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INTERNACIONAL (F)

Sara Björk cuenta su pesadilla en Lyon para ser madre

La jugadora islandesa contó en The Players Tribune el trato que recibió del Olympique Lyon durante su embarazo y como FIFPro la defendió.

Actualizado a
Sara Björk con su hijo Ragnar.

Sara Björk Gunnarsdóttir anunció que dejaba la Selección islandesa hace solo unos días. La futbolista, madre de Ragna de solo un año, ha decidido disfrutar más de su familia y su vida como futbolista en la Juventus, su actual equipo. Sin embargo, el camino hasta llegar a esta felicidad no ha sido fácil. Casi dos años después de quedarse embarazada, entonces como jugadora del todopoderoso Olympique Lyon, Sara se ha atrevido a contar cómo pasó de la felicidad a la pesadilla. En un artículo escrito por ella misma en The Player Tribune, la islandesa denuncia el trato que recibió del club francés, que abandonó poco después de convertirse en la primera jugadora madre en Lyon.

“¿Qué pasó cuando me quedé embarazada?”, titula Björk su articulo en el que relata cómo fueron los nueve meses de embarazo y su posterior regreso a Lyon. “Sé que esta historia podría molestar a algunas personas poderosas en el mundo del fútbol. Se supone que no debes hablar de este lado del fútbol. Pero tengo que decir la verdad”, inicia el texto avisando de que su relato no es precisamente bonito. Todo lo contrario. De lo que debió ser la noticia más feliz de su vida se tornó en meses de pesadilla y denuncias. “Siendo de Islandia, siempre soñé con jugar en las ligas más grandes de Europa. Cuando me convertí en profesional, le dije literalmente a mi agente, Dietmar: “Wolfsburg y Lyon. Quiero estos”, explica. Y así fue. Pasó por el Wolfsburgo y en 2020 se mudó a Lyon. Su primera temporada fue un sueño: títulos, Champions incluida, y siendo importante. Todo cambió en marzo de 2021. “Al principio, lo único que sentí fue la felicidad, pero luego la realidad me golpeó”, explica.

“Todo fue realmente estresante. Así que cuando se lo dije al médico del equipo, decidimos juntos mantenerlo en secreto. El médico se lo dijo a los fisioterapeutas, y se les indicó que me vigilaran y me ayudaran según fuera necesario, lo que hicieron, pero que también lo mantuvieran en secreto. Solo tenía unas cinco semanas de embarazo, así que todavía era muy temprano, y teníamos partidos importantes”, relata. Con el tiempo, los entrenamientos, pero sin poder competir y sin poder contarlo, Sara vivía en pleno estrés hasta que, después de un duelo contra el PSG, decidió contarlo. “Sí... Estoy embarazada”. Fue divertido ver sus reacciones porque algunos de ellos estaban muy sorprendidos” dijo. Sin embargo, todo eran incógnitas porque fue la primera jugadora en quedarse embarazada en Lyon: “Pero, naturalmente, tenían muchas preguntas porque fui la primera persona en la historia de Lyon en quedar embarazada y con la plena intención de volver y jugar”. Era difícil en un país extranjero y sin poder jugar quedarse en Lyon así que pidió volver a su país: “Solo quería llevar a cabo el resto de mi embarazo en casa en Islandia, donde podía entender a los médicos en mi idioma nativo y estar cerca de mi madre, mi pareja y mi familia. Así que le preguntamos al director, y él dijo que sí”.

Cuando se volvió una pesadilla

Volvió a casa, donde siguió un plan de trabajo para no perder el estado de forma. Pero, de pronto: “Hasta que no recibí mi primer cheque de pago. Todo lo que se depositó fue solo un pequeño porcentaje de la seguridad social”. Pasó otro mes y otro, así que Sara habló con su agente: “Llamé a Dietmar y le escribió a Vincent, el director del club. No hubo respuesta, así que mi agencia se puso en contacto de nuevo. Luego, enviamos cartas formales”. Después de mucho insistir, Vicent contestó: “Se disculpó por dos de los meses que me faltaban y dijo que me pagarían por ellos. Pero durante el tercer mes, dice algo sobre cómo van según la ley francesa, lo que significa que no me deben nada más. Le dije a Dietmar: “No, eso no está bien, deberían seguir las reglas de la FIFA”.

