo. “Bruno es rapidísimo, en los entrenamientos es capaz de atrapar a Gyokeres”, explicaba ya el técnico a finales de septiembre, cuando llamó a Ramos para que formara parte del banquillo del primer equipo. Y es que detrás de este fenómeno brasileño hay ya una partida que se está jugando.

Con una trayectoria inusual, Bruno Ramos llegó al Alvalade después de una notable temporada pasada entre el equipo juvenil y el Sub-23 del Académico de Viseu. El caso es que Sporting estuvo rápido y consiguió adjudicarse una cesión con una opción de compra para el 50% a cambio de dos millones de euros y ostenta otro derecho para adquirir otro 20% por dos millones más. El club lisboeta se movió con celeridad en junio cuando los ojeadores de equipos europeos comenzaban a reparar en él y ahora Amorim acorta los tiempos de la siempre solvente academia del Sporting. Con muy pocos minutos jugados en el filial, el técnico decidió rápidamente saltarse los pasos y le reclutó para el primer equipo, donde lo está moldeando.

Así, de momento, los tentáculos de clubes como los de la Red Bull, Chelsea, Nottingham Forest o en España como el Barcelona o el Valencia se despliegan por el defensa, pero tienen que mirar desde lejos. No son los únicos de las grandes ligas que le someten a un seguimiento exhaustivo. Pero Amorim quiere jugar para el Sporting, que en este caso tiene la mano en la baza por esa opción de compra que se garantizó al visionar el futuro del chico, que está sorprendiendo en Portugal por una proyección atípica.

A principios de septiembre, prácticamente sin haber debutado en el filial, Amorim ya lo subió al primer equipo y el 22 entraba por primera vez en la convocatoria. La plaga de lesiones en la zaga verdiblanca ha ayudado a dar el último empujoncito. Natural del estado brasileño de Espirito Santo, Bruno Ramos dio sus primeros pasos con el modesto Porto Vitória FC, con quien se exhibió en una Copa de Brasil Sub-17. A inicios de 2022 el Barra-SC, del Balneário Camboriú, le firmó un contrato. Fue entonces cuando, debido a un convenio de intercambio entre Barra y el Hoffenheim, Ramos permaneció un tiempo en Alemania para algunas pruebas. El club germano quedó cautivado, pero el futbolista, dada su juventud, no estaba por la labor de un cambio tan drástico en su vida. Volvió a Brasil, donde ya los grandes se querían lanzar sobre él, pero Barra lo vendió al Académico de Viseu, que hizo una gran jugada. Ahora, con los ojeadores de media Europa detrás, el Sporting tiene la palabra.

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