El refugio de Esther

Esther González llega al Mundial con una sonrisa de oreja a oreja. La andaluza ha encontrado su sitio después de unos meses difíciles. Su final en el Real Madrid no fue el soñado. Tras ser la delantera de referencia del club blanco desde su fichaje en 2021, vio cómo quedaba apartada cuando el equipo tenía pasos definitivos para hacer historia, como por ejemplo la final de la Copa de la Reina ante el Atletico de Madrid. Toril no le dio la opción de saltar al campo, ni quisiera para que se despidiera.

El caso es curioso, ya que Esther ha dejado su sello en el equipo madridista. En este momento sigue siguiendo la goleadora histórica con 39 tantos en todas las competiciones. En la primera, fue la que más goles anotó en el equipo, en la segunda todo iba bien hasta que en abril dejó de ser titular y no tener a penas oportunidades.

Lo de no salir del banquillo en una final como la de Copa, cuando se necesitaba experiencia y goles sobre el terreno, ya fue definitivo para confirmar su adiós. Asunto complicado para la internacional, que veía como su estatus se desinflaba a las puertas de un Mundial. Sin embargo, la de Huéscar llevaba rendimiento para Jorge Vilda muchos meses y no hubo dudas.

No ha sido una trayectoria fácil para esta jugadora en la Selección. Aunque fue preseleccionada para la Eurocopa de 2013, finalmente no entró en la lista final. Su debut fue en 2016 en un amistoso ante Rumanía. Fue a la Euro de 2017 pero no jugó. Se perdió el Mundial de 2019, a pesar de haber cerrado una gran temporada en el Atlético campeón de Liga.

Del ostracismo a romperla

El tiempo y la garra le dio la razón a Esther. Y ahora puede presumir de ser la 9 de La Roja. Sus números son escandalosos: 25 goles en 37 partidos. Con esos galones llega a la cita mundialista. Debuta en un Mundial a sus 30 años, pero no le falta fuerza. Tiene la confianza en el vestuario, es una de las capitanas. No puede pedir más, con esas bases se espera mucho de Esther...