Vinicius está desatado
Lleva cuatro partidos seguidos marcando, un récord en su carrera. Va a más y promete que quiere más. Ya asume el rol de líder cuando falta Benzema
Arrasando, como un huracán. Sin mirar lo que deja o a quién deja atrás. Vinicius sabe que está en su momentum, en la cresta de la ola, en el mejor momento de su carrera. Y a la vez, transmite una sensación de no haber tocado -ni mucho menos- techo. Tantos años de críticas y burlas, lejos de hundirle, le han fortalecido, como él mismo ya reconoce en rueda de prensa: “No me duelen las críticas, me dan igual. Porque yo escucho a la gente que me quiere, que está conmigo en el día a día. Ellos importan; porque hay otros que hablarán siempre de mí, esté mal o bien”. Oídos sordos y rendimiento a gritos.
Gol, gol, gol y gol. Cuatro, lleva cuatro en cuatro partidos, seguidos. Se trata de un nuevo récord en su carrera, algo que jamás había hecho, ni siquiera con la selección brasileña. En Glasgow rompió un nuevo muro de cerámica con una definición de delicatessen al primer toque. De hecho, una reedición -caprichosa del destino- del gol de París. Valverde sirvió un balón y él lo empujó de primeras en Saint-Denis, pero la frase valdría, intacta, para definir el primer gol del Madrid en la presente Champions. Con un matiz: este fue precedido de 22 toques, un nuevo récord para el Madrid, que no marcaba un gol con esa combinación, fuera de casa, desde hace 20 años. Fue un dejá vù de los que te recuerdan que en el Madrid, nada ha cambiado.
Más líder
Y a la vez, sí. Porque Vini es otro. Cada día que pasa se presenta con más jerarquía, menos nervios. La confianza en sí mismo ya es una tarea dominada y cuando esa pata de la mesa no cojea, todo es más fácil. “Aún tengo que mejorar en muchas cosas. Sigo evolucionando y quiero hacerlo hasta el último día de mi vida. Mira a Karim, por ejemplo, que con 34 años continúa aprendiendo. Tener ejemplos así me da un plus”, dijo ante los medios. Y lanzó el guante. Su desafío, de momento, es mejorar los números de la temporada pasada: 22 goles (uno cada 194′) y 20 asistencias (una cada 213′). Muchos de esos números le llevaron a ser escogido como el mejor jugador joven de la pasada Champions.
De momento, en la presente, ya lleva cuatro goles (uno cada 127′) y dos asistencias (una cada 255′). Se está disparando en la materia goleadora. Y ya no teme asumir galones. En Celtic Park, cuando Benzema tuvo que retirarse por molestias en la rodilla derecha, él rápidamente dio un paso adelante y aceptó que le tocaba ser el líder del ataque. Tuvo la primera en un mano a mano con Hart y no perdonó a la segunda. Lo que hace unos años era una promesa, ya es una tajante realidad. Vinicius es un ídolo en Chamartín. Y aunque todavía no se atreva a decir si se considera un top-5 mundial, sabe que no va en dirección contraria. Ni mucho menos.