Soldado de guardia en Olot

Lo que podía ser una oportunidad de reivindicarse se convirtió para la UE Olot en un suplicio de principio a fin. El Levante sigue su firme recorrido y resolvió en apenas media hora la ronda copera en el corazón de la Garrotxa. Un volcán en ataque fueron los de Javi Calleja, que continúa sin perder después de cinco partidos al mando de los granota. En la primera mitad ya ganaban los visitantes por 0-4. El Levante jugó a placer y escarbó en el desorden del equipo catalán, que estrenaba entrenador y jugó demasiado largo. A Jonathan Risueño se le cambió la mueca rápidamente, cuando vio que el equipo valenciano iba en serio.

Si la consigna de los locales eran hacer largo el partido y estar con vida el máximo tiempo posible, a los seis minutos el plan se hizo añicos. Tres minutos antes Cantero había avisado con una vaselina a la que le faltó potencia, pero Soldado sigue con munición suficiente para resvoler este tipo de partidos. Cazó un rebote y la metió para dentro. El Levante jugaba a placer, tejiendo el juego con precisión y comodidad ante un rival que afronta un periodo de cambios, de urgencias y de falta de confianza. En la Segunda RFEF tienen ocho puntos, está en descenso y solo han marcado cuatro goles. Era una misión imposible remontar el encuentro.

Saidou fue el más activo en la banda derecha, desconectados los veteranos Eloi Amagat y Xumetra, pero el Levante se mostró seguro en defensa. Y letal en ataque. El propio Soldado aprovechó un pase de Pablo Martínez para controlar con el pecho y rematar a gol con la izquierda ante la falta de atención de la defensa catalana. Era el minuto 26. El Levante transitó por diez minutos de inspiración y no tuvo piedad para dejar el encuentro sentenciado.

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Primero fue Pubill en una acción individual en la que aunó su habilidad con su gran lanzamiento. Dos regates y un golpeo violento con la derecha poco pudo hacer Batalla. Tres minutos después, un desmarque de Cantero lo desvió a gol sin querer Aimar cuando intentaba cortar la acción. Con el 0-4 se llegó al decanso. Apenas sudaron los valencianos, muy superiores a un Olot que, eso sí, no le perdió el pulso al encuentro e intentó competir el resto de los minutos.

Después del descanso, el Levante bajó las revoluciones. Dio un paso atrás y jugó más en sus campo, sin tanto vértigo, especulando con la ventaja. El Olot, que refrescó el ataque, intentó apretar la salida y pisó área especialmente por su banda izquierda, pero no concretó en el último pase y todos los ataques chocaron ante el muro levantino. Pero Risueño pudo ver a sus jugadores en otro contexto. Lo que les apremia es la Liga, al igual que el Levante, que seguirá adelante en la Copa pero que su objetivo es regresar el curso próximo a Primera División.