Ebru Koksal: “La Eurocopa fue mejor de lo que imaginamos”
Presidenta de Women in Football y exdirectiva de la federación turca y del Galatasaray, Ebru Koksal analiza en AS los retos del fútbol femenino tras su ponencia sobre el éxito de la Eurocopa en el World Football Summit.
Durante su carrera profesional ha roto barreras y ahora su trabajo es ayudar a otras mujeres a que lo hagan. Ebru Koksal (Estambul, 1968), presidenta de Women in Football, llegó al mundo del balón desde un sector ultracompetitivo como es el de las finanzas. Madre de dos niños pequeños, su jefe pensó que no podía seguir en ese mundo y le ofreció recomendarla al Galatasaray. “Era abrir un proceso judicial por discriminación sexual o eso”, explica a AS. Así llegó a una industria en la que ahora centra sus esfuerzos con el fútbol femenino por bandera.
—¿Qué balance hace de la Eurocopa de Inglaterra?
—Resultó ser incluso mejor de lo que nadie había imaginado o esperaba en términos de audiencia, asistencia, de la atención que recibió tanto en los medios de comunicación locales en Inglaterra, como también fuera del país anfitrión. Que el Mundial se celebre inmediatamente un año después, y no con dos años de diferencia, mantiene el debate muy, muy animado.
—¿Qué piensa de la premisa de que el fútbol femenino no genera dinero?
—El fútbol femenino es, con diferencia, el segmento de cualquier deporte que más crece por el momento en todo el mundo, y su crecimiento se ve obstaculizado por esta idea preconcebida de que sólo se puede invertir tanto como los ingresos que se generan en el juego. Pero lo primero que hay que hacer es invertir y asegurarse de que las instalaciones están a la altura.
—¿Cuáles son entonces los principales desafíos de la categoría?
—Creo que actualmente el mayor problema sigue siendo convencer a más patrocinadores, a más emisoras, cadenas y medios, a más propietarios de clubes y a más federaciones de que inviertan más en el fútbol femenino.
—Poco a poco se va pagando más...
—Los precios de traspasos por el momento son una cantidad muy pequeña del mercado global. Este verano se gastaron de nuevo 5.000 millones en total en traspasos de jugadores y sólo un par de millones son para jugadoras. Probablemente pasarán entre 5 y 10 años antes de que empecemos a ver mayores cantidades. Pero hay algunas consultorías que predicen que para 2030, en ocho años, el mercado del fútbol femenino en Europa podría alcanzar cerca de los 400 o 500 millones de euros, que es ya una buena cantidad.
—¿Cómo ve el crecimiento del fútbol entre las niñas?
—La participación ha sido un objetivo muy importante para muchos países europeos. Los retos consistían sobre todo en proporcionar los medios y las estructuras adecuadas para que las chicas jugaran. Los países que han sido capaces de incluir el fútbol femenino en el plan de estudios, como España, creo que han hecho un progreso significativo en los últimos años. Pero, por supuesto, son los clubes los que tienen que proporcionar las vías de acceso a la élite. Normalmente alrededor de los 12-13 años las chicas abandonan el fútbol por muchas razones.
—¿Cree que es importante que haya mujeres dirigiendo el fútbol femenino?
—Creo que marca una gran diferencia tener al menos una persona en la toma de decisiones que lo haya vivido. Es decir, que sea una mujer y que haya sido discriminada como jugadora, como árbitra o como entrenadora.