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SELECCIÓN | OROZ

Tras el testigo de Alexia

Maite Oroz toma el testigo brillantemente en el centro del campo de La Roja mientras la Balón de Oro se recupera de su lesión.

Actualizado a
Tras el testigo de Alexia
RFEFDiarioAS

La Selección ha encontrado a una líder para su centro del campo. Una brújula que lleve el peso del juego. El control. Que reparta juego, que inicie la jugada. Esa es Maite Oroz. La navarra pasa por un momento de forma excepcional. Es ya indispensable para La Roja.

Así se vio de nuevo en el choque ante Jamaica, en la Copa de Naciones. fue la que abrió el marcador “He tenido la suerte de que me ha venido el balón a mí después del gran golpeo de Claudia. He tenido la intuición de que iba a ir ahí. He aparecido en el momento exacto. El equipo ha podido hacer su fútbol, ese que nos gusta”.

Tan solo tiene 24 años, pero su progresión ha sido rápida. Su llegada al Real Madrid en 2020 (procedente del Athletic de Bilbao) la puso en la órbita internacional. Fue en 2021 cuando hizo su debut a las órdenes de Jorge Vilda.

Solo lleva seis partidos vistiendo la camiseta de la Selección y ya es una líder. Con el 8 a su espalda, lo hace todo al estilo Xavi e Iniesta. Estos dos exjugadores españoles lucieron dichos dorsales con España y el Barça. Oroz, posee cosas de ambos genios.

Olfato goleador

La centrocampista del Real Madrid puede presumir, además de ser una todocampista, de tener olfato goleador. Ya suma dos en sus seis choques con España. Un lujo. Y no será porque en esta época le falte gol a la Selección. Es uno de los valores que ha ganado el equipo con los años y la experiencia.

La Selección se ha caracterizado en los últimos tiempos por tener este tipo de jugadoras. Jugonas. Muy completas. Con una calidad técnica infinita y una visión de gol amplísima.

Tras la lesión de Alexia Putellas antes de la Eurocopa se abrió un vacío en cuanto a liderazgos. Fue Aitana la que cogió el testigo en Inglaterra, pero tras su renuncia el centro del campo se quedó huérfano. Oroz está aprovechando su oportunidad. Ha llegado para quedarse.