FRANCIA
Al Khelaïfi, exultante como nunca
El presidente del Paris Saint Germain bajó al vestuario tras la victoria en San Sebastián y se mostró encantado con el nivel y juventud de la plantilla.
La victoria del Paris Saint Germain en San Sebastián contra la Real Sociedad y su posterior clasificación a los cuartos de final de la Champions, la primera desde 2021, ha instalado la felicidad y la euforia en la capital francesa, después de dos años en los que el equipo se había estrellado en los octavos. Fue tal la satisfacción de toda la entidad que el presidente, Nasser Al Khelaïfi, bajó al vestuario tras el partido para mostrar su alborozo delante de los jugadores.
El qatarí pronunció un breve discurso a la plantilla en la que aseguró que “fue una victoria colectiva”, que, además, “juntos somos más fuertes”, poniendo énfasis en el colectivo antes que en las individualidades y que “la clasificación sienta las bases para el futuro”. Futuro es la palabra que no se ha cansado de repetir Al Khelaïfi, ya que el PSG alineó, en Anoeta, el once más joven de su historia en la Champions League y el más joven de todos los octavos de la máxima competición continental, estadística que refrenda el cambio de rumbo adoptado por el proyecto para priorizar jugadores jóvenes y comprometidos con la institución.
Al Khelaïfi ya había recalcado, en una flash interview con una televisión, al ser preguntado por Kylian Mbappé, que el PSG está “construyendo un proyecto a futuro”. El largo plazo ha sustituido a la inmediatez, el proyecto ha sustituido la urgencia, lo que ha dotado al club de un oxígeno que anhelaba y que le impedía cincelar equipos competitivos durante las últimas temporadas. El presidente le ha ratificado su confianza a Luis Enrique, con el que quiere formar un proyecto a largo plazo a pesar de que, de momento, tiene contrato hasta 2025.
Otro de los mensajes que se repitieron en el vestuario fue el de quitarle presión a los jugadores. El PSG, como bien ha reiterado Luis Enrique, no está obligado a ganar la Champions League, al contrario de otras ediciones, en las que el objetivo, al menos desde fuera, era llevarse el título. Con un equipo sin presión, con una plantilla joven y hambrienta de victoria y con un entrenador que protege públicamente a todos los jugadores, el conjunto parisino no tiene límites y atisba una Champions en la que puede acercarse a una corona que fue una obsesión durante más de una década.