Adriano, a Moratti: “¿Por qué intenta enviarme a un psiquiátrico?”

Adriano Leite Ribeiro fue uno de los brasileños que marcó una época en el fútbol. Fue uno de los delanteros más brillantes en la época de los 2000 en Europa. Sin embargo, el brasileño vivió un infierno durante su última época en el Inter de Milan. De Emperador a la depresión total que le llevó a refugiarse en el alcohol. Ya en su retiro, el exjugador desvela momentos duros que vivió en la plenitud de su carrera profesional.

Gracias a la publicación de su biografía “Mi mayor miedo” salen a la luz detalles de su infierno. Como por lo que pasó en la última etapa en las filas del Inter, cuando la directiva del club italiano empezó a desconfiar de él y Moratti le quiso enviar a una clínica de rehabilitación.

“Mucha gente usa el fútbol como válvula de escape, yo necesitaba una vía de escape del fútbol. Esa vía de escape era mi familia, mi padre. Sin embargo, mi padre ya no estaba. Una cosa llevó a la otra, y la bebida se convirtió en mi compañera. Me multaban pero no me importaba, ganaba mucho dinero. Una vez duele, la segunda vez te cabreas, la tercera... ni siquiera te importa. Y esto es en ambos sentidos... Terminé la temporada con sobrepeso nuevamente. Durante el año tuve algunas lesiones, para ser honesto, todavía no estaba a punto. No me convocaron para la Copa América 2007. Todo fue un reflejo de la vida que llevaba... Lo que no sabía era la paciencia de algunos. El club ya estaba al límite, estaban pensando en echarme... en sacarme cedido”.

“Comencé a oler a quemado. Hablé con mi abogado. La verdad es que no veía salida a lo que estaba pasando. Hasta que llegó el otro golpe: Roberto Mancini me había sacado de la lista de jugadores del Inter que jugarían la Champions. Le dijeron a la prensa que el equipo tenía otras opciones de ataque, yo no era una de ellas... Un día salí del entrenamiento y me encontré a mi abogadohablando con Marco Branca y el Dr. Franco Combi . El ambiente era tenso. “Adriano, la gente aquí sospecha de ti, están preocupados por el dopaje”, dijo mi abogado. “¿Rumores sobre qué, hombre? Hablemos de ello ahora mismo. ¿Crees que uso drogas?”, les contesté.

Me dijeron: “Estamos preocupados por usted, todo es eso”, dijo el doctor Combi. “Hazte la prueba. Puedes hacerlo ahora. Se hace con el pelo y te dura varios meses”, me dijeron. Estuve cerca de perder la cabeza. Quería abrir la mano y darle una bofetada a ese hijo de puta. Estaba triste. Metí la mano en mis pantalones. Saqué un mechón de pelo y se lo froté en la cara”.

No quedó en esa conversación la cosa. Hubo un acercamiento más serio, con Massimo Moratti: “Con su actitud elegante y serena vino a decirme: ‘Adri, antes que nada quiero decirte una cosa. Lo que te está pasando no es nada de qué avergonzarte”. Sucedió y le sucede a muchos. Quiero darle una sugerencia. Nos gustaría enviarle a un lugar muy especial. Miré a mi madre y ella me tomó la mano. Él te hablará de este lugar en Suiza. Me dijo que debería pasar un tiempo en una clínica de rehabilitación en Suiza. Estaba deprimido y no entendía de qué estaban hablando, ¿la idea era encerrarme ? No estoy loco, presidente. Con el debido respeto. ¿Por qué intenta enviarme a un hospital psiquiátrico?’, le contesté. Esa idea era absurda. ¿rehabilitación? ¿Alguna vez has visto esto? ¿Un jugador ingresado en una clínica de rehabilitación? Santa mierda”.

Adriano salió finalmente del Inter en 2008, en calidad de cedido a Sao Paulo. A partir de ese momento nunca regresó al club a los nerazzurri. Sí lo hizo durante una temporada en la Roma, donde no logró cuajar. Fueron años de un lado para otro hasta que en 2016 se ubica su último desafío en el fútbol, en las filas del Miami United. En los últimos tiempos se ha visto al exjugador otra vez muy desmejorado...

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