Savinho rescata al Girona en el 98′ de la telaraña del San Roque

Esto es la Copa del Rey y aquí hay que bajar al barro. Ponerse el mono de trabajo y sufrir porque la diferencia de categorías entre los equipos se queda en nada una vez circula el balón. El Girona tomó buena nota de ello y es que sufrió mucho más de lo esperado para dejar en la lona al San Roque, que milita en Segunda RFEF. El bloque de Míchel, colíder de Primera, tuvo que lidiar con un rival correoso y que se topó con la cruda, y cruel, realidad en el 98′. Savinho, cuando el duelo ya se dirigía a la prórroga, se inventó una acción de videoteca, en la que fue sorteando todos los rivales que pretendieron barrarle el paso, y firmó el definitivo 1-2. Demasiado premio para un Girona que no estuvo a gusto, pero que tiró de calidad y viento a favor para seguir de pie en la Copa del Rey.

Y de pie, también, cayó el San Roque. El equipo aurinegro rozó la prórrogra. Y todo por méritos propios. Trató de tú a tú al Girona e incluso obligó a Fuidias a lucirse en más de una ocasión. Al final, a los locales, escasos de fuerzas, se les hicieron muy largos del ocho minutos de añadido y Savinho les condenó. Pese a ello, en el Ciudad de Lepe fue una constante escuchar el “sí, se puede”. El sueño estuvo cerca de hacerse realidad. Si el año pasado, los aurinegros hicieron padecer al Getafe, este año le tocó al Girona.

Fue un duelo que estuvo un tanto marcado por el césped. Demasiado blando y que se levantaba con demasiada facilidad. Eso sí, no hay excusas porque era el mismo terreno de juego para los dos. Y es que tanto San Roque como Girona quisieron controlar la posesión del balón. Portu, en el 21′, fue el primero en avisar. Disparó fuera tras una buena combinación entre Tsyganov y Arnau. Fue un ida y vuelta y la más clara del San Roque llegó en el 39′: Becken hizo lucir a Fuidias. El meta del Girona, que debutó este curso, brilló con una parada portentosa. Entre él y el palo evitaron el 1-0. Con el paso de los minutos, el césped fue a peor y Kebe dio el susto. Se resbaló y su rodilla derecha sufrió. Se fue al suelo con claros gestos de dolor y, aunque acabó la primera mitad, fue sustituido al descanso.

Ya en la segunda mitad, el Girona salió decidido a poner una marcha más y encontró premio a los tres minutos gracias a una acción, entre Arnau y Valery, que merecería ser vista en todas las escuelas. Arnau, excelente, esperó el momento perfecto para dar el pase y Valery supo buscarse el hueco y después colocarse en la línea de pase para solo tener que empujar el balón. El jugador de L’Escala demuestra tener un idilio con la Copa porque suma siete goles con la camiseta rojiblanca y cuatro de ellos han sido en esta competición.

El bloque rojiblanco, por delante en el marcador, se pensó entonces que lo tenía hecho, pero el San Roque reaccionó rápido. Solo tres minutos tardó en colocar el 1-1. Sergio García centró al corazón del área y Mizzian, que se adelantó a Bernardo, empató. La alegría se desató en el Ciudad de Lepe. Fue entonces cuando retumbó el “sí, se puede”. Stuani, en el 74′, estuvo a punto de silenciar los cánticos, pero estrelló su remate en el palo. Míchel vio que necesitaba dar una marcha a su equipo y metió a Dovbyk, para formar con Stuani en punta, y a Iván Martín. Ya al final, con las fuerzas justas, la balanza se pudo decantar para cualquiera. Entre Jacobo y Mizzian no lograron superar a Fuidias, en el 84′, y sí se erigió rey Savinho. El brasileño evitó la prórroga y rescató a su Girona. El colíder de Primera sortea la primera mina.

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