Corea del Norte, el gigante dormido vuelve a resurgir
Una apuesta que da sus frutos. Se levantó de una sanción por dopaje en 2011 y lidera el palmarés de Mundiales Sub-20.
Empezó a desarrollar el fútbol en el año 2000. Lo primero fue invertir en los programas deportivos escolares del país, como son la Escuela de Fútbol de Pyongyang o la Escuela Deportiva Juvenil del Distrito de Taesong. Crearon torneos domésticos, que se juegan cada dos meses, pero sus resultados no transcienden. Mientras, las mejores de estos torneos, trabajan con la selección. Un plan simple, amplio y eficiente: entrenamiento en la escuela desde una edad temprana, envío de cazatalentos por todo el país y una escuela central de excelencia con equipos del ejército que les permitieran entrenarse y desarrollarse a tiempo completo a expensas del estado. Porque ser futbolista en Corea del Norte significa cambiar el estatus. Así lo explicó Brigitte Weich, una cineasta austriaca que pasó cinco años siguiendo a las jugadoras: “Recibieron, como regalo del líder, apartamentos en Pyongyang y pudieron traer a sus padres a la capital. Ser elegida para el equipo puede ser una carrera para una mujer y toda su familia; puede cambiar la vida”.
“Son estrellas”, afirmó Weich. “Los aficionados las conocen y les piden autógrafos, incluso se hizo una telenovela sobre ellas”. Éxitos que le llevaron al quinto puesto del ranking FIFA. Sin embargo, en 2011, fueron sancionadas cinco jugadoras por dar positivo por esteroides durante el Mundial. Además, fueron excluidas del Mundial de 2015 y la sanción no les permitió clasificarse para el de 2019. Mientras, el régimen se defendía asegurando que tuvieron que tomar una medicina natural a base de glándula de reno almizclero al recibir un rayo. No les creyeron. Tocaba volver a empezar.
Pero Corea del Norte ya tenía una base y era consciente de que en categorías inferiores serían mucho más potentes. Con un palmarés envidiable: tres ediciones consecutivas de la Copa Asiática (2001, 2003 y 2008) y el tres Mundiales Sub-20 en (2006, 2016 y 2024) y dos Sub-17 (2007 y 2016), el fútbol femenino en el país asiático ha despertado. Profesionales con 12 o 13 años. Y un hándicap: a nivel senior no pueden competir en las mejores ligas al no poder salir del país.
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