Eli del Estal: “He venido para ser campeona y subir a Serie A”
La delantera del Nápoles atiende a AS para hablar de su gran momento, nueve goles en diez partidos, y repasar la actualidad del fútbol femenino sin tapujos.
Toda la vida ligada al deporte, pero solo diez temporadas en el fútbol. Eli del Estal (Santander, 1993) se unió a su primer equipo, junto a su hermana Sara, con 19 años: el Reocín Racing de Pedro Munitis. “Nosotras practicábamos atletismo, pero mi padre nos consiguió la prueba y nos cogieron”, relata la delantera cántabra a AS desde Nápoles, donde llegó tras una sonada salida del Sevilla y una experiencia en Corea que le cambió la vida: “Por primera vez en mi vida me sentí sola”. Antes se hizo un nombre en la máxima categoría goleando en el Espanyol y ahora lo hace de celeste con el objetivo de ascender a la Serie A de Italia...
—Lleva casi tres meses en Italia, ¿qué tal se ha adaptado?
—Muy bien, cuando llegas a un sitio y todo se da bien, es más fácil. Al final es un equipo que va arriba en la clasificación, tiene muy buenas jugadoras y es muy profesional. A nivel de organización es como un equipo de Serie A porque el año pasado bajaron y han mantenido toda la estructura para tratar de subir lo más rápido posible.
—¿Qué diferencias ha encontrado con respecto al fútbol español?
—El italiano es bastante más duro, más físico y, sobre todo, la serie B es una liga supercompetitiva: si vas a jugar contra uno de los equipos de abajo se te puede complicar... Todos los partidos se juegan como si fueran una final finalísima y eso me gusta mucho.
—Se suele decir que por allí pegan más...
—Nada más llegar, en el segundo partido, me dieron un golpe y se me salió la clavícula, se me salió el hombro y tuve una subluxación. Fue como bienvenida a Italia, así se juega aquí.
—Nueve goles en diez partidos, ¿tenía ganas?
—Tenía ganas de jugar, de hacer las cosas bien... Me sentía muy bien en el Sevilla, cuando volví de Corea el año pasado tuve que adaptarme de nuevo a este fútbol europeo, que es diferente. Metí diez goles y eso me hizo tener mucha confianza y este año en los entrenamientos me sentía tan bien que decía “¿cómo no voy a jugar?” y luego llegaba el fin de semana y no jugaba... Tenía ganas de demostrar esas buenas sensaciones, transmitirlo en el campo. Es verdad que luego como delantera puedes tener suerte de meter goles o no y yo tengo la suerte de tener un equipo que juega a otro fútbol con respecto al que se juega en Italia. Tenemos un entrenador francés (Dimitri Lipoff) y me veo beneficiada en muchas ocasiones.
—Ha pasado de un Primera a un Segunda, ¿lo considera un paso atrás?
—No, un paso atrás habría sido aceptar o asumir el rol que tenía en el Sevilla que era que no iba a jugar absolutamente nada. Para mí ha sido un paso adelante y valiente. He apostado por venir aquí a jugar en un equipo campeón para subir a Serie A. Ese es mi objetivo, vengo al Nápoles para ser campeonas de liga y subir a Serie A. Personalmente lo siento así.
—¿Acabó bien con el Sevilla?
—Sí, por mi parte, sí. Al final ellos fueron muy sinceros, siempre se lo agradeceré a Amparo (Gutiérrez, responsable de sección) y a Cristian (Toro, entrenador) que fueron muy claros conmigo. Pienso que mi salida fue buena, ellos me dieron en verano la oportunidad de salir y yo no quise. Para ellos pudo ser complicado de entender, pero lo cierto es que el año anterior no había tenido muchas oportunidades y aun así lo había hecho bien. Pienso que es entendible que yo creyera que, teniendo pocas oportunidades, lo iba a volver a hacer bien. Es confianza en una misma. Yo pensaba “bueno tú dices que no voy a jugar, pero lo mismo dijiste el año pasado”. Pensaba que se podía dar una temporada igual, es verdad que la plantilla era más larga, que los nombres eran diferentes, pero cuando ves que todo sigue yendo mal y que te siguen sin poner ya es una frustración que me hizo tomar la decisión. Fue una decisión por sentirme frustrada, es decir, todo va mal y aun yendo todo mal sigo sin tener oportunidades, eso es que no te gusto nada de nada.
“Llega el viernes y ves que no estás ni convocada, pues el fin de semana literalmente es una mierda”.
—¿Cómo lo gestionó mentalmente?
