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MUNDIAL | ESPAÑA-SUECIA

Análisis del rival: Un equipo compacto al que le falta un título

Suecia, tercera en el ránking FIFA, lleva seis años con Gerhardsson al mando. Ha formado un equipo difícil de ganar y con muchos recursos en ataque

Actualizado a
Las jugadoras de Suecia celebran un gol.
MICHAEL BRADLEYAFP

Rondando el título. Suecia es una de las mejores selecciones del planeta y sus números lo refrendan. En los últimos años las del norte de Europa siempre han competido hasta la rondas finales por un gran título, pero siempre se queda a las puertas del éxito. Bronce en la Copa del Mundo en Francia 2019, subcampeona olímpica en Brasil 2016 y Tokio 2021, y cuartas en la última Eurocopa. Esta gran generación, que fue campeona de Europa Sub-19 en 2012, sabe que está ante una de sus últimas oportunidades para ganar un gran título, ese que tanto se resiste.

Experiencia. Si por algo destaca Suecia es por al experiencia de sus futbolistas. En su once la mayoría está en la treintena. Jugadoras como Rölfo, Ilestedt, Eriksson, Rubensson, Asllani o Blacktenius son líderes de sus equipos y cuentan con un gran bagage tanto en clubes como con su selección. Están acostumbradas a jugar este tipo de partidos y no les traicionan los nervios. Un plus más para un equipo hecho.

Peter Gerhardsson. El seleccionador sueco es un tipo peculiar. Aunque ha desarrollado toda su carrera, tanto de jugador como de entrenador, en Suecia, sus planteamientos se alejan mucho del fútbol de su país. Gerhardsson cree mucho en la creatividad de sus jugadoras y les da libertad, sobre todo, a la horade atacar. “Demasiada estructura mata la creatividad”, dijo. Por eso no usa una estructura muy rígida, por lo que jugadoras como Rölfo, Asllani o Blacktenius tienen libertad para intercambiar posiciones. Mientras la del Barcelona busca más las zonas centradas y llega mucho al remate, Kaneryd, por la derecha, tiende más a llegar a la línea de fondo. Opta por un 1-4-2-3-1, aunque le falta algo de creatividad en la medular que suple con la ayuda de Asllani en la creación. Llegó en 2017 a la selección y en los últimos seis años ha armado un equipo compacto y muy bien trabajado que sabe a lo que jugar en cada momento.

Balón parado. Sin duda es una de las grandes armas de Suecia. De hecho, así llegó a la semifinal, con dos córners contra Japón que acabaron en el fondo de la red. Sabe aprovechar sus centímetros de más al ser uno de los equipos más altos de la competición. Es más, la central Ilestedt es la goleadora del equipo con cinco tantos, incluso peleando por la Bota de Oro. Cuenta con dos grandes lanzarodas a balón parado como son Asllani y Andersson, siempre a pie cambiando. Siete de sus once goles llegaron en este arte.

Presión. Suecia aprovecha mucho su físico para intentar hacer una presión asfixiante a su rival y, sobre todo, ganar todos los balones divididos. Buscan mucho las segundas jugadas y van siempre a por cada pelota como si fuera la última. El técnico tiende a hacer pocos cambios, por lo que esa intensidad inicial se va diluyendo con el paso de los minutos.

Fortaleza mental. Es otra de las fortalezas de este equipo. El psicólogo deportivo Rasmus Liljeblad trabaja mucho la solidaridad dentro del grupo. La celebración después de cada victoria hace piña y crea un gran ambiente. “Ganar cada partido es una fiesta”, explicó Seger. Un grupo unido por un sueño que llevan años persiguiendo.