Ángeles, el talismán de los dobles ascensos: “Si no tuviera contrato, me iba a querer todo Segunda...”
La delantera del Espanyol, que regresa a Primera con sus equipos masculinos y femeninos, también vivió lo mismo en 2023 con el Granada. “Son curiosidades que está guay saber”, dice a AS.
De Vallecas al cielo. Ángeles del Álamo (1998) se hizo un nombre en el mundo del fútbol marcando decenas de goles en su barrio, con las camisetas del Adepo Palomeras y el Vallecas CF. Con esta elástica vivió su primer gran ascenso, subiendo a lo que entonces era Segunda división. De ahí dio el salto a Primera, categoría en la que jugó con su Rayo y a la que regresará siete años después de su debut, pero con la camiseta del Espanyol. De blanquiazul ha vivido los ascensos de su equipo, el femenino, y el de sus compañeros del masculino, algo que no era nuevo para una futbolista que vivió exactamente lo mismo hace un año, con el Granada. Porque Ángeles es el talismán de los dobles ascensos. “Le dije a Dolors Ribalta (directora de fútbol femenino del club) que menos mal que tenía dos años firmados, si no, ¡anda que no me iban a querer fichar todos los equipos de Segunda, con tal de ascender...”, explica, divertida, en una conversación con AS.
Y es que no todo el mundo puede decir que provoca dobles ascensos allá donde va: “Mis amigos más futboleros son los que se dieron cuenta, ya me dijeron en su día que después de nosotras vendría el de los chicos. No sé cuánta gente habrá logrado esto, son curiosidades que está guay saber”.
Porque, además, Ángeles ha vivido una de las mejores temporadas de su carrera futbolística y ha contribuido al logro del equipo perico con siete goles en 26 partidos disputados. “La verdad es que me he sentido muy bien y cómoda. Creo que también he dado un paso adelante, he madurado tanto a nivel futbolístico como a nivel personal. Creo que he sido importante, yo me he sentido así, y la verdad es que creo que ha sido una temporada a nivel global muy buena”, destaca la delantera del Espanyol, que remontó el 1-0 ante Osasuna de la ida de la final por el ascenso a Liga F con un 3-1 en casa el pasado 16 de mayo.
El festejo fue acorde a lo logrado: “Lo celebramos de muchas formas, la verdad, nos lo pasamos todas muy bien. Era un sentimiento como de responsabilidad que teníamos, el de devolver al Espanyol a Primera, el llevarlo a Liga F. También sentimos un poco de alivio, de tranquilidad, de saber que habíamos conseguido una cosa que era el objetivo a conseguir”.
Algo más de un mes después, ellos también cumplieron. “Claro, a nosotras el suyo nos ha pillado ya de vacaciones, como para cuadrar con ellos estar todos juntos otra vez. Pero cuando subimos nosotras recibimos mensajes de jugadores y de cuerpo técnico. Luego fuimos al campo y recibimos su felicitación y la de toda la afición también”, explica Ángeles, que tiene muchas ganas de volver a jugar en la élite y también de hacerlo sobre el césped del estadio del club: “Es un pedazo de campo, está guapísimo la verdad. En Copa de la Reina jugamos en el campo del Huesca, luego la final del playoff también en El Sadar. Creo que todo eso potencia mucho que se anime la gente a ir a ver el fútbol femenino. Me encantaría jugar en el estadio el año que viene, pero no lo decido yo, claro”.
El momento más duro de Ángeles del Álamo
Ángeles, con contrato en vigor con el Espanyol hasta 2025, volverá a jugar en una Primera división en la que estuvo tres temporadas y anotó 10 goles. En 2020 dejó el Rayo Vallecano... “Cuando me fui sentía que había perdido la ilusión. Fue justo el año del COVID, antes de que empezase todo el jaleo, volviera Santiso... Me da mucha pena verlo desde fuera, cómo está una sección histórica, que ha ganado ligas. Me duele como rayista, ojalá la situación cambie y vuelvan a Primera, pero sobre todo con los valores del Rayo, que eso está por encima de los resultados”, narra la delantera perica antes hablar de su fichaje por el Parquesol y la rotura de cruzado que sufrió a principios de 2021.
“Fue duro porque era mi primer año fuera de casa y me rompí en febrero. Recuperé la ilusión, me sentía bien... No me lo creí hasta que no me vi en el quirófano. Después me fui al Racing y terminé de recuperarme, con un adaptador y médicos increíbles. Acabamos descendiendo y me llegó una oferta del Granada”, musita antes de coger aire. Y ahí, justo ahí, viene una pausa. Profunda. De las que advierten. “Era, como se dice, una oferta irrechazable para mí. Pero ese verano fallece mi padre. Él era mi fan número uno, o sea, la persona que siempre me llevaba a los entrenamientos de pequeña y me apoyaba a todo. Entonces, obviamente la adaptación en Granada fue muy dura porque hasta Navidad yo sentía que quería estar con mi familia, mis amigos y con mi gente”, explica.
Al final se adaptó, claro, y acabó subiendo con el Granada, en el que también lograron ascender sus compañeros. Pero no se quedó: “Me dio mucha pena irme, pero bueno es fútbol. Tuve una conversación a finales de la temporada con el entrenador en la que sentía que no se me iba a dar la importancia en Granada en Primera y me llegó la oferta del Espanyol. Dije allá que voy y aquí estoy”. Feliz, marcando y con la vista puesta en la Liga F. Vuelve Ángeles del Álamo. De Vallecas al cielo.
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