“El tomate, el aceite y el jamón los hemos traído de España”

Es el cocinero de La Roja y de la RFEF, ¿desde cuándo?

Llevo unos cuatro años trabajando para la RFEF, he estado en varios campeonatos ya. He estado viajando en los últimos tres años con la absoluta femenina.

¿Cómo fueron sus inicios en la cocina?

Empecé por un reto que me hicieron. Descubrí que me gustaba mucho y por eso, aunque había estudiado otra cosa, decidí dedicarme a esto. Tuve que cocinar algo que me parecía increíble. Tuve que transformar un producto en un gran plato. Algo tan sencillo como un souffle. Separar las claras de las yemas del huevo y montarlo. Meterle fruta y al horno. Me pareció algo tan increíble…

Empezó con dulce, pero ¿es más de dulce o salado?

Salado, sin duda. No le dedico mucho tiempo por eso, porque no me gusta tanto.

¿Cuál es la clave para alimentar a esta Selección?

Trabajar con muchas ganas y pasión. Cada día que vengan al buffet vean algo diferente. Es lo que a ellas les encanta.

¿Cuáles diría que son los alimentos básicos aquí?

El tomate rallado, el jamón ibérico y el aceite de oliva. Son tres ingredientes fundamentales. Suele ser en el desayuno y en la merienda. Aunque el aceite sí que está en todas las comidas.

¿Esa base de productos ha venido de España?

Sí. Estuvimos aquí hace dos meses y medio y vimos que la calidad del producto no era muy buena. Decidimos traerlos. En todos los hoteles se quedan sorprendidos por la calidad y la cantidad.

¿Cuál es el alimento prohibido?

El picante. No podemos tocarlo, hay que evitarlo. Y también evitar en la medida de lo posible las especies que puedan dañar la digestión. Por hacerlas más suaves.

¿Esta Selección es más de carne o de pescado?

Depende del día, depende del pescado que le pongas. Lo que puedo asegurar es que comen bastante bien. Ellas nunca saben el menú que hay hasta que llegan, es una sorpresa cada día. El menú lo hace el doctor con el míster. Y me lo pasan a mí. Yo dependiendo de dónde estemos lo adaptamos a los ingredientes que hay en la zona. Si me piden un pescado que no hay, buscamos otro de las mismas características.

¿Tienen las jugadoras día libre para comer lo que quieran?

Muy pocos. Siempre la comida está ajustada. Sobre todo en campeonatos tan largos que no podemos levantar la mano. Un día lo haces y ya hay un poco más de peso. La bollería es algo prohibido. La que hacemos es toda muy saludable, muy fitness. Tortitas de avena con plátano, bizcocho de pancake… les apasiona. Es el único dulce que pueden comer.

¿Qué pasa con el chocolate? ¿Y los refrescos?

Pueden comer, pero a partir de un 70%. Es el que menos azúcar tiene. El más saludable. El gas no es que esté prohibido, es que ellas tienen una bebida asignada que es el agua, zumo de naranja natural y de manzana. Esa es la que tienen. Ellas saben que cuando hay campeonatos su bebida es esa. Es algo normal para ellas.

Y la fruta, ¿la han traído desde España?

Comen mucha y muchos vegetales. Son de aquí, porque podemos traer productos desde España pero de larga duración. La fruta es muy perecedera y más con el clima que está habiendo aquí. Tenemos que jugar con lo que hay aquí.

Hay mucha andaluza, ¿el gazpacho triunfa?

Es algo que les llama muchísimo la atención. Lo empecé a hacer en este hotel cuando llegamos y hoy lo han puesto como receta en su propio restaurante en el hotel. He tenido que ayudar al chef para hacerlo porque todavía no controlaba bien las cantidades. Está encantando. Les choca mucho nuestra comida, la manera de trabajar es completamente distinta a los ingleses. Nuestra comida les apasiona. Nuestro arroz con leche, la paella, las croquetas… Hoy en día la cocina es internacional y cualquiera puede ver un tutorial en YouTube. Pero hay que darle el toque, te tienen que enseñar los secretos.

¿Cuál diría que es su tipo de cocina?

De casa. Que cuando haga unas croquetas te recuerden a tu madre. El arroz con leche de tu abuela. Eso es lo que intento hacer cuando cocino a las jugadoras. Y ellas me lo reconocen.