Copa (1/2, ida) | Barcelona - Atlético
Magia en Montjuïc
Barça y Atlético disputan el primer asalto de una gran semifinal de Copa. Lewandowski, Raphinha, Griezmann y Julián Alvarez garantizan goles. Lamine no se entrenó en la previa, pero apunta al once de Flick.
Las emociones fuertes de la temporada empiezan esta noche (21:30 horas, La1) en Montjuïc. El Barça, 31 títulos de Copa, y el Atlético de Madrid, diez, juegan el primer asalto de la semifinal, rampa hacia la deseada noche del 26 de abril en La Cartuja (sigue el partido en directo en AS.com). En Sevilla, en plena pandemia, conquistaron los azulgrana el último título de la era Messi en una final en la que ya brillaba Pedri; y en la que marcó, de azulgrana, un tal Antoine Griezmann, que por cierto firmó un gran torneo en términos globales aquel curso.
El Atlético no llega a una final desde 2013, cuando asaltó el Bernabéu con el célebre cabezazo de Miranda en la prórroga. Pinta a semifinal grande, aunque está por ver cuánto van a exponer esta noche los equipos en el Lluís Companys. Metidos de lleno, además, en la batalla por la Liga, donde sólo les separa un punto; y con los octavos de final de la Champions a la puerta de la esquina, es una incógnita saber si enseñarán todas sus armas y, sobre todo, si jugarán al límite. Eso empieza por Lamine, que el sábado acabó con el pie izquierdo ensangrentado en Las Palmas y ayer no salió entrenar. En principio, jugará porque el premio, una final, es goloso. Pero la gestión del esfuerzo, en todo caso, corresponde a los dos entrenadores.
Flick, que ayer cumplió 60 años en plenitud, no aparenta ser el tipo de técnico que especule. Ganador de un triplete con el Bayern, ha ilusionado a los barcelonistas con hacer lo mismo en su primer año de azulgrana. Hay quien juega incluso con la cábala y recuerda que, en sus dos tripletes, el Barça se cruzó con el Atlético en la Copa. Pero eso todavía está demasiado lejos para un equipo que se ha propuesto no equivocarse en el manejo del partido. El precedente de la Liga fue demasiado doloroso. Después de completar un actuación convincente, perdió la cabeza en los últimos minutos y concedió el 1-2 de Sorloth. Fiel a la manera de jugar implementada por Flick, el Barça expondrá, pero no se prevé kamikaze. Qué decir de Simeone, 54 años, un maestro en el manejo de las eliminatorias, que juega como partidos de 180 minutos y que tiene, además, el añadido de la vuelta en el Metropolitano. El Cholo no había ganado nunca al Barça de visitante hasta que lo hizo antes de Navidad, pero sí le eliminó dos veces de la Champions (2014 y 2016), resistiendo lo posible en la ida y dando la estocada en el viejo Calderón. Amante de la cábala, tal vez por ahí vaya el plan rojiblanco. “No me habléis de resistir, es mi Atleti de Madrid...”.
Sucede, sin embargo, que este año tiene argumentos para presumir. Y goles en la mochila. Julián Alvarez ya lleva 19. Sorloth suma 12; Griezmann 11; y ese talismán llamado Ángel Correa, 7. El Atlético sabe vivir en el alambre. Dos de sus grandes victorias esta temporada, en el Parque de los Príncipes y el Lluís Companys, las ha conseguido así.
Mientras, el Barça, “el mejor equipo de la Liga” en palabras de Simeone, lleva 116 goles en 38 partidos, a una media descomunal de 3,2. Artillería pesada. Lewandowski suma 32; Raphinha, 24; y Lamine y Ferran, 11 por barba. He aquí una de las dudas del partido: saber si Flick deshará el tridente que le ha llevado hasta aquí para dar entrada a Ferran. El valenciano marca un gol cada 87 minutos, y podría dar descanso al polaco, que tiene entre ceja y ceja ganar otro trofeo de máximo goleador de la Liga con 36 años; y puede ser una pieza importante el miércoles que viene en Lisboa.
El desafío tiene, además, matices tácticos. Sabedor de la fuerza del Barça a campo abierto, Simeone fue conservador en el partido de Liga y supo esperar su momento. Es posible que hoy repita y, pese a que recupera a Barrios (veremos si para el once), que deberá medir su impetuosidad, le dé el timón al Barça y se prepare para sufrir a Pedri. Jugadores como Llorente, Lino o el mismo Giuliano, le garantizan intensidad en el juego. Además del canario, Flick empieza a divisar al fondo la sombra de Dani Olmo, que en Las Palmas demostró que ya está para más de media hora y sabe moverse bien en espacios cortos. Aunque el favorito para el puesto de enganche es Gavi, que descansó como Iñigo en la última jornada de Liga, Olmo tiene alguna opción de ser novedad en el once.
Sorprende que, pese a que se ha alabado más la profundidad de plantilla del Atlético de Madrid, la del Barça está valorada en 500 millones de euros más según la web especializada Transfermarkt. El Atlético está tasado en 496 millones por los 1.001 del Barça. Pero eso son abstracciones.
La otra variable de la eliminatoria está en el factor ambiental. El Atlético visitará esta noche un estadio frío, con una pista de atletismo que le quita calor, y con una directiva en pleno conflicto con su Grada d’Animació. Al contrario que en su propia casa, al Barça le espera un ambiente infernal en la vuelta del Metropolitano. Quién sabe, si hasta más excitante para que los azulgrana se sientan más cómodos.
La historia de los Barça-Atlético está jalonada por momentos de impresión. También en la Copa. La victoria rojiblanca con gol de Pantic en La Romareda (1996). El memorable 5-4 con el gol del Macanudo Pizzi (1997); las exhibiciones de Messi en el Calderón. Primero, solo (2009); luego, acompañado de Neymar y Suárez (2015). También imágenes histriónicas, como la incomparecencia azulgrana, escenificada sobre el césped del Camp Nou en las semifinales de la temporada 99-00. O el lanzamiento de una bota de Arda Turan a un asistente. Pero todo aquello son recuerdos. El fútbol es hoy; y esta noche Barça y Atleti activan la operación Cartuja.
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