España vibra con su estrella: “Se me entrecorta la voz...”

Nervios y tensión que acabaron transformándose en sonrisas y lágrimas de emoción con el pitido final en el Estadio Australia. A casi 18.000 kilómetros de distancia, al otro lado del mundo, miles de personas seguían la gran final a través de casi un centenar de pantallas gigantes instaladas en diferentes plazas o auditiorios de municipios españoles. Muchas de ellas en los lugares de origen de las propias futbolistas, como ocurrió en Ayelo del Malferit, el pueblo de Ivana Andrés; Marratxí, el de Cata Coll; o Yecla, de Eva Navarro.

La familia de la murciana, sin embargo, no vio el partido en el lugar habilitado por el ayuntamiento, sino en un sitio que siempre les ha dado suerte. “Todas sus finales ganadas en categorías inferiores con la Selección (Mundial Sub-17 y Eurocopa Sub-17 en 2018) las hemos visto en este bar. Aquí estamos con todos los amigos y la familia”, relata a AS Eva García, madre de la 15 de La Roja, que no pudo desplazarse a tierras australianas por motivos personales.

“Con todo el dolor estamos viéndola desde aquí, pero nuestro corazón está con ella. Esto es un sueño cumplido, por suerte, trabajo y constancia. Se me entrecorta la voz porque la emoción que siento no se puede explicar con palabras”, cuenta la progenitora de la extremo, que este lunes estará en Madrid para recibir a su hija. “Estoy deseando verles”, respondía la jugadora ante las cámaras de AStv al otro lado del mundo.

Otros muchos familiares de las campeonas del mundo las vieron a través de estas pantallas instaladas a lo largo y ancho del país. Además, un Wizink hasta arriba tras las 6.000 entradas retiradas fue el perfecto ejemplo de lo que movió esta Selección en cuanto a afición en toda España.

Ampliar