El Athletic resiste hasta la orilla

El Athletic se relamía con una victoria de enorme prestigio, ante el Manchester United y durante casi media hora en inferioridad por expulsión de Paredes. Era la mejor rampa de lanzamiento hacia el inicio de la temporada, ese que le cita en San Mamés nada menos que ante el Madrid. Nico Williams había adelantado al equipo de Valverde y éste después resistía como un titán el fuego enemigo de los ‘Diablos Rojos’. Pero el último suspiro resultó fatídico. Una jugada de lo más elemental pero difícil de defender sirvió para empatar al United, arropado en la grada del Aviva de Dublín por más de 30.000 personas: centro lateral, dejada de un central como Maguire y recepción de Pellistri completamente solo para cruzar a la red. La sensación de rabia por esa concesión final no ensombrece un choque más que interesante, en el que el Athletic fue de menos a más y se dedicó en muchas fases a esperar en lugar de ir a por el rival, y a lanzar contraataques. Sancet cubrió 56 minutos y como aquello era un ensayo general, con el once más titular posible en este instante, incrustados en él los Williams, parece evidente que ese catálogo estará en el saque de medio campo el sábado a las 21:30 horas. Ni Martón, la revelación en estos ensayos entre México, Lezama y el Reino Unido; ni la veteranía de Raúl García; ni Guruzeta, el que opta al ‘nueve’ con más fuerza. El bacalao lo cortan arriba Iñaki y Villalibre.

Para los leones siempre es un placer ver esas camisetas rojas enfrente. En Old Trafford escribieron una de las páginas más gloriosas de la historia aquel año de Bielsa. Por eso, entre otras razones, mataban por la victoria. El United empieza la Premier el lunes 14 y puso su once de gala ayer ante el Lens. Pero el B también es mucho equipo. El amistoso fue accidentado, aunque no se atisbó exceso de agresividad por ningún lado. Cinco amarillas y una roja parecen una exageración en un partido muy noble, sin malos modos. El Athletic se lo tiene que hacer mirar: tres rojas este verano en los bolos al calor.

El cuadro de Valverde arrancó abrumado. La segunda unidad del United sacó las garras, le avasalló y muy pronto se dio cuenta de que ese rival no tenía el perfil bajo de todos los anteriores de la pretemporada. Eso sí, le falta clarividencia en los últimos metros, como a los leones. Sancho ya tuvo una gran oportunidad en el minuto dos, pero se la sacó con el pie Simón, de nuevo muy sobrio. La presión alta maniató a los bilbaínos, que perdían balones en zonas de riesgo y se olían lo peor.

Pero pasado el cuarto de hora, el Athletic fue recobrando la respiración. Pudo mostrar algo de peligrosidad con Iñaki Williams, para sacarse semejante vendaval. Eso sí, Vivian dio un empujón a Pellistri en el área que le puso costar muy caro. Nico entró en acción para dar un relevo a su hermano y lo hizo para mover el marcador. Primero con un regate marca de la casa de dentro hacia fuera en el que le derribó Fernández. El colegiado pitó penalti, pero, a instancias de un auxiliar, sacó luego del área la falta.

Y a la media hora de juego llegó el primer tanto. Maguire no es ni la sombra de aquel defensa poderoso que hace cuatro años se convirtió en el central más caro de la historia: 88 millones. Ten Hag le ha quitado la capitanía y le tenía que arrebatar hasta la licencia para jugar al más alto nivel. Una pifia imperdonable del internacional inglés permitió a Lekue recuperar muy arriba la pelota. Tras esa pérdida rival, el Athletic fue un rayo. La cogió Sancet y se alió con Nico Williams, que, tras un perfecto desmarque en diagonal, batió a Heaton, no sin cierta dosis de fortuna. Después se hizo el diluvio en Dublín, para poner aún más rápido el campo. El descanso plasmó una estampa curiosa: la de Nico pidiendo la camiseta a Sancho camino de los vestuarios.

La segunda parte fue un plomo. Solo el gran ambiente salvó 45 minutos de puro tedio, aunque es lo normal con jugadores que salen de mucha carga física estas semanas y que ven como va subiendo el telón de sus ligas. Gore tuvo la primera oportunidad, con un tiro desde fuera del área tras dejada en el minuto 48, que detuvo Simón sin excesivos problemas. Ten Hag pide pase y pase, y su gente busca líos por dentro, pero a veces es demasiado ornamento. El Athletic se comportó en defensa con pulcritud. Villalibre salió tras el descanso y fue el saco de los golpes en su tarea de fajarse con los centrales. Como no le dan balones, pelea en un desierto a ver si saca peces.

Luego llegó el momento de la nostalgia. Por ejemplo, con la ovación a Evans, todo un veterano de vuelta al United. O Herrera, recordado por sus tiempos en Old Trafford. El pulso parecía hacer ‘crac’ cuando en el 67′ Paredes cometió un error tan grueso o más que Maguire. Se confió en exceso cuando buscaba un pase a Vesga y le robó la cartera Hannibal, una pesadilla desde su puesta en escena. Tuvo que sujetar al franco-tunecino cuando se iba hacia el portero y fue expulsado. A partir de ahí, el Athletic jugó un 4-1-4-1, con Villalibre aún más solo. No se comunicaba con la pelota ni por whatsapp. Y los ‘Diablos Rojos’ aún incrementaron más el tiqui-taca, se perdían en semejante maraña de pases.

El Athletic aún hizo más descarado su idea de esperar y contragolpear. Volvió a aparecer Iñaki, que tras una galopada asistió a Muniajn, pero este no supo empalar bien en el minuto 74. El caos se adueñó del Aviva, con un United de jugadores en fútbol total. Los centrales eran mediapuntas, los laterales extremos... un desbarajuste que no le iba de todo mal al Athletic. La falta claridad en el cuadro inglés aún se hizo más patente. Vivian se convirtió en un gigante en el asedio final. Hasta que Maguire se sacó la espina de su error colosal, con una de sus numerosas dejadas de cabeza, esta vez con asistencia de gol a Pellistri. Fin a tantos minutos de titánica resistencia. Y así acaban los ensayos de verano. A partir de ahora, todo se canjea por puntos. Una única victoria, tres empates y dos derrotas son un corto bagaje en clave rojiblanca. Pero lo del día 12 ya será otro cantar.