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CACEREÑO 0 - REAL MADRID 1

Aprobados y suspensos del Real Madrid ante el Cacereño: Rodrygo es el clavo ardiendo

Sin Vinicius ni Benzema, el brasileño clasificó al Madrid para octavos con un golazo sensacional. Hazard, desaparecido en combate. Debutó Álvaro con los mayores.

Actualizado a
Aprobados y suspensos del Real Madrid ante el Cacereño: Rodrygo es el clavo ardiendo

El Real Madrid se llevó por la mínima el pase a octavos de final de la Copa del Rey ante el Cacereño (0-1), con un solitario gol de Rodrygo que decantó un duelo tosco y gris, sin chispa y marcado por el estado del césped del Estadio Príncipe Felipe.

Lunin: Muy seguro el ucraniano en su vuelta a la titularidad. El Cacereño no le puso en serios aprietos, pero sí le lanzó varios envíos que podrían haberle amargado la noche. No obstante, Lunin estuvo serio y dio seguridad a la zaga. Vuelve a demostrar, como ya hiciera en los seis partidos de ausencia de Courtois de octubre, que Carletto puede confiar en él.

Lucas Vázquez: El poco peligro del Madrid en la primera parte llegó por la derecha, en gran parte por las incursiones de Lucas. Al cuarto de hora envió a la red un pase de Asensio, pero el balear partió en posición adelantada. Insistió con desmarques a la espalda, aunque no logró encontrar rematador en ninguno de sus centros. En defensa, entre Manchón y Carmelo le buscaron las cosquillas y en alguna ocasión se las encontraron.

Militao (46′): A sus compañeros les faltó intensidad, pero no a Militao. El brasileño es un avión físicamente y su baja puntual ante el Valladolid quedó en anécdota. Lideró la línea defensiva en una primera parte donde no se apreció la diferencia de categorías. Al contrario. Además se incorporó al ataque y fue objetivo de los saques de esquina blancos. En el descanso, Rüdiger ocupó su lugar.

Nacho: El canterano dio el susto del partido, cuando una fea entrada de Aguado le dejó tendido en el césped. Por suerte, no fue a más y pudo continuar. Dentro de la falta de intensidad general, los centrales salvaron la papeleta. Al menos en lo referente a imponerse en los duelos, clave a la hora de igualar categorías. Su buena colocación fue su mejor arma para desactivar los ataques rivales.

Odriozola (51′): Oportunidad complicada para el donostiarra como lateral izquierdo. En el dibujo de Ancelotti, fue Odriozola el que jugó fuera de posición y se notó. A banda cambiada, perdió su mejor característica, la llegada a línea de fondo en velocidad y ello limitó su partido. En defensa cometió alguna falta peligrosa que permitió al Cacereño intimidar a balón parado. Unos problemas físicos le apartaron del partido tras el refrigerio.

Ceballos: Dentro del mal primer tiempo del centro del campo merengue, Ceballos lo intentó y mostró una intensidad que, en ocasiones, le jugó malas pasadas. El Cacereño fue creciendo con el paso de los minutos y ello le hizo no imponer su fútbol, de manera que se centró en tareas más defensivas. Su mayor aportación en ataque fueron un par de disparos lejanos que no inquietaron al meta cacereño. No obstante, se le debe exigir más al utrerano, al que no le va solamente el aprobado si quiere ganar puestos en la orden de preferencia de Ancelotti.

Tchouameni (46′): Solamente jugó la primera parte y no fue ese futbolista omnipresente que es el ancla de este Madrid y Francia. Sufrió para sacar el balón jugado y fruto de una mala conducción, recibió una amonestación clara por llegar tarde. Sombrío partido de Aurélien, que no logró hacerse con la sala de máquinas en ningún momento.

Camavinga: Precipitado y poco preciso. Partido para olvidar de Camavinga, lejos del futbolista efervescente contra el Valladolid. Su asignatura pendiente es quitarse la etiqueta de jugador número 12 y con actuaciones como la de este martes no lo logrará. Con la salida de Tchouameni se colocó como pivote y sus prestaciones mejoraron. No termina de engarzar bien con su compatriota.

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Angel MartinezGetty

Asensio: En los mejores minutos del Cacereño, Asensio fue el atacante más incisivo. Se asoció con Lucas Vázquez en la primera parte y bajó a recibir. Además de mostrar implicación defensiva. Probó su cañón en el segundo tiempo, pero se topó con los puños de Iván Moreno. No logró desequilibrar, pero su actitud es de un jugador que quiere pelear por la renovación. Incluso en un escenario que no permitió florituras para casi nadie.

Rodrygo: Con todo en contra, sin haber logrado desequilibrar a pesar de intentarlo, con el Príncipe Felipe gritando “¡sí se puede, sí se puede!” y haciendo la ola a su equipo, apareció Rodrygo. Una jugada deliciosa, de futbolista especial. Con una especie de elástica escorado en el área desarticuló a la defensa local y con el interior, apagó la grada con un disparo fuera del alcance de Iván Moreno. Un golazo que salvó el honor del Madrid. Sin Vinicius ni Benzema, Rodrygo fue el clavo ardiendo de Ancelotti.

Hazard (68′): Desaparecido en combate. Ancelotti prometió que jugaría más en este segundo tramo, que tendría minutos. En el club sorprendió su implicación tras el parón, con una marcha más en los entrenamientos. Pero en Cáceres, a pesar de su titularidad, no compareció. Dejó un par de detalles con el exterior, pero escasísimos para un jugador como Hazard. Año nuevo, misma vida para el belga.

Rüdiger (46′): Salió por Militao en el descanso y no tuvo tanto trabajo como el brasileño. El alemán se mostró solvente en el juego aéreo y apenas sufrió, imponiendo el físico cuando fue necesario.

Valverde (46′): Alejado del área, el Halcón pierde vuelo, pero no ímpetu. Con un partido a cara de perro, tener a un uruguayo en el campo siempre suma y no fue casualidad que la mejora del Madrid coincidiese con la inclusión de Valverde en el partido.

Vallejo (51′): Ocupó el lugar de un lesionado Odriozola y tuvo poca incidencia en el juego. Intentó una cabalgada y, por insistencia, llegó a la línea de fondo y sacó un buen centro con la zurda. Nadie le discute su profesionalidad y cumplió.

Álvaro Rodríguez (68′): Día que siempre recordará Álvaro Rodríguez. En Cáceres, la gran apuesta de Raúl en el Castilla realizó su debut con los mayores. Batalló y no paró de correr, características que son marca de la casa.

Arribas (80′): Y finalmente, Arribas jugó. El mago no tuvo tiempo de sacar la varita, pero al menos recibió el premio a su gran rendimiento con el Castilla.