El fútbol en la mirada de Virginia: “Me gusta que el juego pase por mí”
La balear, que acaba de superar con el Villarreal los siete partidos en los que participó con el Atlético la campaña pasada, habla con AS sobre sus sensaciones con el balón.
Música en el cuerpo, fiesta de los ojos. Fútbol. Lo escribía Eduardo Galeano. “El deporte de mis amores”. Fútbol. Lo dice a AS Virginia Torrecilla (Cala Millor, 1994). La centrocampista balear va sanando el alma mientras su ‘Nadie se arrepiente de ser valiente’ (libro que ha publicado este 2023) es leído por cientos de personas y el césped, el balón y la afición, en general, vuelven a disfrutarla por los campos. La jugadora del Villarreal superó ante el Costa Adeje Tenerife los siete partidos en los que había participado la temporada pasada con el Atlético y ya acumula 153 minutos en ocho encuentros.
En el tanto de Claudia Iglesias ‘Bicho’ para empatar el choque ante el equipo tinerfeño (1-1), Virginia ya estaba sobre el terreno de juego: lo corrió, lo gritó, lo celebró, lo sintió. El abrazo de gol. “He tomado la mejor decisión, estoy aprendiendo muchas cosas que antes eran impensables y vuelvo a tener ilusión de jugar al fútbol”, explica en una charla con este diario centrada, únicamente, en eso: su relación con el esférico. Porque el sueño de aquella niña que deseaba ser feliz con el balón en los pies continúa de amarillo...
Y en el Submarino, después de jugar más de diez campañas en equipos dominadores (Barcelona, Montpellier y Atlético), está acostumbrándose a un nuevo estilo. “Me estoy adaptando a no ser poseedora del balón, a estar en un equipo al que le llegan más a puerta y ser más defensivo. Es verdad que en el Montpellier era muy diferente al Barça o al Atlético de Madrid, pero todos eran equipos que han estado por arriba, que el rival se adaptaba a nosotras, que nos tenían respeto y no al revés”, detalla la de Cala Millor que, no obstante, destaca que la entrenadora amarilla, Sara Monforte, también ha tenido que adaptar el juego de las suyas a la élite, en la que están desde 2021.
“Ella ha querido inculcar un fútbol que, al final, por jugadoras o porque los recursos no dan para más, pues no salía. Como el año pasado, que querían empezar jugando el balón. Lo hacían muy bien, pero los equipos siempre plantaban cara y les metían goles. Entonces adaptó el juego y empezó a defender. Fue como se salvaron y este año lo estamos haciendo mucho mejor”, explica la balear, a la que las palabras le brotan con el mismo cariño con el que siempre trata el cuero cuando juega.
Hasta ahora acumula 153 minutos en ocho encuentros, ocupando un centro del campo en el que se siente a gusto juegue el Villarreal con defensa de cuatro o de cinco: “Mi trabajo no cambia. A mí me gusta ser pivote, sola y tener a dos compañeras por delante. Ayudarlas a recibir y, obviamente, que el juego pase por mí. Bien es cierto que aquí es diferente. Se sale muchas veces al contrataque y jugando... pues menos veces. Eso sí, cuando lo hacemos, lo hacemos muy bien. Creo que eso es lo más positivo de todo”.
La 6, para Virginia, es diferencial. “Cuando jugas contra un rival y tiene una 6 que maneja el cotarro hay que cortarla, porque esa es la que hace jugar al equipo. Es fundamental”, afirma. Quizá sea por eso que el momento en el que más empoderada se siente la balear jugando al fútbol es desempeñando las funciones de pivote: “Me acuerdo cuando iba a la Selección y estaba en mi mejor momento de fútbol. Para mí, robar un balón era increíble. Me recuerdo en el Mundial, cuando robaba en el suelo... Me tiraba, robaba y daba el pase en largo... Era increíble. Lo disfrutaba más que meter gol. Lo digo de corazón”.
Aunque después de recuperarse de un tumor cerebral Virginia vive las cosas de otra manera también sobre el verde, sigue entendiendo el fútbol de la misma manera y ahí destaca su sintonía con María Llompart. “No sé si será por eso, pero ha sido jugadora del Barça de la cantera cuando yo estaba en el primer equipo y entiende mucho el fútbol. Es verdad que es muy joven y le queda mucho por aprender, pero tiene una calidad increíble, juega muy bien el primer toque, movilidad, paredes... Salgo muy bien con ella de presión”, precisa. Otra de las compañeras del Villarreal a las que destaca es a Bicho: “Es muy buena jugadora, sólo que en el Atlético no le daban oportunidades. Tiene dos piernas que van solas...”.
Y es que para la de Cala Millor hoy en día, en la élite femenina, la calidad y el físico van de la mano: “Creo que físicamente ahora se pide más a las jugadores que antes, pero obviamente la calidad no te la quita nadie. Ambas cosas tienen el mismo peso, pero claro que hay cosas que son innatas. Como Mariona, lo lleva dentro”.
Objetivo de equipo y personal
El Villarreal ha llegado a este parón de selecciones en décimo tercera posición de la Liga F, con 8 puntos sumados en diez jornadas disputadas, el último con el mencionado empate ante el Costa Adeje Tenerife. Eliminado en la Copa, Virginia y las suyas saben cuál es el único objetivo: “Somos conscientes de lo que vivimos. Tenemos una plantilla corta, pero estamos contentas con lo que estamos haciendo y obviamente nuestro objetivo es salvarnos para quedarnos en Primera. Es verdad que tenemos pocos puntitos, pero tenemos que sacar más en casa y todo lo que sea fuera será bienvenido”.
Así, en el camino hacia la permanencia seguirá creciendo en sensaciones una futbolista que, cuando cuelgue las botas, quiere seguir cuidando del deporte que se lo ha dado todo: “Entrenadora no, porque no tengo paciencia. Pero sí que me veo vinculada, estando en la dirección deportiva, representación... En todo lo que pueda ayudar a que esto siga evolucionando. Es el deporte de mis amores, le debo mucho al fútbol y a toda la gente que está detrás. Así que me encantaría dedicarme a ello también después”.
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