El triunfo de la paciencia

Paciencia y balones a la ‘10′. Quizás no fuera el plan inicial, pero fue el que funcionó. Como la temporada pasada, el Real Madrid repitió estreno victorioso en Champions, esta vez ante un Vllaznia que sorprendió a las futbolistas blancas con su honrosa resistencia durante 53 minutos. En el 54′, llegó el gol de la máxima realizadora madridista: ‘Estherminator’. El pase fue de una Zornoza excelsa en el medio. Olga Carmona, de penalti provocado por ella misma, aseguró los tres puntos en el 76′ en el triunfo de la paciencia.

La baja de última hora de Caroline Weir por una sobrecarga muscular trastocó los planes iniciales de Alberto Toril. Freja Siri entró en un once inicial al que también regresaron Kenti Robles, Kathellen Sousa, Zornoza y Olga Carmona y en el que la principal novedad fue Toletti, ya recuperada de su lesión. Arriba, Esther y Athenea del Castillo serían las encargadas, junto a la sevillana, de llevar el peligro al área rival. Dos líneas perfectamente formadas del Vllaznia tendrían la difícil misión de desactivar las embestidas blancas.

Los duelos individuales iban cobrando protagonismo según pasaban los minutos. Doci, en la ayuda a Djini en la izquierda, se las tenía tiesas con una Athenea, como siempre, muy activa por su banda. El cuadro madridista amasaba las jugadas con calma al inicio, sabiéndose superiores al multicampeón albano. Claudia Zornoza, el día de su 32 cumpleaños, llevaba el peso del encuentro. En el 7′ obligó a realizar una parada poco ortodoxa a Williams-Mosier y en el 15′ estrelló el balón en el larguero tras una efectiva incursión de Carmona.

Parecía que el gol de las de Toril se acercaba. Rocío Gálvez remataba fuera uno de los nueve córners de los que disfrutó el Real Madrid en la primera mitad. En otro, Athenea se sacaba un gran disparo desde la frontal cuyo rechace intentó mandar a la red, de tacón, Kathellen. El cuadro blanco era un auténtico martillo pilón. Pero sus ataques se veían frenados una y otra vez por las futbolistas de Nikolin Leka, que dieron una auténtica exhibición de garra y pundonor en la primera mitad.

En el 25′ tuvieron la ocasión de asomarse a la portería de Misa. Sin embargo, Patterson no acertó a rematar a la espalda de Svava. Y antes de que llegase el tiempo de descanso, Esther disfrutó de una de esas oportunidades que no suele fallar. Su inapelable testarazo tras centro de la mencionada lateral danesa dio en la parte superior del larguero. El conjunto albanés se marchaba orgulloso a vestuarios, con su afición empujando desde las gradas de un estadio Loro Boriçi que apoyó en todo momento a las suyas.

Maite Oroz, a escena

Tocaba mover ficha. Toril dio entrada a Maite Oroz para dar fluidez al juego madridista y encontrar espacios en la telaraña defensiva del Vllaznia. Eso sí, la que llevó el peligro fue la misma de la primera mitad: Zornoza. La madrileña volvió a reventar el larguero en el 51′ con un zapatazo desde la lejanía y asistió, tres minutos después, a Esther para que la granadina, entre cuatro defensas, recortase y mandar el balón a las mallas. Con todo la tranquilidad del mundo. Lo que demandaba el cuadro blanco.

Con la victoria encarrilada, Athenea descansó y Feller ingresó en el verde para intentar imponer su físico, aunque lo que seguía destacando era el talento de una Oroz que acariciaba el balón con la sutileza que requiere un mejor amigo. También el de Carmona, que no desistió en ninguno de sus intentos y acabó provocando el penalti de Popovic en el 76′. Lo transformó ella misma. Tres puntos trabajados, merecidos y que saben a gloria para que el Real Madrid se coloque líder del grupo A. El de la muerte.