“Iba a flamenco pero me entró el gusanillo por el fútbol...”
Olga Carmona, jugadora del Real Madrid, tuvo una gran actuación ante Dinamarca que le coloca en el posible once ante Inglaterra.
¿Cómo es vivir una Eurocopa? ¿Mágico?
Estoy super contenta de estar aquí, pienso que las que formamos parte de este equipo somos unas afortunadas. Intentamos ver la mayoría de los partidos, mientras comemos lo ponemos. Pueden ser posibles rivales. Se ha dicho y se ha demostrado aquí que somos un equipo muy fuerte, tanto humano como de futbolistas. Eso es lo más importante en este tipo de campeonatos.
Y ahora toca Inglaterra…
Es un reto para nosotras muy grande. Pero ellas llegan con la presión por ser anfitrionas. Tienen que demostrar mucho ante su gente. Eso lo tenemos que aprovechar. Mas que debilidades suyas veo una fortaleza nuestra que es intentar dominar el partido con la pelota. A partir de ahí hay que intentar ser más determinante de cara a puerta. El partido se va a definir por detalles
¿Alguna jugadora que meta miedo?
No miedo, pero sabemos que tienen mucha pólvora arriba. Son muy determinantes en área, lo tenemos que tener muy en cuenta.
Tuvo minutos ante Dinamarca y Jorge Vilda habló maravillas de usted…
Salí muy contenta, con grandes sensaciones. Me sentí bien físicamente a pesar de que no venía jugando. Tuve la suerte de darle ese pase a Marta. Lo que me dijo el míster me puso contenta, es verdad que me felicitó. Me había dicho que me llegaría la oportunidad y así fue.
¿Qué le pidió?
Que fuera yo, que intentase crear peligro por banda. Había una muralla de jugadoras danesas ahí. Fui yo, me sentí muy cómoda y le pude aportar algo al equipo.
¿Cuál es su posición ideal en el campo?
De pequeña era extremo y cuando llego al Real Madrid me reconvirtieron al lateral. Me siento cómoda en ambas, llevo toda mi vida jugando en banda. La diferencia es que ahora de lateral tengo más espacio cuando me incorporo al ataque y a mí esos metros me vienen muy bien. Y el gol también me llama, es algo que tengo que seguir trabajando porque siempre está bien aportar al equipo.
Cuéntenos sus inicios en el fútbol…
Yo antes practicaba flamenco. Y natación. Pero a mis hermanos desde bien pequeños los apuntaron a fútbol. Iba todas las tardes a verlos y un día les dije a mis padres que quería entrenar con ellos. Me entró el gusanillo. Me apuntaron y estuve jugando un par de años en su equipo. Uno es mellizo y el otro un año mayor, los dos son futbolistas.
¿Cómo era lo de compartir equipo con sus hermanos?
Era una faena porque jugaba con chicos de un año mayor. Había mucha diferencia. Aún así mis hermanos siempre me dicen que se me veía algo diferente. Que era muy rápida y muy habilidosa. Aunque no jugase, se me veía que tenía posibilidades. Luego me tocó hacer las pruebas con el Sevilla y me cogieron
Y pronto llega el Real Madrid. Era muy joven…
Sí, era muy pequeña. Recuerdo que me pilló en pandemia. Tomé la decisión de salir de casa, creo que necesitaba dar ese salto. No me arrepiento para nada. Ha sido clave en mi carrera deportiva.
¿Cómo fue lo de dejar la casa, la familia e irse a Madrid?
Sí, costó. Yo al final con mi madre tenía una relación muy estrecha. Soy la única niña. Te puedo reconocer que a mi madre le costó más que a mí. Pero cuando te pasa una oportunidad así no la puedes dejar escapar.
¿Compartió casa al llegar a Madrid?
Sí, el primer año fue con Teresa Abelleira. La mezcla Andalucía-Galicia estuvo graciosa. La verdad es que muy bien. Eso lo tuve claro, que el principio quería vivir con alguien. No sabes cómo te puedes adaptar. Y el llegar a casa y no ver a nadie, no me lo imaginaba en ese momento. Me sirvió mucho, maduré como futbolista como persona.
¿El mejor consejo que le han dado en el fútbol?
El trabajo lo vence todo. Una palabra que llevo siempre conmigo es perseverancia. Si tú sigues trabajando, aunque no tengas la oportunidad, llega el momento en el que te toca. Ahí hay que dar la cara.
¿Tiene algún amuleto?
Al saltar al campo no tengo ninguna manía. Lo que sí llevó siempre son dos espinilleras. Una es más deportiva, salgo yo jugando. Y la otra más familiar. Sale mi abuela, mi madre y algunas personas importantes de mi vida. Siempre la beso antes de ponérmela para saltar al campo. Me da mucha suerte.