La Copa mola y para marrón, el de Livakovic
El portero quiere irse del Girona en enero y para ello no debería jugar ante el Ourense. Míchel le ha citado y tiene su futuro en sus manos. En un mismo año, un futbolista no puede competir con más de dos equipos y ya lo hizo, en verano, con el Fenerbahce.
La Copa del Rey es una competición que despierta emociones. Hay varios equipos a los que les mola y otros a los que le parece un marrón. El Girona, claramente, está en el primer grupo. Como mínimo, Míchel Sánchez así lo transmite. Y es que para marrón ya tiene el de Dominik Livakovic. El portero croata luce en la lista de convocados para medirse al Ourense (otro al que la Copa, sin duda, le mola) y lo hace con miedo. El motivo es claro: si juega (sería su debut) no podrá cumplir su deseo de marcharse del Girona en enero (sigue el partido de hoy en directo en As.com).
Livakovic, cedido por el Fenerbahce, hace semanas que tomó la decisión de romper su contrato de cesión en el Girona ante la falta de oportunidades. Gazzaniga es intocable en la meta rojiblanca y por lo tanto el croata ha sido condenado al ostracismo. Le ha sido imposible arrebatarle minutos al argentino y, es más, en la primera eliminatoria de Copa, contra el Constància, no jugó por unas repentinas molestias en la espalda.
Ahora, sin el lesionado Vladyslav Krapyvtsov, Livakovic se ha quedado sin excusas para no ejercer como portero suplente y la Copa debería ser para él. Está por ver con qué mano maneja esta situación Míchel Sánchez porque con solo que dispute un minuto, Livakovic ya no se podría ir. Podría hacerlo, pero para nada porque la UEFA impide a un futbolista disputar partidos oficiales con más de dos equipos en una misma temporada. El croata, antes de cerrar su cesión al Girona, disputó dos encuentros con el Fenerbahce.
En ningún momento, Livakovic pudo imaginar que no tendría ni un solo minuto con el Girona cuando firmó el último día del mercado de verano. Llegó con el cartel de meta mundialista (fue subcampeón en 2018 y tercero en 2022), pero Gazzaniga es un muro. No estaría en peligro su participación en el Mundial de 2026, pero tampoco se la quiere jugar y llegar en blanco. Porque aunque el seleccionador Zlatko Dalic confía en él, porteros como Kotarski, del Copenhague, achuchan.
Pero la situación de Livakovic no es lo único que tiene en vilo a Míchel. También, claro, el Ourense. El técnico ya conoce O Couto de su etapa como futbolista (marcó allí en 2007 con el Rayo Vallecano, en Segunda B), y sabe que le espera una ‘encerrona’. El terreno de juego no estará en sus mejores condiciones y el equipo de Dani Llácer está en pleno vuelo. En la primera ronda se llevó por delante a un Primera, al Oviedo, y busca el doblete.
El Ourense, que milita en Primera RFEF, está despertando pesadillas allá donde juega. Y si es en casa, más. Actualmente lleva una racha de 13 puntos de 15 posibles y, el pasado 8 de noviembre se proclamó campeón de la Copa Federación. Se quiere más y es que el premio que les esperaría si se supera esta eliminatoria sería de aúpa. Los galllegos tendrían muchísimos números de recibir en O Couto a uno de los cuatro equipos que juegan la Supercopa: Real Madrid, Barcelona, Atlético de Madrid o Athletic de Bilbao.
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En Couto ya está todo preparado para vivir un encuentro de relumbrón. Hay ganas, ilusión y se han vendido más de 3.000 entradas. Además, en el conjunto de Primera RFEF hay un futbolista que conoce bien al Girona: Oriol Comas. El defensa gerundense estuvo hasta 12 temporadas en el fútbol base del club rojiblanco.
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Ourense CF, OUR
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