Lucía García y Aleixandri cuentan cómo vivieron el Mundial: “Se te cae el corazón al suelo”
La delantera del United y la defensa del City cuentan en The Players Tribune cómo vivieron el conflicto y la victoria de la Selección española en el Mundial.
“Mira, es una putada. No te voy a mentir. Yo fui una de las 15 jugadoras que renunciaron a jugar con España el año pasado. Llevábamos tiempo descontentas con el nivel de profesionalismo en la Selección hasta que un día enviamos emails a la Federación diciendo que, mientras las cosas no cambiaran, no contaran con nosotras”. Así comienza Lucía García (Pola del Pino, 1998) su relato en The Players Tribune, una plataforma que publica historias en primera persona de atletas profesionales, sobre cómo vivió el conflicto de Las 15 y la posterior victoria de la Selección en el Mundial de Australia y Nueva Zelanda. Su compañera en La Roja y futbolista del City, Laia Aleixandri también ha ofrecido su relato personal.
Asturiana, pero nacida en Barakaldo al ser fruto de un parto múltiple (cuatrillizos), la joven delantera del Manchester United habla con claridad sobre los motivos que la llevaron a ella y a sus compañeras a no acudir a la llamada de La Roja hasta que las condiciones no cambiasen, poniendo dos claros ejemplos.
“Al cabo de un tiempo algunas jugadoras volvieron al equipo y las que no fueron, como yo, nos quedamos fuera…y vimos por televisión a nuestras compañeras ganando la Copa del Mundo. Yo, tenía que luchar por lo que era correcto. Pero recuerdo que todo el mundo me decía que estaba siendo tonta. “Vas a arruinar tu carrera”. “Por dios, ¡cómo puedes ser tan estúpida!”. Esa gente no eran haters o trolls de internet. Era gente que me conocía y me decía que tenía que pensar en mí. Odio reconocerlo, pero tenían razón. Una de las lecciones que he aprendido de todo esto es que nadie pondrá la mano en el fuego por ti”, reflexiona una Lucía García que destaca que contaron con el apoyo de Irene Paredes, Alexia Putellas y Jenni Hermoso: “Éramos 15 más 3″.
La decisión de las futbolistas llegó después de la primera concentración posteliminación de la Selección española en la Eurocopa a manos de Inglaterra, allá por septiembre de 2022, después de intentar cambiar las cosas desde dentro: “Esos correos electrónicos se enviaron por un motivo (...). Hacía años que estábamos sufriendo y la derrota contra Inglaterra en la Eurocopa fue la gota que colmó el vaso. No voy a enumerar todas las cosas que pedíamos cambiar, pero me atreveré un par de ejemplos que no eran normales. Recuerda que esto era el día a día de una de las mejores selecciones de todo el planeta”.
“Las sesiones de entrenamiento siempre eran iguales. Siempre. Cada día. Lo juro por Dios. Repetimos y repetimos ejercicios. Desde la Sub-17 hasta la Absoluta. Y sí, entiendo el valor de la repetición, pero también estoy segura de que las jugadoras profesionales necesitan un poco de variedad. Especialmente si llevan siete u ocho años haciendo lo mismo”, detalla la delantera del United, que no ha regresado a la Selección española hasta ahora, con Montse Tomé al frente (aunque esta ya estaba en el cuerpo técnico de Jorge Vilda, seleccionador y director deportivo femenino hasta después del Mundial).
Fuera del campo, Las 15 también tenían motivos: “Por otro lado, existía un gran control hasta la hora de dormir. Un control que puedo llegar a entender en las categorías inferiores, por ejemplo, a la hora de controlar que cada una esté en su habitación, pero que a jugadoras mayores y maduras les chocaba. Además, casi nunca tuvimos un día para nosotras en las concentraciones. Y siempre que lo teníamos era bajo un control estricto. Parecía que tuvieran miedo de lo que pudiéramos hacer, como si dudasen de nuestra profesionalidad. Que somos profesionales y sabemos lo que tenemos que hacer. No somos unas niñas de viaje de fin de curso”.
Una vez expuestos los ejemplos, Lucía García llega a ese momento en el que la cohesión del vestuario de La Roja por conseguir cambios se rompió. “Desafortunadamente el grupo se rompió. Fue complicado. Pasaron muchas cosas fuera de los focos. Si me preguntas por qué nos dividimos, creo que fue por la presión de las reuniones individuales. La Federación nos citó de una en una, en una sala en la que sólo estábamos la jugadora y tres personas del staff, aun sabiendo que no era algo personal, sino colectivo. Me preguntaban cosas como: “¿Qué es lo que no te gusta? ¿Y de esta persona?” Daba la sensación de que todo lo que respondiera sería blanco o negro, “O estás en este barco o no estás”. Fue muy duro. Te sientes sola, presionada y nerviosa, sin ninguna compañera a la que pedirle consejo o en la que apoyarte para comunicar de forma clara lo que necesitamos, sabiendo que ellos son los que controlan tu futuro en la Selección. Antes de que te des cuenta ya has vuelto a subir al barco”.
