Abde, héroe nacional

Abde consiguió su objetivo. Marruecos se ha proclamado este sábado campeón de la Copa África Sub-23 con el barcelonista como gran estrella. Después de que el sufrido pase a semifinales asegurara la clasificación marroquí para los Juegos Olímpicos, en la final también se encontró un duro escollo, la actual campeona Egipto, que aguantó casi todo el partido con un jugador menos. Pero los Leones del Atlas decidieron la final en la prórroga y levantaron la Copa en un Stade Moulay Abdallah de Rabat lleno hasta la bandera. El fútbol marroquí avanza a pasos agigantados con el barcelonista de 21 años como uno de sus referentes.

El jugador del Barça ya estuvo presente en el Mundial de Qatar en el que Marruecos conquistó un histórico cuarto puesto. Este verano, después de su brillante temporada en Osasuna y a pesar de que su futuro parece en el aire, decidió sacrificar sus vacaciones (la vuelta al trabajo del Barça está prevista para el lunes) para jugar esta Copa (junto al también azulgrana del filial Chadi Riad). No obstante, para Marruecos era cuestión nacional. No está presente en unos Juegos desde Londres 2012 y no levantaba un título en categorías superiores desde el siglo XX. Sólo tiene una Copa África en 1976 y una Sub-20 en 1997. Es la primera vez que conquistan esta Sub-23.

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Y en el torneo, Abde acudió para ser protagonista y ha sido la gran referencia, dejando de paso un mensaje a Xavi de que puede ser diferencial. Con el brazalete de capitán, ha acumulado tres goles (máximo goleador) y tres asistencias en cinco partidos. Ante Egipto, intentó generar peligro a pesar de recibir un marcaje por momentos muy duro. De hecho, su rival se adelantó con un golazo de Saber. Sin embargo, el egipcio realizó casi a continuación una peligrosísima entrada al propio Abde que, VAR mediante, le costó la expulsión.

A partir de ahí, Marruecos tomó el mando y logró el empate. Un centro de El Khannouss, el talento de 18 años del Genk que también estuvo en el Mundial, lo remató Begraoui para hacer el 1-1. Parecía el momento de los locales, pero se encontraron con un rival que luchó hasta el último momento. Con un Abde muy activo, generando gran parte del peligro marroquí, Egipto se defendió hasta llevar el duelo a la prórroga.

En ese tiempo extra se decidió todo. En el descuento de la primera parte de la prórroga, todo el estadio de Rabat contuvo la respiración. Abde se preparaba para lanzar una falta peligrosa, a pesar de que en las anteriores no había tenido fortuna. Decidió, en este caso, amagar el disparo y dar un pase para que Targhalline le pegara con todo y el balón se coló en la meta de Hamza Alaa. El título se quedaba en Marruecos en un año mágico para el fútbol del país norteafricano. Con Abde y sus compañeros como héroes nacionales.