“No es una posición en la que esperas estar, especialmente con un equipo como este”, sentenció. “El sindicato de jugadores en Francia se involucró, y luego FIFPRO. Las semanas se convirtieron en meses. Todavía no hay un cheque de pago completo. Lyon se negó a dar una respuesta clara sobre cuál era el criterio que se estaba aplicando. Finalmente, Dietmar le dijo a Vincent que FIFPRO iba a luchar contra esto a nivel de la FIFA. Vincent dijo: “Si Sara va a la FIFA con esto, no tiene ningún futuro en Lyon”.” Una frase que dejó a las claras cuál sería su futuro. “No iba a haber una discusión o negociación. Vincent lo cerró por completo”. Es más, Sara no existía para el Lyon: “Desde el primero de abril, cuando vine a Islandia, hasta agosto, no supe nada de nadie en la oficina principal ni del personal técnico. Todavía estaba en estrecho contacto con algunas compañera, así como con el médico y los fisioterapeutas, solo personalmente. Todos eran buenos amigos míos. Pero el club nunca se puso en contacto formalmente. Nadie comprobó cómo iba mi entrenamiento, cómo progresaba mi embarazo”.

Regreso a Lyon

Ragnar nació y Sara con toda su familia volvió a Lyon. Pero algo había cambiado. “El entrenamiento fue diferente cuando volví. Me trataron de manera diferente”, dice. Aunque estaba en dinámica de equipo, la islandesa seguía amamantando a su hijo y él necesitaba estar cerca de su madre, algo que el club no le permitía: “No llevar a mi bebé conmigo en viajes. Dijeron que era porque podría molestar a las jugadoras en el autobús o el avión, si lloraba todo el camino. Esto fue mientras yo todavía estaba amamantando, y él era tan pequeño y tan dependiente de mí. Si no se movieran en esto, no podría asistir a los partidos fuera de casa”.

Una relación enquistada incluso con el presidente Aulas: “El presidente también entró en la habitación mientras yo estaba allí. Era la primera vez que me veía desde que regresé con mi bebé. Ni siquiera me saludó, no miró ni reconoció a Ragnar. Pero Vincent me acababa de asegurar, cinco minutos antes, con respecto al caso, que “no era personal”. Después de ese momento, con el presidente, estaba claro que lo era”.

Finalmente FIFPro le dio la razón a Björk en mayo: “Se ordenó al club que me pagara los salarios no pagados, la cantidad total que solicité y exactamente lo que se me debía. Lyon solicitó los motivos. Y una vez que lo conseguimos, realmente pudimos leer cómo la FIFA analizó el caso y llegó a las conclusiones. Hablaron del “deber de cuidado””. Que en su caso no había existido. Y los motivos convencieron: “Después de que Lyon recibiera los motivos, decidieron no apelar”.

“La victoria fue más grande que yo. Se sintió como una garantía de seguridad financiera para todas las jugadoras que quieren tener un hijo durante su carrera. Que no es un “tal vez” o un desconocido”, explica antes de mostrar su felicidad en su nuevo equipo, la Juventus. “Pero quiero asegurarme de que nadie tenga que pasar por lo que yo pasé nunca más. Y quiero que Lyon sepa que esto no está bien. Esto no es “solo negocio”.”, sentencia. Y termina explicando: “Tengo muchas esperanzas con el juego femenino. Hay mucho que celebrar. ¿Las instalaciones? ¿La inversión? ¿El nivel? ¿Los aficionados llenan el estadio? Hemos llegado hasta aquí. Eso es innegable. Pero la realidad es, ¿cuándo se trata de la cultura en general? Hay mucho más trabajo por hacer. Nos merecemos algo mejor”.