Cómo vivió Lucía García el Mundial logrado por España
Después de profundizar en su vida en un pueblo de menos de 100 habitantes y los esfuerzos de una adolescente por jugar al fútbol en Primera mientras estudia, Lucía García habla del orgullo que supone para ella ir a la Selección española, desde la Sub-17 hasta la Absoluta, cuando volvió a declararse seleccionable y cuando se quedó fuera del Mundial y todo el aprendizaje que supuso para ella.
“Por doloroso que pueda sonar, tengo que decir que conseguí llevar bien mi decepción. Aprendí a valorar aún más a mi club. Cuando la Copa del Mundo se acercó, no miré el calendario. Lo juro, sólo vi partes de la final y porque lo pusieron en la televisión del gimnasio. Por supuesto que era agridulce. Estaba contenta por mis compañeras, pero también me daba rabia, porque me lo estaba perdiendo. No envié ese correo para causar problemas. Lo envié porque quería ganar. Lo envié para que las generaciones de futbolistas que vienen detrás reciban el trato que nos merecemos. Sí, no voy a fingir y decir que no me dolió. Cuando tus compañeras se están convirtiendo en leyendas delante tuyo y tú estás completamente sola con las pesas, es una putada”, explica.
Para acabar, Rubiales y el ‘se acabó' de más de 80 jugadoras españolas también aparecen en el relato de la delantera asturiana: “Sinceramente, el comportamiento del presidente fue difícil de ver. Para cualquier persona, actuar de esa manera es una vergüenza pero peor aún siendo el máximo representante del fútbol español. La influencia internacional presionó con fuerza y ayudó a provocar los cambios que se originaron a raíz de aquello, ya no estábamos solas. Esta es la fuerza de la unidad. Si queremos cambios, tenemos que levantarnos juntos. Cuando las cosas parecían calmarse y la federación estaba a punto de anunciar la siguiente convocatoria, aunque algunos de los responsables del problema ya no estaban, casi todas las jugadoras habían renunciado a ser convocadas hasta que no se hicieron cambios más profundos en la federación. Y fue entonces cuando, en directo, vi cómo la nueva seleccionadora, Montse Tomé, me convocó de nuevo”.
“Hay cosas que son más importantes que el fútbol”, dice Lucía García en su reflexión final: “Tu bienestar. Tu autoestima. Tu deber con la próxima generación de mujeres. Eso es lo que defendimos”.
El relato de Laia Aleixandri: “No quería que mis amigas jugaran el Mundial sin mí”
Otra futbolista española que ha roto su silencio sobre el conflicto de Las 15 y sus sentimientos durante el Mundial de 2023 ha sido Laia Aleixandri, defensa de la Selección y de La Roja. “No quería que mis amigas jugaran el Mundial sin mí. Mi mentalidad era: “Si me llaman, voy”. Incluso ahora me resulta difícil hablar de esto, porque todavía me duele mucho. En septiembre del año pasado, enviamos diferentes correos electrónicos pidiendo cambios importantes en el trato que recibíamos las jugadoras. De lo contrario no íbamos a jugar. Al cabo de cierto tiempo nos prometieron cambios. Pero para algunas de mis compañeras no fueron suficientes como para volver a la Selección Nacional, y lo respeto mucho. Me refiero a que estábamos peleando por cuestiones fundamentales que afectaban nuestro rendimiento deportivo y también nuestro bienestar. Entonces, ¿por qué yo sí quería ir?”.
Después, cuenta cómo tras declararse seleccionable, no recibió la llamada: “Me afectó mucho, sinceramente. Pensé que estaba preparada para algo así, pero cuando toda tu carrera te ha llevado a este momento y no cuentan contigo, no es sólo una decepción. Se te revuelve el estómago. Se te cae el corazón al suelo, porque tienes una sensación de pérdida que es abrumadora. Es como si todas tus amigas estuvieran invitadas a una gran fiesta y tú no. Después, el verano va pasando, y te das cuenta de que ésta es la noche legendaria de la que se hablará siempre. Pero pasarán cuatro años hasta que tengas otra oportunidad. Desde luego estás feliz por tus compañeras de equipo, especialmente por las que conoces desde hace años. Pero cuando miras dentro de ti, tienes un gran conflicto de emociones. Es algo normal, ¿sabes? Es una situación extraña, y es dolorosa. ¡Sí, ganamos el Mundial! Pero yo no estuve allí. (...) Cuando volví a casa, el Mundial todavía se estaba jugando. No vi ni un partido. Ni un minuto. Solo me concentré en hacer mi pretemporada y en dar mi mejor versión como jugadora. Le dije a mi padre: “Me he perdido dos cosas a la vez: jugar una Copa del Mundo y ganar una””.
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