—Fue difícil de gestionar. Es verdad que para mí el fútbol es una cosa que me llena la vida y soy una persona muy feliz, positiva, y todos los lunes te juro que llegaba a entrenar con una sonrisa porque era mi entrenamiento favorito. Toda la semana iba bien porque las cosas me salían bien y me sentía así, pero claro llega el viernes y ves que no estás ni convocada, pues el fin de semana literalmente es una p... mierda. Pero el lunes volvía a estar con una sonrisa. La situación no me estaba amargando la vida, me hizo ser más fuerte, fue un obstáculo que se repetía constantemente. La primera vez cuesta más y después va costando un poco menos gestionarlo. Llegó un día en que no aguanté más, lo planteé, que me quería ir ya y el Nápoles me ofrecía la posibilidad de jugar un mes más que cualquier otro equipo porque el periodo de fichajes empezaba antes. Entonces tuve un cambio de chip total. Evidentemente tenía la posibilidad de fichar por un equipo de España, después de meter diez goles el año pasado tenía bastantes ofertas, pero tenía que haber esperado al 1 de enero...
—¿Qué información tenía del Nápoles antes de firmar?
—Hablé con Yolanda Aguirre (Sevilla), que jugó aquí, y también con Sara Tui, que sigue aquí y tenemos amigas en común. Les pregunté por el equipo y me estuvieron dando buenas referencias. Todo el equipo es prácticamente nuevo, se mantuvieron pocas jugadoras y eso al llegar me daba un poco de miedo, el ser muchas jugadoras nuevas... Por suerte aquí ha funcionado superbien, hay un grupo muy bueno y un vestuario muy sano.
—¿Ayuda tener ahí a Sara Tui?
—Sí, claro. Por ejemplo, cuando me fui a Corea era todo desconocido, no tenía a nadie que fuera muy cercano. Cuando sales de España, cualquier español que te encuentres es como parte de tu familia. Son gente en la que confías plenamente porque sabes que estas fuera y es importante tenerles.
—El caso de ‘su’ Nápoles es parecido al que se daba antes en España con el Madrid CFF...
—Sí, puede ser, yo tampoco sabía que no pertenecía a la estructura del Nápoles masculino. Pensaba que era más como un Valencia, que forma parte de un todo, pero que es un Valencia femenino. Sí que es más como el Madrid CFF. Lo único que tiene del Nápoles son los colores y la afición, porque la agente también siente a este Napoli Femminile como el Napoli.
—¿Y cómo es su club?
—Me recuerda a cuando estuve en el Espanyol, que realmente lo sentía como mi casa, todo era muy familiar, toda la gente te conoce, como una pequeña familia que siempre trata de ayudarte... Yo eso en España sólo lo he vivido en el Espanyol. He estado en más clubes y, por ejemplo, el Sevilla es muy grande, pero para mí era un club frío en ese sentido. Llevo dos meses y medio aquí y realmente me siento como en casa, vengo a entrenar super a gusto, me cruzo con la gente y me paro a hablar, el idioma es fácil... Es muy guay.
—¿Con cuántos goles de Eli del Estal tendría asegurado el ascenso el Nápoles?
—Aquí hay otra ‘bomber’, que es Adriana Gomes, que lleva 14 goles. Pienso que si yo consiguiera llegar a 13, 14 o 15 goles, para media temporada, sería un muy buen resultado personal y eso ayudaría mucho al Nápoles a subir. No soy muy asistente pero es verdad que con ella ese rol se me está dando mejor, llevo unas cinco asistencias y estoy desarrollando una faceta que no tenía antes.
—Ya conocerá la ciudad, ¿qué destaca?
—Lo mejor de Nápoles es la comida... (se ríe) Será que soy un poco gordita. El deporte de alto nivel te hace llevar una rutina muy específica y es fácil llevarla aquí porque vivimos en zona costera y hay opciones supersanas. Siempre que tienes un día libre y te puedes permitir después de un partido darte un capricho, pues todo está buenísimo: la pizza, la pasta...
“Nápoles no te recuerda a nada. Napoli es Napoli. Si estás en el centro, respiras fútbol”
—¿Y el turismo?
—He conocido ya la costa Amalfitana, Pompeya, más Nápoles... Tiene un encanto diferente, es muy guay porque tiene el mar, el centro es particular, todo está muy relacionado con el fútbol... Diría que nunca he estado en un sitio parecido. Es verdad que cuando sales de España y vas por Europa piensas mucho “pues esto me recuerda a...”, pero es que Nápoles no te recuerda a nada. Napoli es Napoli. Si estás en el centro, respiras fútbol. Cuando nosotras vamos con algo del equipo cualquiera te dice “Forza Napoli sempre”.
—Pueden vivir algo histórico si el masculino gana la liga y ustedes ascienden...
—La fiesta pude durar, no sé... Aquí a los napolitanos les puede durar un año.
—¿Qué planes de futuro tiene?
—Firmé por seis meses y, en función de si subimos o no, ya valoraré. Es verdad que aquí estoy muy feliz y soy una persona que prima mi felicidad bastante por encima de lo económico. Si el proyecto me motiva y estoy feliz donde estoy para mí es suficiente.
—¿Qué recuerdo tiene de su paso por Corea?
—Siempre digo que me encanta estar sola y hacer cosas sola, pero cuando estuve en Corea por primera vez en mi vida me sentí así. Eso fue un cambio psicológico. Ha sido la experiencia de mi vida que más me ha cambiado.
