Griezmann está al límite

Por primera vez en mucho tiempo, Antoine Griezmann no está realizando un gran torneo con la selección francesa, desembocando en un debate sobre si su ciclo está a punto de terminar con Les Bleus. El mediapunta del Atlético de Madrid, de 33 años, no tuvo su mejor prestación contra Bélgica, el lunes, en un partido cerrado en el que volvió a dar síntomas de agotamiento, fruto de la extenuante temporada que acarreó con los colchoneros.

De hecho, en el último envite de la fase de grupos, contra Polonia, Didier Deschamps se vio obligado a dejarle en el banquillo para tenerle en las mejores condiciones para la contienda de los octavos. Aquella suplencia no gustó del todo a Griezmann, que, inmediatamente después, se puso las pilas en los entrenamientos, volviendo a ser titular frente a Bélgica, volviendo a denotar que el físico le ha sobrecargado durante los últimos meses.

“Titularizarle es una cuestión de equilibrio. Como dije antes del partido, a pesar de que habéis hablado de triángulo, rombo... Había la posibilidad de tener a dos jugadores en sus mejores posiciones. Antoine le conozco, es una posición en la que juega mucho en su club. Tiene capacidad de adaptación. Ha sido muy interesante su partido con balón. Podía haber tenido un poco más de efectividad. En los grandes partidos sé que puedo contar con él”, declaró Deschamps, tras la victoria contra Bélgica, 1-0, sobre el nivel del segundo capitán de la selección francesa.

La importancia de Griezmann en Francia nunca ha estado en tela de juicio, mientras que ahora, debido al rendimiento que ha mostrado, los medios se preguntan si no llegó en las mejores condiciones para disputar la Eurocopa. Cero goles, cero asistencias, cero ocasiones generadas, menos de 50 toques por partido, 0.3 regates por encuentro, 11 pérdidas, o menos del 42 % de los duelos ganados por 90 minutos son estadísticas que refrendan que el de Mâcon todavía no ha recuperado su mejor nivel.

Griezmann ostenta el récord de internacionalidades consecutivas con Francia, 84, es el máximo asistente de la historia de Les Bleus y, además, es el cuarto máximo goleador. Pieza clave en el Mundial de 2018, elegido MVP de la final, diferencial en el pasado Mundial de Qatar, Deschamps ha sido uno de sus principales valedores. “Yo juego donde me ponga el entrenador. Debo devolverle la confianza que ha depositado en mí”, aseguró el del Atlético de Madrid, después del 1-0 ante Bélgica.

Frente a los Diablos Rojos, actuando en la banda derecha, aunque con libertad para meterse por dentro, Griezmann tuvo un 85 % de precisión en el pase, pero perdió 12 balones, mientras que ganó tres de los cinco duelos terrestres que tuvo en el campo, acumulando 12 pérdidas. A pesar de que aún no ha conseguido mostrar su mejor nivel, Deschamps no contempla sentarle el viernes contra Portugal, en un partido en el que la potencia de Mbappé y la calidad del canterano de la Real Sociedad podrían acercar a la selección francesa a las semifinales.

Griezmann llegó a la Eurocopa después de una paliza física con el Atlético de Madrid, disputando 48 encuentros entre todas las competiciones, acumulando 32 participaciones de gol, 24 goles y 8 asistencias. Si bien es cierto que arrancó como un tiro la temporada, a partir de febrero fue menguándose, evidenciando un agotamiento que lo ha trasladado a la Eurocopa. En todo caso, su importancia con la subcampeona del mundo es irrebatible, incluso sin estar al 100 %.

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