La Ley Rodman rompe la NWSL

En un movimiento sísmico que redefine las reglas del juego financiero en el fútbol femenino, la NWSL ha anunciado oficialmente la creación de la “High Impact Player Rule” (Regla de Jugadora de Alto Impacto). Este nuevo mecanismo permitirá a los clubes estadounidenses gastar hasta un millón de dólares (847.880 euros) adicionales fuera del límite salarial para atraer o retener a las futbolistas con mayor caché. Un movimiento para evitar la fuga de grandes talentos y permitir sueldos inalcanzables con los límite salariales actuales.

Hasta hoy, el estricto tope salarial de la liga (situado en torno a los 3,5 millones de dólares, 2.967.650 euros, por equipo para 2026) actuaba como una barrera insalvable ante las ofertas mareantes de clubes, sobre todo los ingleses. Con esta nueva norma, cada equipo dispondrá de un ‘fondo de estrellas’ de un millón de dólares que podrá aplicar a una sola jugadora o repartir entre varias, siempre que cumplan con criterios de élite. Es decir, que cumpla unos requisitos para que su salaria provenga de ese extra.

Para ser considerada una “Jugadora de Alto Impacto” (HIP), la futbolista debe cumplir al menos uno de estos requisitos: Estar en el Top 30 del Balón de Oro en los últimos dos años; aparecer en el Top 40 de las listas de The Guardian o ESPN FC; ser una de las 150 deportistas más comercializables del mundo según SportsPro Media; o haber sido finalista al MVP de la NWSL o formar parte del Once Ideal (Best XI) recientemente.

El Caso Trinity Rodman: El detonante

Aunque la liga lo presenta como un paso estratégico hacia el crecimiento global, en los pasillos del fútbol estadounidense se la conoce como la ‘Regla Rodman’. La joven estrella del Washington Spirit, del grupo Kynisca Sports, se encontraba en un limbo legal después de que la liga vetara un contrato récord que el club le ofrecía, alegando que “ponía en riesgo la estructura salarial” de la competición.

Ante la amenaza real de perder a la jugadora más carismática de Estados Unidos rumbo a la WSL de Inglaterra, la comisionada Jessica Berman ha pulsado el botón del pánico, creando esta excepción que recuerda poderosamente a la ‘Ley Beckham’ que cambió la MLS en 2007.

Un movimiento que ha creado tensión en el sindicato, que se ha manifestado en contra de esta nueva regla. Apenas unas horas después del anuncio, la Asociación de Jugadoras (NWSLPA) ha emitido un comunicado incendiario calificando la medida de “unilateral y opaca”.

“Bajo las leyes laborales federales, cualquier cambio en la compensación es un tema de negociación obligatoria, no una cuestión de discreción unilateral de la liga”, afirma el sindicato. Las jugadoras critican que los criterios para ser considerada estrella dependan de rankings externos (como el de un periódico o un premio francés) y proponen una solución más equitativa: subir el límite salarial de todas las plantillas en un millón de dólares, en lugar de crear una casta de ‘jugadoras franquicia’.

De momento, la regla entrará en vigor oficialmente el 1 de julio de 2026, pero la liga ya permite registrar contratos bajo este formato de forma inmediata para desbloquear renovaciones urgentes.

Este movimiento es un mensaje claro al mundo: la NWSL no piensa ceder su trono como la liga más potente del mundo sin luchar. La pregunta ahora es si esta brecha salarial ayudará a la liga a crecer o si terminará rompiendo la sagrada paridad competitiva que ha sido el orgullo del deporte estadounidense durante décadas.

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