—Le leí en Relevo que el proyecto del Sevilla es su entrenador, ¿ve esto recurrente en el fútbol femenino?
—Hay diferentes tipos de equipos, pero pasa en el masculino también. Es decir, en el Manchester City su principal valor es Pep Guardiola, ha hecho un equipo para él, se han gastado millonadas para ganar la Champions y siguen sin ganarla. Eso no está ni mal ni bien, simplemente es una decisión del club. En función de eso si se dan los resultados que esperas o no, ya la paciencia depende del club. El Sevilla ha demostrado que esta frase es verdad por el tiempo y la paciencia que han tenido con Cristian.
“Si fuera Luis Rubiales, mi apuesta nunca sería Jorge Vilda”
—¿Ve alguna similitud con la Selección, en el sentido de que el proyecto sea Jorge Vilda?
—Sí, claro que sí. Desde la perspectiva de las jugadoras pienso que esto es algo injusto porque el fútbol es nuestro. Cuanto más nuestro es, pienso que es mejor para el resto: más lo transmitimos a la afición, más lo transmitimos al club, más lo transmitimos a los entrenadores... Esa es mi opinión. Puede ser que para Luis Rubiales, aunque muchos no lo entendamos, sea totalmente lícito que su mayor apuesta sea Jorge Vilda. Yo si fuera Luis Rubiales, para mí nunca sería Jorge Vilda mi apuesta. Pero ni Vilda, ni Montse Tomé ni cualquier entrenador que sea seleccionador en ese momento porque lo importante son las jugadoras, ellas son las que juegan, son las que tienen que estar más contentas dentro de que todo debería ser lo más profesional posible... Pero también entiendo a las que van, todo es entendible. Entiendo que las del Barça si el club les ha puesto un listón aquí (alto), si cuando van a la Selección lo encuentra aquí (señala más abajo), les parezca ridículo. Pero es que a lo mejor las del Real Madrid, Atlético, Real Sociedad tienen el listón aquí y cuando van a la Selección dicen “pues aquí me parece estupendo”. Claro pues porque no has visto lo otro, no has visto que siendo aquí de profesional puedes conseguir estos objetivos. El día que lo veas serás capaz de entenderlo. Entiendo a las que van ahora, a las que han decidido no ir y puedo llegar a entender la postura de la Federación de “yo tengo esta apuesta, este es el seleccionador que quiero y esto es lo que va a haber os guste o no”.
—¿Cree que si Alexia no estuviera lesionada, la RFEF se mantendría así?
—No creo que sea solo cosa de una persona, sino de que la RFEF se ha plantado y ha dicho “ya está, vamos a hacer esto, va a ser así, que venga viento y marea que no vamos a tirar este muro”. Pienso que es un poco también cabezonería en el sentido de que ¿realmente pasaría lo mismo si fueran chicos? Esa es la pregunta que hay que hacerse cuando se habla de ser profesional. Porque la profesionalidad es lo mismo para todos. Luego a nosotras nos exigen unas cosas que para los sueldos que tenemos a veces es flipante. Que estoy ganando como una cajera que va todas las mañanas al supermercado y tú me estás exigiendo que de 24 horas al día, siete días a la semana, mi vida sea como tú quieres, que me relacione con la gente que quieres, que fuera del campo haga esto, que si puedo o no puedo ser madre, que si puedo o no tener pareja o qué pareja tiene que ser. Que a mí me encanta y es una vida estupenda pero el nivel de exigencia no es el mismo. ¿La Federación exige lo mismo a Jorge Vilda que a Luis Enrique antes de ir al Mundial? ¿Es lo mismo? A mí me parece que no, desde fuera, si a ellos les parece que sí, no sé cómo tienen los baremos.
—¿Ve la cuarta ola del feminismo en las reivindicaciones del fútbol femenino?
—Es que la sociedad cambia, si no vieras ejemplos o tuvieras referentes... Cuando sientes que hay cosas que no cambian es un sentimiento de frustración, rabia, de querer más. Sí, hemos ido cambiando y dentro de este contexto, que es supermachista y superpatriarcal, es como ya está bien, estamos aquí y estamos demostrando que estamos aquí y tenemos referentes en otros países como Inglaterra, que si la Federación y la Liga apuestan, las cosas vienen solas. Me da rabia que no seamos capaces de hacer eso.
PreguntAS RápidAS
Si no fueras futbolista, ¿qué serías?
Profesora.
Número favorito
21.
¿Eli o del Estal?
Eli.
Una comida favorita
Pasta o pizza.
Un hobby
Leer.
Una canción o artista que no dejes de escuchar
Cualquiera de rap.
¿Jugar un Mundial o jugar la Champions?
La Champions.
¿Sueño cumplido en el fútbol?
Salvarme con el Espanyol.
¿Sueño por cumplir?
Subir a Serie A con el Nápoles.
¿Rival más difícil a la que te has enfrentado?
Mapi León.