Cuando la central se convierte en portera... y, además, no encaja

A Sheila Prada, más conocida como Maka, se le había visto jugar fuera de posición en más de una ocasión. Gracias a su talla y a su contundencia en las disputas, a veces ha hecho la de Alexanco y ha terminado algún partido de delantera, lejos de su puesto natural de central. Desde esta, ha sido líder en cada equipo en el que ha militado, y no está siendo menos el Real Valladolid Simancas, en el que ejerce de capitana, de comandante en plaza y de lo que le echen. Si hace falta, hasta haciendo de portera.

Así sucedió este pasado fin de semana, contra el conjunto gallego del Bergantiños en Los Anexos. Corría el minuto 19 de partido cuando una pérdida en salida de balón cogió a la guardameta Alba Acebes fuera de la portería, participando en la fase de creación. Al intentar recular, sabedora de que el ataque rival buscaría el arco, sacó la manopla en una posición límite, que el colegiado entendió que era fuera del área. Y le mostró la roja, provocando una situación que puede resultar, dado que Rubén Beltrán todavía tenía todos los cambios disponibles, pero que tiene su razón de ser.

El motivo de que Maka, central, tuviera que calzarse los guantes son las lesiones de varias de sus compañeras; tanto de Lara como de Garri, las porteras del primer equipo, así como de Iraila, del filial, una epidemia ante la que el Real Valladolid Simancas había respondido hasta la fecha como podía: sin suplente y aguardando que no se produjera una coyuntura como la vivida este domingo. Esto puede parecer extraño, si bien no es nuevo en el mundo del fútbol, puesto que en entrenadores como David Movilla, ex del Zamora, es habitual no convocar un segundo portero.

Total; que todavía con el empate a cero en el marcador, a Maka, líder y ejemplo ante cualquier adversidad, le salió el ofrecerse para ponerse los guantes y defender las mallas que defiende siempre, pero esta vez como portera. Tal es así que se empezó a preparar para su nuevo rol mientras todavía en el banquillo había debate. Lo solventó su determinación de siempre... aunque, nada más reanudarse el juego, se llevaría el primer susto (y el mayor), ya que el golpeo de la falta acabó dando en el palo.

Desde esta novedosa posición, gracias a su desplazamiento en largo, activó el ataque en más de una ocasión. También, le tocó esforzarse en alguna que otra oportunidad del Bergantiños, como a la salida de un saque de esquina, por alto, por bajo, en una acción que sacó con el pie, o con valentía en una tercera jugada en la que se tiró a por el balón. Todo ello mientras, aun con una jugadora menos, las blanquivioletas fueron imponiendo su ley hasta ganar por cuatro a cero, completando un buen trabajo y un esfuerzo que su entrenador, Rubén Beltrán, alabó al final del encuentro.

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