De Beerensteyn al abrazo de tres capitanas sin brazalete
Honor a las ‘Marioners’. Existe un movimiento popular en las redes sociales desde hace años que consiste en apreciar las grandes actuaciones de la que posiblemente sea una de las futbolistas más infravaloradas de nuestro fútbol: Mariona Caldentey. Vilda le dio una merecida titularidad a la balear y estuvo a un nivel sobresaliente. Asumió la responsabilidad de lanzar el penalti más importante de la historia de esta Selección (hasta el momento) y lo metió. Las Marioners, y su ideóloga Lalu Albarrán, siempre creyeron.
El peso de Aitana. Cuando el seleccionador decidió sacar a Aitana del campo en el 86′ a más de un aficionado le asaltaron las dudas. Normal. La mejor jugadora española del Mundial no estaría sobre el verde en caso de prórroga. La hubo y Jenni Hermoso, con un sensacional pase, y Salma Paralluelo, con un golazo, resolvieron; y Vilda no tuvo que cargar con el peso de ese cambio a destiempo. España salió victoriosa. Cara.
La puntería de Beerensteyn. Antes de la marcha de Aitana, Jonker también había sustituido a su estrella en esta cita planetaria: Jill Roord. Por delante incluso de una Lieke Martens a la que no solamente no le salía nada, sino que no llegaba a ningún envío al espacio. No ganó ni una carrera. Así, la mejor de la Oranje fue Lineth Beerensteyn que acabó desolada y pasaría una de las peores noches de su vida después de las dos ocasiones clamorosas de gol que no acertó a anotar. Cruz.
El descaro de Eva Navarro. La extremo murciana volvió a disfrutar de minutos por el costado derecho. Su descaro con el balón, capacidad de desborde y el guante que tiene por pie (cualquiera de ellos) han provocado que tenga mucho más protagonismo que futbolistas que a priori iba a tener por delante en la disputa por ese puesto. Merecido.
Hermoso, Paredes y Alexia. El pitido final de Frappart hizo que todas las cámaras buscaran a tres futbolistas que han jugado en los tres Mundiales que hasta ahora ha disputado La Roja: Jenni Hermoso, Irene Paredes y Alexia Putellas. Capitanas sin brazalete. Santo y seña de la Selección española. Sus lágrimas contrastaban con las sonrisas de las más jóvenes. Ellas saben lo que lucharon las pioneras, las que lideraban el equipo de 2015 e incluso las que no están en Oceanía. Lo que han sufrido para ser tratadas como profesionales. Lo que cuesta ser escuchadas. El abrazo que protagonizaron las tres en el banquillo fue el que todas soñamos. Nuestro fútbol sería imposible sin ellas. Gracias.
