SELECCIÓN
Un lugar prohibido para Tere Abelleira
La centrocampista romperá una barrera al disputar su primer partido en Pasarón, Pontevedra, donde nació. Algo que nunca ha hecho un equipo femenino.
La Selección disputa hoy su partido ante Italia en Pontevedra. El césped de Pasarón acoge a La Roja. No parece a priori nada excepcional, pero sí lo es. En especial para una jugadora: Tere Abelleira. “Estoy muy contenta, tremendamente feliz por estar aquí. Sólo espero que salgan las cosas bien. No lo había soñado nunca, jugar en mi tierra lo veía inalcanzable. No es algo que llegues a imaginar. Espero hacerlo realidad y disfrutarlo. Para las niñas será un momento especial, ilusionante, ya tienen referentes femeninos. Ojalá en unos años las pueda venir yo a verlas a ellas”, admitió tras volar con España a su casa.
La jugadora del Real Madrid es una pontevedresa de provecho. Ya es hija pródiga de su ciudad. Y gracias a ella lo que hoy va a pasar en el estadio Municipal de Pasarón va a ser algo insólito. Un equipo femenino va a desplegar su fútbol en este recinto. Ninguna futbolista lo ha podido hacer antes. La gallega, tras romper moldes en el Mundial y traer el trofeo a casa, logra romper una barrera que parecía infranqueable.
En unas horas sentirá el calor de su gente, ha tenido que hacer milagros para poder repartir entradas entre todos sus paisanos: “Acudirán amigas con las que empecé a jugar al fútbol, mis entrenadores de la base, será bonito mirar a la grada y ver todas esas caras conocidas”, reconoció emocionada. Y por supuesto, su familia. Sus abuelos Tomás Abelleira y Chicha Rial, conocidos en Pontevedra por su pastelería en la Zona Vella de la ciudad, ahora presumen de su nieta, campeona del mundo.
De Pontevedra a Sídney
Tere, aunque parezca ya una veterana sobre el campo tan solo tiene 23 años, tuvo que ver cómo su hermano sí cumplía de pequeño su sueño de saltar al campo en Pasarón. Tomás jugó en el Pontevedra. Su padre Milo dirigió al equipo pontevedrés, también. Pero Tere no pudo hacerlo. No le quedó otra que irse a unos kilómetros, a Poio. Y con tan solo 16 años la fichó el Deportivo de La Coruña, este sí con estructura femenina. Fue de las primeras en tener un contrato profesional en tierras gallegas, allí se hizo un nombre portando el brazalete.
El resto de la historia de Tere ya lo sabemos. Tras lograr el hito de subir al Depor a primera fichó por el Real Madrid. De ahí a la gloria de Sídney con La Roja. Siempre con trabajo, ganas, sin rendirse. En silencio y con una sonrisa. Así se forjó un puesto de titular en el centro del campo junto a Alexia Putellas y Aitana Bomantí. Las dos únicas españolas con un Balón de Oro. Tere va por ese camino y lo hace tirando muros arduos como el de Pasarón…
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