Bordalás vuelve a los orígenes
El regreso del técnico del Getafe a Orihuela, la que fue su casa como jugador en la temporada 81-82, marca el duelo copero.
José Bordalás vuelve esta noche a Los Arcos, uno de los muchos campos de la provincia de Alicante en los que se forjó como entrenador y pisó como visitante. Pero Orihuela no es un sitio más para el actual entrenador del Getafe. En la Vega Baja, Bordalás jugó una temporada. El alicantino, marcado por las lesiones y con una carrera muy corta, dejó su sello y su carisma en el conjunto escorpión (sigue el partido en directo en AS.com).
En la temporada 81-82, un imberbe Bordalás, con solo 17 años, se marchó cedido por el Hércules al Orihuela. La idea era que explotase y se foguease en Tercera División. Y el objetivo se cumplió con creces. El alicantino fue una pieza clave en una temporada para el recuerdo para el conjunto amarillo, que se quedó a las puertas del ascenso a Segunda División B y solo el Parla le arrebató el sueño.
Bordalás jugó esa temporada 19 partidos y marcó siete goles con el Orihuela Deportiva, según la base de datos Bdfutbol. En Los Arcos, se vio la mejor versión de un chico que “apuntaba maneras y que podría haber llegado más lejos si le hubiesen respetado las lesiones”, afirman a AS varios compañeros de la época que tuvo el de Rabasa en el Orihuela.
“Era un extremo rápido, con calidad, zurdo y buen golpe de balón. Mostraba ya carácter, a pesar de ser joven. Cuando le daban una patada, se revolvía. Tenía buen sentido del humor y ya mostraba la ironía que tanto le gusta ahora”, afirma Juan Estela, portero de aquel Orihuela que terminó como el menos goleado de todas las categorías nacionales. Bordalás, según sus compañeros, tenía carácter fuera del campo, “pero le faltaba algo de mala leche dentro del terreno”.
César Ibáñez, inseparable de Bordalás y también cedido por el Hércules aquella temporada, era su compañero de fatigas. Junto a Estela, cada día iban juntos en el mismo coche hacia Orihuela desde Alicante. “Esos viajes los tendré siempre en el recuerdo”, afirma César, quien también coincidió con Bordalás en el Torrevieja y con Juan Ignacio Martínez, entrenador y primo de José. “Yo me sorprendía porque entre los dos se conocían a todos los jugadores, sabían de táctica y de todo. En ese momento, me di cuenta de que Bordalás sería entrenador”, asegura Ibáñez, quien se deshace en elogios hacia aquel extremo que corrió la banda de Los Arcos. “Es uno de los mejores delanteros que he visto y no exagero. Tenía una gran zurda, en la que te encaraba con facilidad y un golpeo espectacular, de los mejores que he visto. Siempre decía, antes de driblar, que había que poner la cintura en posición de torero. Pudo ser un jugador de primer nivel, pero las lesiones le cortaron su trayectoria”, sentencia Ibáñez.
El alicantino, a principios de los 80 y como jugador, ya cuidaba su imagen. “Antes de jugar, se mojaba el pelo y se peinaba. Tenía una pinta extraordinaria vestido de futbolista. La camiseta, el pantalón y las calcetas las llevaba de forma impecable”, recuerda Vicente Latorre, otro excompañero en el Orihuela. “Tengo mi etapa como jugador en el pasado, ya está olvidada. Le tengo mucho cariño a todos los equipos por los que he pasado tanto como jugador como entrenador. He aprendido muchísimo en todos lados y guardo un gran recuerdo”, dijo Bordalás ayer sobre su pasado escorpión.
Plantilla corta y un equipo en racha
Más de cuatro décadas después, Bordalás vuelve al campo donde se llevó una de las pocas alegrías como jugador. Ahora lo hace con la intención de pasar de ronda ante un Orihuela que es pura ilusión. El alicantino hará cambios, pero sin volverse loco porque su plantilla es corta. Además, el lunes tiene un partido clave por la salvación ante el Espanyol.
El técnico está avisado porque el Orihuela llega lanzado después de sumar cuatro victorias y un empate en los últimos cinco partidos de Liga, además de lograr la clasificación copera ante el Langreo. El conjunto escorpión está en puestos de playoff de ascenso a Primera RFEF, aunque no podrá contar con una de sus grandes figuras: Chuli. Precisamente, el onubense está sancionado y no podrá reencontrarse con Bordalás en el césped tras coincidir en el Getafe unos meses en la temporada 2016-17.
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